Capítulo 9 "La ausencia"

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Ese día me levanté más temprano de lo común. Me miré al espejo y comencé a maquillarme. Quería estar sexy y no sabía por qué motivo. Abrí el armario y escogí la falda más corta que tenía y luego me puse una blusa blanca que me quedaba bastante apretada.
Me sentía sexy y poderosa, pero al mirarme al espejo algo me hizo detenerme ¿Qué mierda estoy haciendo? Yo no soy así, no me gusta vestirme así… parezco una ramera.
Negando con mi cabeza volví al armario y cogí los mismos jeans de siempre y una camisa discreta. Me volví a ver al espejo y ahora sí que era yo de nuevo. No estaba tan mal.
Bajé corriendo las escaleras, cuando un mensaje me hizo detenerme… era de Dani
Dani: Flor, ¿Dónde estás? ¿Por qué no me contestas las llamadas?
Lo miré por un segundo y bufé. Estuve tentada a responderle, cuando tuve una llamada entrante… era de la oficina
-¿Sí?- pregunté
-¿Florencia?- esa voz… era Jazmín
Me quedé paralizada
-¿Señorita del Río? ¿Qué pasa?- curiosa
-¿Dónde estás?- autoritaria
-En casa, voy a la oficina- le contesté
-No, no vayas. Pásame la dirección que te paso a buscar- dijo
-¿Qué?- sorprendida
-La dirección- insistió
No tuve más remedio que dársela y sin dejarme decir una palabra más colgó
Me quedé un poco en blanco ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué venía a recogerme? Todo era muy confuso. Sin salir de mi estado de shock me paré en la entrada de mi edificio a esperarla. Pasaron 15 minutos y no había señales de Jazmín, por lo que pensé que era una mala pasada de ella. ¿Había hecho eso solo para fastidiarme? ¿A tanto llegaba su crueldad?
Estaba a punto de comenzar a caminar hacia el trabajo para no llegar tarde cuando sentí el sonido de un carro acercarse a mí.
-Flor- dijo desde el auto
Era un Kia plateado, el cual estaba muy elegante y brillaba con los rayos de sol. Ella me miraba desde la ventanilla haciéndome gestos para que me acercara. Yo caminé hacia ella
-¿A dónde ibas?- me preguntó mirándome de arriba abajo
-No, es que como te demorabas pensé que…- dije nerviosa
-¿Qué no venía?- alzó sus cejas con este tono de voz petulante
-No, solo que…-
-Se me hizo tarde. Ven monta- dijo indicando el asiento de copiloto –Llegamos tarde-
-¿A dónde?- le dije mientras cerraba la puerta y me acomodaba en el asiento
-Ya lo verás- dijo con una sonrisa mientras acomodaba el retrovisor
Por un segundo su mirada coincidió con la mía a través del espejo y sentí mi cuerpo derretirse ante ella. Dios, este auto ardía.
Ella arrancó el auto y puso la radio para que no hubiera este silencio incómodo
-¿Terminaste el proyecto?- le pregunté
-Sí, como te dije no tarde ni media hora- me dijo llena de orgullo
-Se ve que algunas son mejores que otras- dije rodando los ojos
Ella me miró por un segundo para luego volver a ver al frente
-¿Sabes a donde vamos?-
-Ni idea- contesté
-Entonces, ¿Por qué aceptaste venir? Podría ser una psicópata que asesina a sus estudiantes por diversión- dijo bromeando
Yo sonreí –Estoy segura de que lo eres, pero no sé porque confío en que no me vas a hacer nada-
Ella me miró de reojo con una sonrisa –Cuidado con esa seguridad, Estrella… te puedes equivocar-
Sentí mi cuerpo erizarse ante sus palabras y ella lo notó también pues mirándome por el retrovisor sonrió levemente ¿Me estaba tirando los perros?
A ver, sabía que a Jazmín le gustaban las mujeres… pero ella tenía novia, además ¿Cómo alguien como ella se fijaría en alguien como yo? Solo eran ideas mías. ¡Para, Flor de pensar boludeces!
Sacudí la cabeza para sacar esa voz de mi interior
El resto del viaje fue en silencio, la miraba de vez en cuando pero ella solo estaba concentrada en la carretera. Finalmente se detuvo en medio del campo
-Llegamos- indicó mientras se zafaba el cinturón de seguridad
Yo miré a mi alrededor sorprendida. Solo había un montón de campo y árboles ¿A dónde mierda íbamos? Ella notó mi desconcierto y me abrió la puerta
-¿Vas a salir o qué?- dijo parada frente a mí
Yo la miré asustada y dudosa de poner un pie fuera del auto
-Dale, Florencia, no tenemos todo el día-
-¿A dónde vamos?- se pudo sentir mi voz más baja de lo normal
Ella se rió de mi actitud –Te prometo que no te voy a matar y hacer trocitos ¿Ok?-
Yo traté de sonreír pero no me salía…. Estaba muy nerviosa
Ya cansada de mis miedos y de mi inseguridad, Jazmín me tomó del brazo y me haló fuera del auto
-Vamos- mientras me llevaba hacia un camino entre los árboles
Yo me había quedado sin voz. Tenía miedo ¿Qué planeaba? Yo solo miraba su agarre en mi brazo y tragaba en seco, mientras que ella seguía caminando con mucha decisión
Poco a poco ante mi vista se fue mostrando la imagen de un hermoso lago. Dios, era la cosa más hermosa que había visto en mi vida. El agua era cristalina y había un montón de patos en él…. Espera un segundo este lago me parece familiar
-¿No lo reconoces?- me dijo sonriente mientras sacaba su cámara
-Es el de la foto ¿No? La foto que elegí el otro día- dije recordando
Ella asintió y se puso a observar el imponente lago
-Sí, al final me quedé con esa foto- admitió
-¿En serio?- exclamé sorprendida. Fue más un grito de emoción que la hizo sonreír… me sentí estúpida pero ante su sonrisa cualquier vergüenza quedaba en segundo plano
-Sí, la tomé porque era muy buena. Tienes muy buen gusto-
-Gracias- dije acercándome a donde ella estaba con su cámara -¿Qué vas a hacer?-
-Bueno, este sitio está protegido pero ahora hay un problema que lo puede afectar- me dijo sin mirarme. Estaba muy concentrada preparando sus cosas
-¿Qué problema?-
Ella alzó la vista y me señaló un terreno vacío a lo lejos -¿Ves ese terreno?- asentí –Pues ahí quieren plantar una fábrica de cemento y como debes saber va a afectar claramente a este lugar. Los humos, la contaminación acabará destruyendo este habitad- en su voz se veía una gran pasión
-¿Ecología? No sabía que te gustaba esta clase de temas- le dije y ella me miró un tanto fría
-Soy una fiel defensora de los animales, Florencia, los amo- su tono era frío una vez más
-Sí, no quise decir que no lo eras, es solo que tus artículos son siempre relacionados con la política, crímenes… ya sabes, cosas más de la actualidad y de la ciudad- dije tratando de arreglar mi error
-Sí, puede que en eso es en lo que más haya trabajado, pero también me gusta escribir sobre esto, a parte las fotos que se toman en la naturaleza son apasionantes- dijo volviendo ese brillo a su voz
Yo sonreí aliviada –Sí, me imagino-
Ella se mordió el labio como si estuviera pensando en algo que la frustrara y se acercó dejando su cámara sobre un tronco
-Es que me indigna ¿Sabes? Me indignan las injusticias. Por ejemplo, este caso… solo porque los dueños de la fábrica pusieron billete ya son capaces de hacer lo que se les dé la gana sin impórtales este lugar-
-Así es la vida ahora-
-Lo sé, y sé que yo solo no puedo cambiarla pero al menos hago el intento-
No sé que fue, pero algo en sus palabras me hizo verla de otra manera. Yo sabía que no era la hija de puta que todos decían, había algo en ella… algo humano, algo que la hacía especial y yo era testigo de eso en ese momento. No pude evitar sonreír, cosa que ella notó
-¿Por qué sonríes?-
Me quedé en blanco y comencé a tartamudear
-No, de nada- las palabras me salieron solas –Es que me gusta ver lo apasionada que puedes ser-
¡¿Qué?! ¿Por qué le dije eso?
Ella me miró con una ceja arqueada y me analizó por unos segundos
-Gracias- fue lo único que dijo para voltearse y comenzar con las fotografías
Yo suspiré aliviada. Eso había estado cerca
Tomaba fotos a todo el lugar. Se veía muy hermosa con esa cara de concentración que tenía. Me senté a observarla desde una distancia y me pude percatar de pequeños detalles que me parecían impresionantes.
Me parecía impresionante cada gesto suyo, cada movimiento de sus manos sobre la cámara, como fruncía el ceño tratando de concentrarse en tomar la foto… y sobre todo como apretaba la boca, Dios esa boca. Nunca me había fijado en los labios de una mujer, pero los de ella me llamaban de una forma extraña la atención.
