Diary

Sábado (...)

Sus padres se separaron, de nuevo, hace unos minutos.

La relación tan tóxica que llevaban los hacía discutir, separarse, pelarse/reconciliarse, estar juntos un tiempo y después vuelven a discutir para seguir con ese círculo eterno.

Yusaku en algún punto lo tomo como algo normal en su vida, así como los golpes que su madre solía darle cuando se exasperaba. Antes, cuando era pequeño y después de las peleas de sus padres, su hermano Shoichi le reconfortaba a su modo… como una vez que lo encontró llorando dentro de su armario, como no quería salir él le encerró con sus calcetines sucios y eso le hizo salir en busca de aire limpio.

Obviamente intentó vengarse ideando distintos planes tan irreales y estúpidos como un niño de cinco años pudiera pensar; planes que jamás completaba porque el mayor solía descubrirlo y obligarlo a hacer otra cosa.

No entendió hasta que Shoichi se fue de casa que ese tipo de cosas le distraian de pensar en las peleas de sus padres y las usuales consecuencias que llegaban a tener.

Cómo ahora que lloraba en silencio hecho un ovillo en su cama, cubierto por las mantas de la misma y escuchando música con sus audífonos al máximo volúmen.

La suerte de ayer, al esquivar algunos de los objetos que su madre le lanzaba a su padre, se acabó hace unos minutos cuando bajó a hacer el almuerzo y se encontró a su madre… el enojo por la pelea seguía en la mujer y no dudó en expresarlo contra él.

Apenas captó su propia situación cuando ya tenía a Serena sosteniendole, de la misma muñeca que casi le rompe el otro día, gritándole cosas que casi no entendió y recibiendo un golpe o arañazo en el rostro y brazos al tratar de defenderse.

Cuando ya le estaba comenzando a doler todo el cuerpo, por intentar defenderse, su padre había aparecido y el enojo de la mujer se centró en el mayor, escapó a su cuarto en cuanto ella le soltó y se lanzó contra "su marido”.

Eran momentos como ese donde necesitaba de Ryoken.