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Mi padre se escondió detrás de las escaleras con la navaja, mi madre bajó colocándose la bata y frotándose los ojos. Encendió la luz y vio a Jughead y a Archie de pie junto a mí.

—¿Q-qué hacen estos dos aquí?—preguntó sorprendida y a la vez nerviosa.

—Hemos venido a llevarnos a Jazmine.

—¿Perdón?—mi madre se empezó a reír—Ni en broma.

—Ya la perdimos una vez por tu culpa, no volverá a pasar.—dijo mi padre saliendo de donde estaba escondido amenazándola con la navaja.

—Jazmine no se va a ir con vosotros. Y deja la navaja si no quieres que llame a la policía.

—Vale, tranquilizaos por favor.—dije levantando las manos.

—Dile que baje esa arma. Estás embarazada, no puedes sufrir emociones fuertes.

Archie y Jughead pusieron los ojos como platos como si no lo supieran desde antes. Todos nos quedamos callados hasta que mi padre me cogió de la mano y me puso detrás de él.

—No des ni un paso más Gladys.—advirtió a mi madre.

Mi madre puso los ojos en blanco y sacó del bolsillo de su bata una pistola, la cargó y apuntó a mi padre.

—¿O qué?—le preguntó con mirada desafiante.

—¿Mamá? ¿Qué haces? ¡Baja ese arma!—chillé empezando a ponerme nerviosa, se me estaban empezando a caer las lágrimas.

Archie me rodeó con sus brazos para que no me abalanzase sobre ella, podía ser peligroso.

—Tranquila... Estoy contigo, saldremos de aquí sanos y salvos. Incluyendo nuestro bebé.—me susurró al oído tratando de calmarme.

Me quedé un poco extrañada por lo que me había dicho pero confiaba en él.

—Gladys que bajes el puto arma.—le advirtió mi padre.

—No, no lo bajaré hasta que tú no guardes la navaja y me des a mi hija.

—No te vamos a dar a tu hija para que la metas entre rejas y encima embarazada.—la espetó Jughead.

—Es lo que se merece.—esas palabras me chocaron—Si es una ladrona lo es y ya está.

—Mamá, ¿qué coño estás diciendo?—la pregunté tratando de cuadrar las cosas.

—Si eres una ladrona tienes que pagarlo.

—Te lo estas tomando todo muy a pecho, ¿cuánto te han pagado los Lodge?—la pregunta FP.

—No te interesa. Ahora o me devolvéis a mi hija...—dijo mirando a Jughead—O despídete de tu padre.

Le dio una patada a la mano de FP provocando que se le cayese la navaja y le agarró del cuello con el brazo. Le apuntó con la pistola en la cabeza.

—Tú decides Jughead. O tu padre o tu hermana... Tic tac tic tac...

—Mamá, ¡para por favor!—comencé a llorar.

Nunca me había mostrado tan vulnerable.

—No, no voy a parar. O su padre o tú.

LA HERMANA DE JUGHEAD. [RIVERDALE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora