Capítulo XXII

18.8K 1.1K 80
                                    

La campanilla repercutió en las instalaciones del North pacific boarding. Luke se acopló en el pupitre con una descomunal sonrisa ilustrada en su rostro. El contento se incautó del chico y absolutamente nadie conseguiría arrebatarle aquel sentir.

— ¿Este sitio está ocupado?—consultó Jane junto a Luke. La visada se ubicó en el banquillo antes de obtener respuesta

—Eh…—balbuceó él—Discúlpame. Pero está apartado para alguien más

—Oh—manifestó—Ya veo—se situó en pie con una pizca de bochorno—Creo que hay un lugar vacante al lado de la ventanilla—Jane no permitió que Luke correspondiera antes de marcharse, mas sin embargo el muchacho le obsequió una cordial sonrisa

Annette Palmer, educadora en el subsector de ecología, arribó al aula y a continuación dispuso la primera media hora a transcribir una barbaridad de preguntas extraídas del texto escolar. Luke divagó intranquilo en su interior. Caroline aún no se presentaba a clases, y tal acto lo desasosegaba de forma que ni sostener el bolígrafo para apuntar la tarea le era posible.

—Permiso—oyó desde la entrada principal. Caroline emergía al interior del salón secundada por nada más ni nada menos que Austin Mitchell. Luke comprimió la dentadura en un intento por calmar la cólera que le causaba el contemplar semejante escena

—Pase—consintió la maestra, exenta de esmero. La mujer se encontraba apresada en su lectura de las setenta y un series de aves más excéntricas en Sudamérica

La castaña inspeccionó el entorno que la rodeaba, localizando a un solemne Luke Hemmings en la zona central. Se destinó hasta el chico y se acomodó en el espacio disponible a un costado de éste.

—Hola—masculló Luke. Le fue inviable no emitir el saludo con cierta agrietad, estaba algo molesto. Un sinfín de eventualidades pudo derivar de aquella circunstancia, inclusive la posibilidad de un regreso lo perturbó de repente

—Hemos terminado—liberó Caroline al instante. El semblante de Luke se renovó a uno más alegre, y es que era lo que más anhelaba desde hace dos años

— ¿Lo ha tomado mal?—encubrió la felicidad. ¡Qué interesaba! ¡Austin Mitchell ya no era un estorbo en su camino!

—Al principio se puso a la defensiva…—relató—Quiso hacerme creer que yo tenía la culpa al tomar prioridad en otros asuntos y desatenderlo—pausó—Es un gilipollas

—Vaya que si lo es—soltó Luke en una estruendosa risotada. Caroline sólo se limitó a empinar la comisura de los labios

En el intervalo de clases, ninguno de los dos volvió a propalar palabra alguna. El rubio supuso que la chica necesitaba digerir el sinnúmero de escandalosos sucesos producidos en menos de veinticuatro horas, por lo tanto, simple y llanamente se ocupó de arrullar su mano con la de él, entretanto la joven reposaba sobre el bufete.

La campana reanudó el exasperante bullicio. El alumnado abandonó el salón en notable diligencia, a excepción de Caroline que no adquiría prisa y Luke, que aguardaba por ella.

— ¿Estás bien?—curioseó, ligando sus dedos. Caroline lo estudió unos segundos con facciones inexpresivas, para luego ensamblar sus bocas

—Sí—aseguró. Viró su complexión y desapareció por la salida. Luke permaneció inmóvil, cuestionándose el cómo un tenue rose podía hacerle perder el juicio

—Así es, como oyes, se ha caducado el certificado que me exime de las actividades deportivas—mencionó Ashton, pinchando un trozo de pavo con el cubierto—Según Eugene, ‘no es posible consentir una garantía por tres años seguidos’—recitó—‘Debe ser excusado por una enfermedad crítica, no con vagos malestares sin veredicto medico’—adulteró la voz. Luke carcajeó

— ¿Por cuál electivo optarás? Están todos colapsados—enunció, bebiendo de la lata de soda—Creo que hay cupo en el de danza—mofó

—Eres un pedazo de…—Ashton no logró acabar la frase, cuando una inconfundible voz penetró en los oídos del par

— ¿Habrá espacio para alguien más?—dudó Caroline, modesta, portando una charola con la tradicional ración de ensalada, Coca-Cola dietética y un cuenco de moras azules. Ashton observaba boquiabierto. Le era inesperada tal visita, pues la muchacha tendría que estar compartiendo con la cuadrilla de los socialmente activos

—Claro que sí—apresuró Luke, deslizándose por el escaño. Caroline se situó en el

—Que tal, Ashton—saludó

—Hola, Caro.

—Caroline—la llamó el rubio— ¿Pretendes alimentarte con esa insignificancia?—estudió lo que aparentaba ser su ‘almuerzo’

—Es comida saludable, Lucas—garantizó, mordisqueando un fragmento de la remolacha

—Se asemeja más a comida dietética—habló Ashton. Caroline lo miro deficientemente

—Desde ahora en adelante merendarás raciones que te nutran—impuso Luke. El chico hurtó la bandeja, permutándola con la suya—Come

— ¿Y tú?—preguntó Caroline, pasmada

—Estaré bien—declaró—Quiero cuidarte

Caroline sintió incomodar, ya que no discernía con exactitud lo que ocasionaba su mejor amigo en ella.

__________________________________________________

@mysweetdreams1994, con respecto a tus preguntas: mi canción favorita (en este momento) es Counting Stars de OneRepiblic. Mi serie favorita es Los Simpsons y Catfish. Mi banda favorita es Panic! At The Disco. Supongo que la forma más rara de inspirarme es comiendo palomitas de maíz. Mis momentos raros de inspiración son a oscuras, de noche o de día, pero con las cortinas cerradas.

¡Por cierto! Pásense por las novelas de → @mysweetdreams1994. A mí me han encantado, de seguro a ustedes también.

Chica del Corazón Roto |l.h (Book #1) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora