Parte 24

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Jungkook

El frágil cuerpo del chico estaba aferrado a mi camisa, todavía podía percibir los hipidos agitando su cuerpo. Jimin llevaba ya un buen rato llorando. Realmente lo entendía y me sentía bastante culpable. Era mejor dejarlo, mantenerme lejos, pero a estas alturas no creía poder hacerlo. Se sentía bien tenerlo en mis brazos, se sentía bien pensar que podría protegerlo.

Perdí la noción del tiempo y en algún momento me quede dormido. Tenía días sin dormir correctamente.

Abrí los ojos y me encontraba recostado con Jimin sobre mí, aferrado de una manera casi risorio.

Desprendí suavemente los apretados puños del chico y me deslice de la cama.

Acomode a Jimin cubriéndolo con un pesado cobertor, apague la luz de la lámpara y me metí a su lado. Automáticamente se giro a mi encuentro y volvió a acurrucarse contra mi pecho. Lo recibí extrañamente cálido y aspire profundo sobre su cabello. Cerré los ojos una vez más y me quede dormido al instante.

Lo suaves movimientos me despertaron, abrí apenas los ojos y me encontré con un hermoso chico despeinado y adormilado mirándome, la imagen me pareció tierna, parecía un pequeño niño.

- Buenos días- fue lo primero que salió de mi boca antes de atraerlo hacia mí para estrujarlo contra mi cuerpo. Quería sentirlo. Jimin tan dócil se dejo arrastrar y acompaño el movimiento.

- Buenos días- dijo sobre mi pecho.

- Te llevare a que cambies tu ropa y luego iremos a que te hagas lo análisis que dejo el doctor- Jimin asintió.

En silencio me dirigí al baño, realmente no era extraño despertar con el chico en la cama.

Cuando regrese a la habitación Jimin ya no estaba. Fui a la cocina y se encontraba revolviendo las alacenas. Me gustaba verlo, bajo la luz de la mañana. Su rostro con más color del que podía decir que tenía el día anterior dejaban ver unos hermosos ojos castaños, y una brillante cabellera rubia.

- Lo siento pero no puedes comer nada hasta que hagamos los análisis, prometo llevarte a desayunar.- Jimin me miro lastimero como si le hubiera dicho a un niño que no podría comer dulces.

- Ok- dijo

- Si estás listo podríamos irnos.- asintió con un ademan de cabeza y nos dirigimos a la salida.

Cuando llegamos a la clínica estaba bastante concurrida, no tuvimos que esperar demasiado para tomar las muestras de sangre. Esperamos un momento y luego de ver a Jimin volver con un pequeño algodón en el brazo, nos dirigimos a la planta donde nos vería el doctor.

Estábamos sentados en la sala, Jimin viendo una revista vieja y desgastada y yo mirándolo a él.

Mientras lo observaba me preguntaba qué rayos estaba pasando con migo. Como había llegado a esta situación.

Jimin tenía solo un par de años menos que yo, pero parecía más joven, su pelo caía desordenado y sus labios eran tan gruesos que parecía poseer un enfado constante. Sus pequeñas manos cambiaban las hojas, donde sus ojos se concentraban. Debía terminar esto y no podía volver a tocarlo. Era el hijo de Junji por dios.

Junji, realmente quería a Junji, ella era una buena persona. Se había convertido en mi confidente. Sabía como aconsejarme y escucharme. Era agradable despertar con ella, compartir días enteros solo charlando. Junji me había dado un hogar al que volver.

- Park Jimin- llamo el doctor-

Me pare para acompañarlo y Jimin me fulminó con la mirada.

- Puedo ir solo.- dijo frío. Y hasta sus ojos malvados se me hacían tiernos. Realmente me estaba volviendo idiota.

Asentí con la cabeza y volví a sentarme.

No dejaba de ver el reloj de pared, parecía que los minutos no pasaban nunca, la aguja no se movía, tal vez el reloj de pared estuviera averiado, mire mi reloj de muñeca. Igual. Nada, los minutos solo se resistían.

Luego de lo que pareció una eternidad, Jimin junto al doctor que había visitado mi departamento salieron sonriendo por la pulcra puerta del consultorio. Me levante de golpe.

- Muy bien chico, ya sabes que hacer. Nos veremos entonces.

- Gracias doctor Choi, ha sido un placer.- respondió Jimin estrechando su mano.

- Sr Jeon, un gusto verlo. Cuide del muchacho.- el hombre dio un guiño y siguió llamando al siguiente paciente. Asentí un poco aturdido por la insinuación.

Mire a Jimin, sus mejillas abochornadas por la situación, salió de la habitación a gran velocidad. Lo seguí igualando su paso.

- Que dijo el doctor?- pregunte. Cuando la marcha había aminorado.

- Solo estoy un poco anémico, debo comer mejor y descansar. Me receto unas vitaminas. Quiere que lo vea en unos meses. Nada grave.- respondió mirando aun el suelo.

- Ok iremos a comprar las vitaminas y comestibles y luego volveremos al departamento.

- Que? Estas loco? Voy a mi departamento no al tuyo.- dijo enfadado

- Ok iremos a tu departamento entonces.- Jimin levanto la vista y podía ver que estaba enojado.

- No se que mierdas te pasa Jungkook, pero no tiene por que actuar como si te importara y además ya deberías estar en Busan con mi madre, por si no lo recuerdas.- a estas alturas regresar era impensable.

- Volveré a Busan una vez que considere estas bien, no podría dejarte sin estar seguro que no volverás a desmayarte. Además estas solo en Seúl, cual es el problema?.

- Yoongi llega esta tarde.- respondió y volvió a bajar la mirada, esta vez sus ojos estaban más bien dolidos que enojados.

- No me importa.- dije y lo tome del bazo acelerando la marcha hacia el auto.

No me importaba nada a estas alturas. Realmente me tenia preocupado, realmente quería alimentarlo y hacerlo sentir bien, realmente quería su calor sobre mi pecho. Y realmente me jodia las pelotas pensar que otra persona pudiera cuidar de él. No lo permitiría, no dejaría que nadie lo toque, no, tenía que ser yo.

Lo había decidido, por lo menos una semana más me quedaría en Seúl.

Prohibido (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora