Parte 7

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Jungkook

La mañana había resultado tranquila. Como siempre, me toco revisar escrituras y testamentos. Almorzamos juntos con Junji,charlamos de temas laborales como de costumbre  y luego quedamos en regresar juntos. Si bien teníamos áreas comunes, nuestros departamentos estaban separados.

Cuando ya estaba saliendo para la cochera donde habíamos quedado en encontrarnos, recibí una llamada de Junji, avisándome que no la esperara, porque unos clientes extranjeros acababan de llegar, regresaría luego de la cena. No era extraño, ya que la mayoría de las veces era Junji la encargada de negociar. Junji por su experiencia y recorrido dentro de la empresa era muy bien aceptada, pero siempre creí que su remuneración no era suficiente para el compromiso que demostraba.

Subí al auto y emprendí el regreso. Recordé que me encontraría con Jimin. No había pensado en el chico en todo el día. Tal vez debería comprar comida rápida. Mejor espero a llegar.

- Jimin, estoy en casa.- dije, ni bien atravesé la puerta.

Podía escuchar el sonido de la televisión desde la sala, ingrese y ahí estaba el descarado chico.

Llevaba los mismos pantalones rotos que la ultima vez, y un jersey grueso que le quedaba demasiado grande. Parecía haberse quedado dormido viendo la televisión, pero eso no era lo peor. La ropa estaba desalineada dejando ver gran parte de su abdomen, su piel era lechosa y parecía suave al tacto. La expresión de su rostro era tranquila, su cabello desarreglado y su preciosa boca entreabierta ofrecía un panorama que encontré bastante sugestivo.

Quede congelado en el marco de la entrada, no sabía si salir corriendo hacia adentro, o  hacia afuera.

-Jungkook, Jimin  es niño tiene pene, Jungkook, Jimin es el hijo de Junji.- Me decía mentalmente. Pero la parte baja de mi abdomen, no parecía escuchar.

Se giro, en sueño quedando espaldas a mi, y fue eso lo que me dio la pauta de salir de ahí. Su cintura marcaba perfectamente el relieve de sus perfectas nalgas que ahora se inclinaban hacia mí como invitándome a tocarlas.

Mi pene dio un tirón y me sentí perfectamente un hijo de puta. Como podía estar viendo así al hijo de Junji. Como podía estar viendo así a un chico. Realmente estaba volviéndome loco.

Subí corriendo las escaleras y me encerré en el cuarto Junji, necesitaba una ducha.

Cuando baje lo primero que hice fue mirar hacia la sala y Jimin ya no estaba. Me dirigí hacia la cocina y lo encontré sonriendo de forma tonta a su teléfono. Supuse que estaría hablando con su novio.

- Hola- dije y mi tono de vos sonó raro. Este chico me ponía de los pelos. Me miro y esos ojos otra ves chispeantes y picaros revolotearon sobre mí.

- Hola- dijo y su rostro se torno serio.

- Tu madre volverá tarde hoy, esta con.....-

- Lo sé- dijo cortándome antes de terminar. Ya me sentía fastidiado. Quien se creía el mocoso.

- Quieres que compremos algo de comer?- pregunte intentando ser amable.

- No hace falta. No tengo apetito.- y se levanto de la banqueta para cruzar por mi lado.

De alguna forma, su reacción agito todos y cada uno de los nervios de mi cuerpo. Me sentía enojado, más que enojado colérico. Que le pasaba. Lo tome del brazo y lo atraje hacia mi, antes de que saliera de la cocina.

Sus ojos se ampliaron y pude notar que no lo esperaba, yo tampoco lo hacía. Mi corazón comenzó a golpear de forma errática y mi piel parecía quemar.

Prohibido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora