Prohibido (Kookmin)

Parte 6

Jungkook

Qué te pasa Jungkook, le revolviste el cabello? Estás loco?

No es un niño, tiene 22 años, 22 AÑOSSSSS, 3 menos que tu, idiota.

Terminé de lavar las tasas sucias y subí las escaleras que me dirigían a la habitación de Junji, cuando cerré la puerta detrás de mí, contemple el bello rostro de mi novia, durmiendo plácidamente. Junji era hermosa, no solo poseía una belleza exquisita, sino que también era buena persona, cariñosa y dulce.

Mentiría si dijera que no me sentí atraído por ella desde la primera vez que la vi. Recuerdo que llevaba un traje negro ceñido, y el cabello suelto. Su hermoso largo y sedoso cabello, se movía libre sobre sus hombros y su sonrisa cálida, me volvió loco.

El haber nacido en una familia en buena posición, me ha hecho muchas veces las cosas fáciles, no es que no considere que mi atractivo no es lo suficiente, pero siempre tuve a las mujeres que quise. Las que no se rendían ante mi atractivo lo hacían por mi dinero y eso hacia muchas veces que las cosas fueran aburridas e insulsas.

Con Junji fue diferente, ella no buscaba ninguna de las dos, Junji era independiente y dedicada a su trabajo y eso me resultaba atractivo. Como una hermosa chica no me prestaba atención.

Luego de un tiempo intentando sin éxito llamar su atención, conquistarla se volvió un desafío. Recurrí a todas mis armas de seducción y nada resultaba. Un día, en un almuerzo laboral, recibió una llamada de su hijo y pude ver como su rostro se iluminaba, su sonrisa se volvia amplia y feliz, Junji estaba más hermosa aun. Se me ocurrió preguntar más sobre su hijo y así comenzó nuestra relación, hasta el momento, solo de amistad.

Junji me contó cuan excelente hijo era Jimin y lo unidos que eran, me sorprendió bastante saber la edad de Jimin, pero considere que no era pertinente indagar mas por el momento. En cada oportunidad que tenia de acercarme, preguntaba cómo estaba ella  y como estaba su hijo y eso la hacía feliz. Nuestras charlas se fueron volviendo cada vez más intimas y terminé contándole de la no relación que mantenía con mi padre, de mi hermanos y hasta de mis sentimientos. Un día sin darme cuenta me había vuelto un libro abierto con Junji, una relación que no había tenido con ninguna mujer antes. El desafío se volvió necesidad, cada vez necesitaba más estar con Junji y más cuando algún problema afectaba mi estado de ánimo. Junji se volvió mi amiga y confidente en poco tiempo y ya mi interés no solo era sexual, realmente quería compartir otras cosas con ella.

Junji creo que sintió lo mismo, porque un día a la salida del trabajo me invito a beber un café. Cosa que no habíamos hecho jamás hasta el momento, salir fuera del ámbito laboral.

La tarde resulto agradable y habíamos disfrutado mucho como siempre de nuestras charla. Me ofrecí a llevarla a su casa y acepto. Realmente no quería que terminara. Antes de bajar del auto, note como Junji se tensaba y decía cosas sin sentidos, realmente estaba muy nerviosa y me resulto sumamente tierna. Me aproximé, para quitar el cinturón y nuestros rostros quedaron enfrentados. No pude resistir el momento y la bese. Los ojos de Junji parecían que iba a salirse. Bajo rápidamente del auto y sin decir más, desapareció de mi vista.

No volví a cruzarme con ella en la semana siguiente y no contestaba mis insistentes mensajes.

Luego de una tortuosa espera, me escribió un día invitando a su casas.

Cuando llegue me sentía nervioso, cosa que era extraña en mí. Realmente me gustaba Junji. Pase por primera vez a la hermosa y acogedora casa. No era muy grande, pero en ella se sentía un ambiente cálido y hogareño que me resultaba agradable.

Junji no decía nada y yo tenía miedo de decir algo que la haga huir nuevamente.

Una vez terminamos de beber el delicioso liquido negro, Junji declaro.