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Llegué a casa bastante enfadada, había sido un día de perros. Me quería morir o desaparecer, una de dos. Mi hermano estaba en el sofá con una botella de whisky en la mano. Dejé el bolso rápidamente en la mesa de la cocina y fui al salón.

—Jughead, ¿qué coño haces?—le pregunté perdiendo la poca paciencia que me quedaba.

—Déjame, no quiero hablar con nadie.—me dijo ebrio y apenas vocalizando.

—¿Estás borracho?—le pregunté intentándole mirar a los ojos.

—No, no lo estoy...—se empezó a tambalear—Y si lo estuviera no es de tu in...in... Espera, ¿cómo se decía?

Me acerqué a él y fui a quitarle la botella de las manos pero se alejó de mi a tiempo. Me señaló con el dedo índice e intentó sostenerse en pie.

—Déjame en paz... Te lo advierto Jazmine.

—No te voy a dejar en paz, dame esa puta botella. Como papá te vea así te va a meter una paliza que te vas a acordar aun estando sobrio.

—Me da igual, que se entere. Y que me pegue, me lo merezco.

—No digas eso y dame la botella por favor.

—¡Que no quiero!—chilló para acto seguido tirar la botella contra el suelo.

La botella se hizo añicos y di pasos hacia atrás para evitar cortarme con los trozos de cristal. Se estaba descontrolando demasiado. Debía llamar a mi padre. Me di la vuelta y fui a por el teléfono fijo.

—¿Dónde vas?—me preguntó.

—A llamar a papá.

—Tranquila, he desconectado la red. No quería que me llamase nadie, Betty menos.

—¿Que has hecho qué? Mira, me voy a ir...—fui a la cocina y cogí mi bolso—Comete tú este problema.

Abrí la puerta y estaba Archie, el que faltaba.
Prefería estar con mi hermano borracho así que opte por cerrarle la puerta en la cara pero puso el pie, intenté hacer fuerza pero era más fuerte que yo.

—Jazmine por favor, hablemos.—me suplicó.

—No tengo nada de qué hablar contigo, la que debería de hablar contigo es Veronica no yo.

—No, estás equivocada...

—¿Ah, si? Tu también, y mucho.—puse los ojos en blanco—Ahora si me disculpas, voy a cuidar de mi hermano que está borracho.

—¿Quién? ¿Jughead?—me preguntó intentando asomarse.

Le di un empujón e intentó mirar a la ventana pero no consiguió ver nada.

—¿Puedes irte? No quiero ni verte.

—Soy su mejor amigo, déjame pasar.

—Y yo su hermana y si no quieres que el mismo borracho te parta la cara o yo a ti... Te vas.—le amenacé.

Le volví a cerrar la puerta e intentó volver a poner el pie pero cerré a tiempo. Se puso a llamar al timbre, cuando quería que le perdonase ese chico era insoportable...

Volví al salón y estaba Jughead rompiendo cosas.

—¡Jughead que no rompas cosas!—le chillé. Me dirigí donde él y le quité el jarrón de flores, Archie se había dado cuenta de los gritos ya que empezó a dar golpes en la puerta.

—¿Quién demonios es?—preguntó Jughead enfadado, más de lo normal.

—Es Archie, tranquilo.

Jughead gruñó y apretó los puños enfurecido.

—Él es el responsable de todo, me ha quitado a Betty. Ella siempre ha estado enamorada de él.

—No, Jughead por dios... No está enamorada de él, lo está de ti.

Me evitó y salió corriendo hacia la puerta, la abrió y le plantó un puñetazo a Archie.

—¡No!—chillé y fui corriendo hacia la puerta.

Intenté apartar a Jughead pero me dio un codazo en la nariz y caí al suelo, se iban a matar.

Archie me miró perplejo, yo estaba sangrando por la nariz. Al percatarse de ello, le plantó otro puñetazo a Jughead, lo suficiente como para distraerle y levantarme.

—¿Estás bien?—me preguntó.

—¿Tú que crees?—le dije recibiendo su mano y levantándome—Ni se te ocurra volver a tocarlo.—advertí a mi hermano.

Cogí a Archie de la mano y se sorprendió, ¿tan raro veía que le agarrase la mano?

Le lleve a un sitio bastante lejano donde nadie nos pudiera molestar.

—Jazmine... Déjame explicártelo por favor.

—Archie, ya basta. ¿Te gusto o algo? Porque estás realmente obsesionado conmigo.

—Pues puede que sí, puede que sí me gustes. Puede que aquella noche en el campamento te tendría que haber besado y no lo hice pero lo tendría que haber hecho. Y puede que seas perfecta y nunca te lo diga pero así son las cosas, y puede que desde que apareciste Veronica se quedó en el olvido...—me dijo mirándome fijamente a los ojos.

Me quedé de piedra. No podía estar pasando.

—Me estás vacilando, ¿verdad?—le pregunté comenzando a dar vueltas.

—¡No! Claro que no. ¿Tú estás loca?

—Bueno, preguntaba. ¿Y por qué no me has besado aún?—le pregunté de golpe, sin darme cuenta de lo que acababa de preguntar.

—Porque me suponía que no querías comerte las babas de Cheryl...—agachó la cabeza y se comenzó a reír—Y porque eso quiero que salga de los dos no solo de mí.

Me comenzaron  a brillar los ojos. Ese chico me estaba sorprendiendo pero aún no me fiaba cien por cien de él. Se mordió el labio inferior y me miró buscando respuestas.

—¿No crees que todo esto es un poco precipitado?

—Bueno...—me respondió rascándose la nuca.

—No sé, acabo de llegar y con Veronica llevas un buen tiempo, deberías pensarte bien las cosas.

—Ya las tengo pensadas.

—Pero, ¿si me voy a Texas otra vez?—le pregunté.

—Iré contigo.

Se me escapó una risa, el me miró y comenzó a sonreír. Este chico es irresistible hay que admitirlo.

—Archie, yo...

—No Jazmine, no busques más excusas, toma una decisión sin excusas.

—No sé qué hacer en serio... Estoy indecisa.

—¿Por qué estás indecisa?—me preguntó frunciendo el ceño.

—Archie, me estoy empezando a agobiar. Tengo que controlar a mi hermano así que hablamos mañana de todo esto mejor, ¿vale?

Asintió con la cabeza y le di un beso en la mejilla, me fui otra vez a mi casa y lo deje allí con toda su declaración en la boca. Se que había sido un poco...un poco egoísta, pero no sabía lo que sentía...

LA HERMANA DE JUGHEAD. [RIVERDALE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora