Labios Compartidos (Flozmín)

Capítulo 91 "Siempre lo haré"

Pov Jazmín
Uno nunca quisiera ver morir a la gente que quiere y menos si mueren tan jóvenes como Leo. A Leonardo yo casi lo conocía, es verdad, pero sabía que era un buen chico, con sueños y aspiraciones… sueños que ahora nunca más se van a cumplir. Me dolía pensar en lo que debieron pasar allá dentro, en especial mi Floppy
Ella… mi alma inocente, que ahora cargaba con esa pena
El entierro de Leo fue demasiado triste, sus padres lloraban, Miru y Fede también… La cara de Mario era totalmente seria, le dolía, le dolía perder uno de su equipo y más en esas circunstancias.
Por otro lado estaba mi chica, mi Flor. Ella parecía estar ajena al mundo, su mirada se perdía en algún punto lejano del universo… no estaba ahí… al menos no su alma
Mario pronunció unas hermosas palabras,  dignas de un joven como Leo. Luego cada uno de los presentes dejaron una rosa roja sobre el ataúd.
Pude sentir el cuerpo tembloroso de mi chica al hacerlo...
-Vamos- dijo en un susurro pero que logré a escuchar
-¿Segura?- dije debido a que estábamos a mitad de la ceremonia
-Jazmín, sácame de aquí- su voz se estaba quebrando y no dudé en cumplir su orden
Nos montamos en el auto sin que nadie nos viera y salí de ahí tan rápido como pude. La miré de reojo y pude notar como trataba de contener las lágrimas. Apretaba con fuera el forro del asiento del copiloto como tomando fuerzas para no quebrarse
-No quiero ir a casa- dijo con una voz tan severa que casi me aterro
La miré por unos segundos y comprendí
-¿A dónde querés ir?- dije con la voz más cálida que pude poner
Ella simplemente me miró y supe exactamente lo que me quería decir. Entre nosotras no hacían falta las palabras, debo confesar que me alivio un poco sentir que esa Flor estaba ahí. La Flor que tenía una conexión indescriptible con mi mente
No dudé y comencé a manejar hacia el lugar en el que tanto ella deseaba estar
….
POV Flor
En menos de 10 minutos ya estábamos en aquel pequeño lago a las afueras de la ciudad. Aquel mismo lago que sin darnos cuenta dio comienzo a nuestra historia de amor. Acá me di cuenta de que la amaba, acá dije el sí que selló nuestro amor
Sinceramente este era nuestro lugar, puede que no lo visitáramos tanto, pero eso no le restaba importancia.
Jazmín estaba seria, no molesta, sino preocupada. Sabía que se preocupaba por mí, que le mataba verme así ¿Pero qué podía hacer? No podía sacar el miedo y la angustia que tenía por dentro.
No solo por Leo, ni por Carlos… No, me dolía su muerte… pero lo que más me dolía era esa sensación de que todo lo que tenía lo podía perder en un día… tenía miedo de una vida sin ella.
El auto se detuvo y ella me miró con esos ojos que sacaban el aliento, deseaba saber qué hacer, y yo simplemente miré hacia afuera. Entendió a la perfección mi señal y se bajó del auto, para luego abrir mi puerta
Una vez abierta te juro que no me esperé lo que estaba a punto de hacer. Jazmín me agarró debajo de las rodillas y de las manos, y me cargó como si fuera una de esas princesas de cuentos de hadas. No pude evitar sonreír por muy triste que estuviera
-¿Qué haces?- dije esbozando media sonrisa
-Ahí está, pensé que la habías perdido- ladeé la cabeza al darme cuenta a que se refería
-Casi lo hago- admití
-Nunca lo permitiría ¿sabes?- me dijo con una seguridad que me sorprendió – Mientras estés conmigo nunca permitiría que dejes de sonreír-
La miré incrédula. En serio ¿Ella es real?
-Gracias- le dije casi en un susurro
-¿Por qué?-
-Por cuidarme, por bancarme…-
-Siempre lo haré, de eso no te quepa duda- me dijo y pude notar ese hermoso brillo en sus ojos, ese brillo que me había hecho amarla desde el día uno en que la conocí