Martes (...)

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— Debería dejar que mi propia depresión me consuma… ¿Ryoken también pensó en algo así?

No hubo respuesta.

— Ryoken puede sobrevivir por sus amigos… ¿Aún así es normal que él quiera caer en su propio infierno?

Sin respuesta, de nuevo.

— Podré yo… ¿Sobrevivir sin él a mi lado? —Yusaku afianzó su agarre sobre el muñeco— Porque él no quiere hacerlo sin mi…

El de mechones rosas cerró sus ojos mientras escuchaba su respiración contrastar con el silencio de su cuarto.

— Realmente ayudas en un ataque de ansiedad, Kirby, ahora entiendo porque Ryoken te adoraba —Yusaku sonrió antes de abrir sus ojos y alzar el muñeco rosa y redondo— pero no te preocupes, te devolveré a él dentro de tres semanas, cuando vaya a Neo Domino por el verano…

Yusaku se sentó en su cama aún abrazando el peluche, por alguna razón el olor que esté desprendía le resultaba muy calmante.

— Según mis cálculos, si consigo puntaje perfecto en estos últimos exámenes, lograré quedar entre cuarto o quinto lugar en mi clase… y a pesar de todo… mi madre cumple sus promesas… en especial si las hace frente a mi padre.

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