Capítulo 119

2.6K 128 23
                                    

Al entrar a casa todos vinieron a saludarme, especialmente mis dos hermanos que vinieron corriendo.

- Te hemos echado mucho de menos - me dijo Gabriel que como siempre hablaba por los dos.

- Y yo a vosotros - conteste abrazandoles - ¿Que tal todo por aquí?  - pregunte con curiosidad cuando nos separamos.

- Bien - me contestaron los dos.

- ¿Los estudios? - volví a pregunte.

- Genial - contesto Gonzalo sonriendo.

- Puto empollón - dijo Gabriel serio, veo que nada a cambiado desde que me he ido.

- ¿Y tú? - le pregunté.

- Bien - me mintió, lo note porque siempre que mentía apartaba la mirada.

- Mentiroso - dijo su mellizo enfadado.

- Bueno mejor háblanos de la roja - me dijo Gabriel a quien claramente no le gustaba hablar de esto.

- Vale - accedí a su propuesta  - vamos al salón - dije queriendo sentarme y ponerme cómoda ya que seguíamos en la entrada.

Al llegar allí lo primero que hice fue sacar todas las camisetas que conseguí, la verdad es que todos se portaron bastante bien conmigo porque traía un montón, a parte de las que me dieron los tres argentinos.

- ¡Halaaa que guay!- dijeron los dos sorprendidos cogiendo las camisetas.

- ¿Y los papis? - pregunte al ver que no aparecían.

- En su habitación - dijo Gonzalo.

- Seguro nos quieren dar otro hermano - dijo Gabriel sorprendiéndonos a mi y a Gonzalo - ¿Qué? - pregunto ofendido como si le hubiéramos dicho algo - Es verdad, últimamente no salen de esa habitación - me contó.

- Eso es verdad - concordo Gonzalo.

- Joder - dije sorprendida aún, sabía que se querían y todo eso pero meterse a follar en la habitación con tus hijos fuera me parecía demasiado.

- ¿Que pasa no quieres más hermanos? - me pregunto Gabriel - Porque yo si

- Y yo - dijo Gonzalo.

Un hermano no se si tendrían, pero un sobrino seguro si.

- Voy a ir a llamar a la puerta a ver si salen - contesté y fui hacia la habitación que hasta hace poco solo era de mi madre.

Llame y estuve un rato esperando hasta que por fin salió mi padre con la ropa mal puesta que se notaba que acababa de ponérsela, lo que me hizo sonreír.

- ¡Hija! - me dijo sonriendo - ¡Por fin estas de vuelta! - dijo abrazándome.

- ¿Hija? - pregunto mi madre desde dentro.

- Si - contestamos mi padre y yo y de inmediato salió mi madre en camisón.

- Ohh hija mía, te he echado mucho de menos - dijo mi madre abrazándome - no vuelvas a dejarme tanto tiempo sola con estos tres hombres - dijo haciéndome reír.

Enamorándome del 20 (Mundial 2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora