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Nos encontrábamos en la sala de espera, Archie estaba en el quirófano. Estaba extirpándole la bala del estómago. Si no hubiéramos llegado a tiempo se hubiera desangrado y yo no sabría qué habría hecho con mi vida. Jughead me dio la mano para consolarme y me miró a los ojos.

—Jazmine, en cuanto al bebé... Yo os apoyo. Archie es mi mejor amigo y tu mi hermana y ese bebé será mi sobrino. Apoyo su nacimiento y os apoyo a vosotros.

—Gracias Jughead, de verdad.

Le di un abrazo y comencé a llorar de la emoción,
nunca antes había estado tan unida con mi hermano. FP nos estaba contemplando desde el mostrador y no pudo evitar tampoco un par de lágrimas. Se dirigió hacia nosotros y nos abrazó a los dos.

—Archie se va a recuperar, ya lo verás cariño.

—Seguro que sí papá, confío en el trabajo de los médicos.

Me dio la mano y me miró sonriente. Todos sabíamos que Archie iba a salir de esa. Apareció su padre en mitad del hospital. Nos vio y se dirigió rápidamente hacia nosotros, se le veía realmente preocupado y era entendible.

—¿Qué tal está mi hijo? ¿Dónde está?—preguntó nervioso.

—Están operándole en el quirófano, se recuperará.—le informó FP acariciándole la espalda—Archie sale de todas.

Su padre asintió con la cabeza y se dirigió a mi.

—Me he enterado de que estás embarazada de mi hijo... Felicidades. Os apoyo en esto, me hace mucha ilusión ser abuelo. Va a tener unos padres excelentes.

—Muchísimas gracias.

Vino una enfermera y me dijo que me buscaba mi jefe. Fui al mostrador y lo vi con una sonrisa de oreja a oreja. Era la primera vez que le veía sonriendo.

—¿Qué pasa?

—Hemos conseguido que te quiten a ti los cargos, ahora van a ser para tu madre. Va a estar en la cárcel un buen tiempo, no creo que llegue a conocer a su nieto.

—Mejor, que no lo conozca. Menos mal que solo cometí un delito.

—Sí pero ella ha cometido el doble, nunca te lo ha dicho... Tu madre es una delincuente.

—Pues le tocará pagar por ello. Muchísimas gracias de verdad.

—No hay de qué, nos tendrás siempre. Cualquier cosa que te pase ya sabes, nos llamas. Suerte con el bebé y llámanos cuando nazca para venir a verlo.

—No dudaré en hacerlo.

Me despedí de él y volví a la sala de espera, en la que estaba un médico hablando con mi hermano, mi padre y el padre de Archie.

—Hola, ¿qué tal está Archie?—le pregunté.

—Nos ha costado bastante extirparle la bala pero al final la operación ha salido exitosa. Ya hemos acabado y está en buen estado. Ha sobrevivido a pesar de la sangre que ha perdido. En el quirófano no paraba de decir inconscientemente el nombre de Jazmine, ¿es usted?—me preguntó colocándose las gafas.

—Sí, ¿puedo pasar a verle?

—Claro, pero una persona por visita por favor.

—Vale, ¿en qué habitación está?

—En la planta tres la habitación 134.

—Vale, muchas gracias.

Me di la vuelta y miré a su padre.

—¿Quién va primero?

—Ve tú.—me dijo el padre de Archie.

—¿No será más especial e importante que vayas tú?

—No. Estaba llamándote a ti en medio de la operación así que ve tu primero, hazme caso. Yo el último, se sorprenderá al verme.

—Está bien.

Me dirigí corriendo al ascensor y subí a la planta número tres, busqué la habitación 134 y cuando llegué llamé a la puerta y entré rápidamente. Vi a Archie conectado a las máquinas, tenía la barriga vendada y un tubo por el que respiraba lentamente. Cuando me vio se incorporó rápidamente y me senté en la silla que estaba junto a la camilla, no sin antes besarlo en la frente.

—¿Cómo estas?—le pregunté a punto de llorar al verle en ese estado.

—Mejor y más si estás tú.—me dijo dándome la mano.

—Me has dado un susto de muerte, en serio. Menos mal que ya estás aquí sano y salvo.

—No te vuelvas a separar nunca de mí por favor.—me suplicó.

—No lo voy a hacer jamás... Pero jamás.

—Te amo.—confesó.

Me quedé mirándolo y le sonreí.

—Yo también te amo, Archie Andrews.

—También amo a ese bebé que se está formando en tu barriga.—dijo observándome.

Nos empezamos a reír emocionados.

—Jazmine, quiero pasar el resto de mi vida contigo.

—Yo también Archie, quiero formar una familia contigo.

—Puede que seamos jóvenes o puede que dentro de unos años ya no exista este amor pero siempre estaré junto a ti, te lo prometo.

—Eres genial.

Después de estar media hora juntos, dejé pasar a los demás y me quedé en la sala de espera.

Al día siguiente, a Archie le daban el alta y podría irme tranquila con el de vuelta a Riverdale. Tal y como habíamos planeado. Ni Verónica ni nadie se iba a entrometer nunca más en nuestra relación. Sería solo él y yo, nadie más, nadie más se interpondría en nuestros sentimientos recíprocos—bueno, nuestro bebé—pero aún así, nadie más intentaría hacernos la vida imposible y si existiese alguien que lo intentara no importaría porque nuestro amor era mucho más fuerte que todas aquellas personas que intentaban derrumbarnos o jodernos la vida y la relación.

LA HERMANA DE JUGHEAD. [RIVERDALE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora