Martes (...)

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— Hey, Yusaku…

— ¿Que quieres Homura?

— Auch… eso dolió, soy tu primo ¿Sabes? —El de lentes se hizo el dolido mientras se sentaba en el pupitre de al lado de su primo.

— Desgraciadamente si ¿Que pasa?

— ¿Es cierto eso que dijiste ayer?

— ¿Que cosa? —Yusaku siguió alternando su vista entre el libro en sus piernas y su cuaderno donde anotaba puros “1” y “0”.

— Que Jyudai engaña a Asuka con Johan…

— ¿Realmente importa si es verdad? Yuki y Tenjouin son como mis padres, se pelean a muerte un día, rompen al otro, vuelven a discutir al siguiente y regresan por unas cuantas semanas actuando como si nada pasara, se pelean a muerte otro día y el ciclo se repite.

— … Ok, de acuerdo. No negaré que su relación si se parece a la de mis tíos —Takeru suspiro pesadamente, observando el patrón de “0” y “1” que Yusaku escribía rápidamente en su cuaderno—. Pero nunca escuche que mi tío Ai engañara a mi tía Serena con un chico…

— ¿Porque más crees que hicimos el viaje “gratuito” a Heartland hace unos años?

— ¿No fue porque ganaste un concurso de dibujo organizado por la directiva de turismo de allá?

— Yo no sabía del concurso, ni siquiera quería ir, mi imbécil padre me obligó a ir —Yusaku suspiro dejando el portaminas a un lado de su cuaderno—, tal vez el sentimiento de culpa que tenía con su amante los hicieron darnos “el premio”.

— ¿¡Es en serio!?

— Tan serio como el golpe que Tenjouin va a darle a Andersen en el patio ahora mismo.

— ¿Ah?

Yusaku observaba algo fijamente por la ventana, su primo lo imitó y se encontró con sus amigos Asuka Tenjouin y Johan Andersen discutiendo en el patio, se notaba que estaba bastante fea la discusión porque la rubia-castaña le daba manotazos de vez en cuando al chico.  

— Oh mierda…

— Y es aquí donde… —Yusaku no se sorprendió de ver a sus compañeros acercarse a la ventana a observar, tampoco que su primo saliera a buscar a Yuki y detener ambos la pelea— Clásico de el… como sea.

Cerró su libro y lo dejó encima de su cuaderno, muchos salieron a ver la pelea más de cerca y él se mezcló con uno de esos grupos fue una suerte el que ni siquiera tuviera que caminar tan lejos de su aula cuando se topó a un miembro del consejo estudiantil con un profesor.

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