Parte 2 capítulo 7

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LA ÚLTIMA MORADA

  Susan enseguida se dio cuenta de que no era muy bienvenida la hostal, pues tuvo que subirse las maletas ella misma y aparte de eso, "le tocó en suerte", la habitación con la ventana más pequeña. Loreta estuvo a punto de darle una habitación con la ducha estropeada, pero no se atrevió, no fuera el caso, que entonces la tigresa se fuera a duchar a la habitación de Alfred.

  Nuestro amigo se presentó en el Hostal a la hora de comer y tan solo asomar por el pasillo de la primera planta, Susan se colgó de su cuello para llorar. Fue un corto abrazo embarazoso para ambos, pero pasado el remojon de hombros, se metieron en el cuarto de Alfred a tocar el tema con civilizada conversación. La cosa duró poco, pues tras media hora de disculpas, abrazos y besos, el trago de Susan quedó digerido.

 Cuando se sentaron en la mesa del rincón, nadie pudo pensar que Susan había llorado y si algo se adivinaba de tirantez entre ellos, era la cara de Alfred, que estaba más avinagrada que la ensalada. Liria por el momento no quiso aparecer, pero de haberlo deseado su tía no la hubiese dejado salir de la cocina, pues según Loreta, aquél no era un buen momento para el abordaje y eso, a Liria no le importó en absoluto, más bien todo lo contrario, pues ya se encontraba demasiado cohibida en presencia de Alfred, como para soportar la miradas de Susan. No es que Liria fuese extremadamente tímida, pues también tenía su carácter, solo que, todavía no se había soltado. Pero no se deben confundir prudencia y buenas maneras con timidez y cobardía, pues esas confusiones dan sorpresas.

 Las dos horas transcurrieron sin más penas. Tim en otra mesa a cierta distancia observaba a la pareja con disimulo y Loreta todo lo contrario, pues a la posadera le reventaban las niñas de papá y porque la situación personal con el chofer la frenaba que sino...

 El aparejador apareció providencialmente al terminar de comer y con él la excusa de Alfred para salir los dos hacia la casona con los nuevos planos, así que Susan, se despidió hasta la noche y se encerró en su cuarto malhumorada.

 La tarde fue aburrida para todos, una esperaba el regreso de Alfred, él no tenía muchas ganas de regresar y Tim, apenas tenía trabajo en el jardín. Loreta se dedicó a charlar con Liria y, Tabán, a pegarse una siesta de narices. Al chucho sí que le venía holgado aquel enredo, era el único al que le importaba una pulga todo aquello.

 Al final del día llegó la cena, pero esta vez, para Loreta con mucho trabajo, pues se le presentaron diez turistas para cenar de esos que van a la aventura sin programa determinado y esa gente sin duda, son el aire fresco de los negocios de hostelería, pues pagan lo que les pides y comen lo que les das y también, son simpáticos y amables incluso para pedir.

 Tim muy decidido, se metió dentro de la barra del bar para ayudar y después de inundar el sumidero del grifo de la cerveza y de romper tres vasos y una copa, se sentó de nuevo muy decidido. Loreta era como un torbellino trabajando, sabía servir a la gente como nadie y su preciosa sonrisa, era de esas que te hacen olvidar la cuenta. Al chofer le dejó de piedra la energía y saber estar de la posadera, que gran mujer. ¿Habría tiempo para una cuarta boda?

 Después de cenar y cuando los turistas regresaron a sus caravanas, Susan vio por primera vez a una posible oponente. Liria estaba distanciada y sentada junto a su Loreta y Tim, pero las miradas de la chica a nuestro amigo y la respuesta visual de Alfred, pronto pusieron sobre aviso a la tigresa y...

  Susan preguntó: ¿Quién es esa chica? 

 ---Alfred: La sobrina de la posadera creo.

   Susan no preguntó nada más, estaba centrada en conseguir una sesión de cama con Alfred. Eso era de momento lo más importante, la cama es la soldadura ideal para las heridas del corazón, naturalmente, si la ofensa a redimir no es reiterada.  Alfred ya no tardaría en ceder, de eso ella estaba muy segura, pues la circunstancia de la proximidad, empujaría a buen ritmo la maniobra pasional.

Desde el sótano al desvánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora