Lunes (...)

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— Muy bien alumnos, ahora entreguen sus cuadernos, revisare la tarea que les deje el viernes.

— ¿¡Dejaron tarea!? ¿Jyudai, Yuya por qué no me dijeron?

— Yo no sabía…

— Se me olvidó hasta a mi hacerla Johan, pero estoy seguro que nadie más la hizo —El castaño susurró observando a varios de sus compañeros dudar levemente, incluso Homura estaba en la duda de entregarla o no.

El profesor de cabellos plateados y flequillo púrpura, paseó su vista por el salón esperando a que algún alumno hiciera de buen ejemplo y entregará los ejercicios de física que les mandó a terminar en casa.

Ya planeaba el regaño a sus alumnos cuando en la fila que estaba al lado del enorme ventanal del salón un chico de ojos verdes, cabello azul con algunos mechones rosas, y un claro porte de desinterés, se acercó a la mesa del profesor para dejar su cuaderno abierto, con los ejercicios pedidos ya resueltos. Acto seguido Yusaku volvió a su puesto, ignorando totalmente las miradas de enojos de cierto grupo.

— Aparentemente si tengo estudiantes responsables, aunque sea uno.

Y como por arte de magia otros alumnos se levantaron y entregaron sus cuadernos, entre ellos Homura, aunque este último veía a su primo algo preocupado, se veían las ojeras bajo sus ojos y golpeaba bastante nervioso su mesa con el portaminas.

Yusaku estaba estresado, se notaba a kilómetros, así que lo que fuera que Jyudai y compañía tramara para hacerle pagar por esa “traición” marcaría otro punto de quiebre.

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