Eran gruesos, pero a la vez finos y tenían una curva perfecta que los hacía lucir apetitosos. A parte se veían perfectos debajo de su pequeña nariz. Su mandíbula era fina y delicada, su piel parecía tan suave en esa zona que me daban ganas de tocarla
¡Para! ¡Ya! No la mires más ¡¿Por qué la miro?! No me gustan las mujeres, y nunca me han gustado… y menos esta mujer. El hecho de que me gustara era imposible… primero porque era insufrible, y segundo era mi jefa… eso pondría en peligro mi carrera
Mis pensamientos fueron interrumpidos por su voz
-Florencia, acércate- me indicó
¿Ahora? ¿Me tengo que acercar precisamente ahora, después de que haya tenido esa guerra conmigo misma por su culpa? Tomé aire y me levanté. Di pasos rápidos hasta llegar a ella, la cual ni siquiera me miraba
-¿Qué pasa?-
-Toma la cámara que hay dentro de mi bolso- dijo indicando el lugar donde estaba
Yo la tomé y volví a su lado -¿Qué hago con ella?-
-Lo que se hacen con las cámaras… tirar fotos- dijo irónica
-¿Yo?-
-No, el conejo de  Pascua. Claro, que vos- me dijo mirándome
Yo estaba sorprendida y nerviosa. Era la primera vez que haría un trabajo de campo. Ella se dio cuenta de mi nerviosismo y me miró por fin a los ojos
-¿No sabes?-
-Sí, sé… es solo que… no sé bien qué hacer, ¿Qué retrato?-
Ella sonrió –Es normal ¿Es tu primer trabajo? ¿No?-
-Oficial sí- admití
-Todos nos ponemos nerviosos en nuestro primer trabajo-
-¿Vos también?- le dije risueña
-Buf, yo más. Casi me desmayo en mi primer trabajo. Pero por suerte tuve un buen tutor… Mario-
-Sí, parece muy bueno- le dije –Aunque yo también tuve suerte con mi tutora-
Ella sonrió y ¿Se ruborizó? Sí, sus cachetes estaban rojos. Esto era nuevo
-Gracias, Flor- me dijo
De repente se acercó a mí y tomó la cámara que aun estaba en mis manos
-La clave es tener confianza- dijo acomodando mis manos sobre la cámara
Me sentía como una muñeca de trapo ante su toque y mi mirada buscaba la suya hasta que la encontró. Fue un encuentro fugaz, pero que me hizo sonrojarme a mí también
-Gracias- le dije
-Ven que te voy a enseñar algo- me dijo mientras se colocaba detrás de mí, pero haciendo que sus mejillas casi rozaran las mías. Colocó sus manos sobre mis hombros sosteniendo la cámara sobre mis manos
Me guiaba para que enfocara bien, sabía que no había nada malo en eso, pero la cercanía de alguna forma me estaba matando. Sentía su respiración sobre mi piel, sus labios cerca de mis mejillas, si me volteaba podía besarlos… para.
Ella me miró de reojo y comenzó a enfocar la cámara
-Un verdadero artista tiene una mirada sobre el mundo. Lo que elige mostrar, lo que elige no mostrar… eso construye una identidad. Tienes que elegir bien qué mirar y cómo mirar. Lo difícil es ver lo que no está… captar la ausencia- dijo separándose de mí
Me había quedado estática. No sabía bien si había sido por sus palabras o por el hecho de haberla tenido tan cerca, pero algo en mí dejo de funcionar.
Tras un segundo unos dedos frente a mi cara me hicieron reaccionar
-Flor, ¿Estás bien?- dijo preocupada pues mi cara se había paralizado
Sacudí mi cabeza volviendo en sí –Sí, estoy bien-
Ella me miró con los ojos entrecerrados –Ok, si tú lo dices-
Se volteó y siguió con sus fotos, mientras que yo hacía el intento de captar algo igual de impresionante que ella
Pasó un buen rato cuando su móvil comenzó a sonar. Ella respondió rápidamente y no pareció muy feliz de hacerlo.
-Sí, ya voy para allá… ok, no te alteres- le dijo a la otra persona
Yo solo la miraba. Caminaba de un lado a otro mientras colocaba su mano sobre el borde de sus jeans. Colgó tras unos segundos y se acercó a mí
-Tenemos que irnos- dijo muy seria
-¿Ya?- dije algo decepcionada debido a que le estaba cogiendo el gusto a este lugar
-Sí- dijo firme y tras recoger sus cosas se dirigió de vuelta al coche
Yo la seguí de prisa mientras la miraba curiosa. ¿Quién demonios la había llamado que la había puesto de mal humor?

Labios Compartidos (Flozmín)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora