Capítulo 20: El acosador.

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- No puedo creer que te lo haya contado todo.- dice Max.

- Yo no puedo creer que tenga el valor de aparecer luego de lo que le hicimos.- retruca Alex.

Estamos en mí casa terminando de almorzar y les conté de la visita de Sebastián y a lo que llegamos.

- No quiero que vuelvan a hacer algo así, miren si los denuncia y todos acaban en la cárcel por agresión.

- Frederick nos defendía.- dice Alex y sigue comiendo como si nada.

- Para tú información tendría que hacer milagros para salir él primero, y luego sacarlos a ustedes.- respondo sarcástica.

- Es cierto.- concuerda Jeremy.- Nos arriesgamos mucho, pero valió la pena, aparte estrené las esposas y la picana.- yo lo fulminó con la mirada y él se encoje de hombros sin darle importancia.

- Y yo supe lo que es patearle las bolas a un hombre.- Alexia sonríe con orgullo.

- Qué tú hiciste que?- pregunto, Sebastián no me dijo nada de eso.

- Ahh, entonces no lo sabías?- se sonroja.- Bueno yo tampoco estoy segura de que lo sintiese, creo que la corriente eléctrica lo había dejado desmayado un rato.- frunce el entrecejo.- Pero admitamos que fue divertido.

- No lo fue. Eso es bajo para nosotros.- dice Jeremy rascándose la nuca.- En ese sentido los hombres nos defendemos.

- Uyyy, pero que aguafiestas son.- Frederick me dijo lo mismo.

-Maldita sea Alex. Cómo se te ocurre golpeado allí?

- Primero y principal vosotros ya no estáis juntos, y segundo ya estás embarazada así que más da si ahora se queda estéril.- se encoje de hombros.

Estoy por replicar cuando Javier y Max aparecen entusiasmados.

- Tendrás nuevos vecinos!- grita mí primo.

- Traidor, yo los vi primero!- réplica Javier.

- Ya dejen de discutir entre ustedes como dos niños y cuenten.- pide Jeremy.

Max y Javier le sacan la lengua.

- Creo que será un hombre, todo lo que bajan de camión de mudanza es nuevo y masculino.

- Javi tiene razón, tendrás un vecino soltero para endulzar tus ojos justo frente a tú casa.

- Tal vez es un anciano demacrado.- digo riendo.

- Si un anciano demacrado tiene tan buen gusto me caso ya mismo.- Javier golpea a Max en el brazo ofendió por lo que dijo.- No te enfades cariño yo solo te quiero a ti.

- Si claro, eso dices ahora.- Javier se muestra ofendido.

- Dejémoslos discutir y vamos a chismear.- dice Alex tomándome del brazo y jalándome a la ventana delantera.

- Mira ese espaldar de cama, es una preciosidad.- mí amiga se refiere al espaldar negro con rosas rojas que bajan del camión.

- Cierto es bellísimo.- concuerdo.- Quiero saber quién será mí nuevo vecino.

- Nosotros también.- dicen a coro Jeremy, Max y Javier llegando a nuestro lado.

- Maldita sea!- digo cuando veo llegar un auto a la casa y su propietario se baja de él.

- Cómo carajos se atreve a venir aquí?- se indigna Jeremy.

No, no, no, y no!!! Sebastián es mí nuevo vecino, por qué tengo que tener esta suerte? 
Pienso para mí misma.

- Mejor dicho, cómo mierda se atreve a mudarse frente a Allison!?- pregunta a los gritos Alexia.

- Tranquila leona, piensa en que esos gritos a tú hijo no le hacen bien.- trata de apaciguarla Javier.

- Tienes razón, pero es que no puedo creer la cara tan dura que tienen algunos.- responde acariciándose el vientre.

Tratando de verle el lado positivo a la situación digo:

- Seguro que lo hace para estar más cerca del bebé. Anoche me dijo que quiere participar en todo lo referido a él o ella.

- Me importa un comino, esto ya es irse a la mierda!- mí primo está furioso.- Si quiere participar que acuda a las ecografías, compre pintura para decorar su habitación, o lea libros acerca de la paternidad.

- Max tiene razón.- concuerda Jeremy.- Esto ya es acosó.

- No lo es, no sean tan dramáticos.

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- Si lo es!- digo para mí misma a los pocos días.

A todos los lugares a los que fui me encontré con Sebastián, primero pensé que era casualidad, pero seis lugares en un día y su auto siguiéndome por doquier no puede serlo.
Esto ya es acosó. 

Y no puedo soportarlo. Tengo miedo, siento pánico, estoy sintiendo lo mismo que cuando mí ex me acosaba. Me está costando respirar, mí respiración es muy agitada y mis ojos se anegan de lágrimas.
Me resbaló al suelo y junto las rodillas al pecho sintiendo mí corazón desbocado. Respiró hondo una y otra vez hasta lograr calmarme y no entrar en un ataque de pánico.

Alguien golpea la puerta de entrada y la abre.

- Allison estás bien? Por la ventana no te vi pasar y...

Al reconocer su voz lanzó un grito de terror y cubro mí cabeza.

- Allison!- él se asusta.- Qué ocurre? Llamó a emergencias?

- Vete de aquí!- grito desquiciada.- Eres como él, me sigues, me espías, me acosas.- las lágrimas empiezan a caer sin control.

- No, no.- se rasca la cabeza desesperado.- Joder! Cómo pude ser tan idiota?- se pone de rodillas frente a mí pero no sé acerca, él nota mí pánico.- Jamás fue esa mí intención, perdón, no me acordé de tú ex, no pensé en eso. Lo siento mucho.

- No lo vuelvas a hacer jamás!- gritó, se que no actuó con coherencia, pero no puedo evitarlo.- No tienes ni puta idea de lo que he pasado y tú con esta persecución lograste volver a hacerme vivir todo eso de nuevo.- le echo en cara.- No tienes ni puta idea de lo que es desconfiar hasta de tú sombra, lo horrible que es tener miedo a cerrar los ojos por la noche, o el sentir que alguien te sigue a todas partes aunque no sea así, y los ataques de pánico haciéndote creer al borde de la muerte. Tarde mucho en superar eso y ahora todo vuelve a mí por tú insensatez.- le echó en cara.

- No te haces una idea de cómo lo siento Allison.- se acerca y me toma de las manos, no sé por qué pero lo permito.- Jamás quise que vuelvas a pasar por eso, no lo hice consiente. Tenía miedo de que te largues o que algo te ocurra, no lo sé, simplemente me nació el seguirte y lo hice, fui un imbécil y lo siento mucho, siempre meto la pata en cuanto a ti.- está apenado.

Me quedo observándolo un momento hasta que me tranquilizó.

- No lo hagas de nuevo. Por favor.- me pongo de rodillas y lo abrazo.

- Lo prometo.- me rodea con los brazos y besa mí cabeza.

Estamos durante mucho tiempo así, hasta que siento que me tira la espalda y debo de ponerme de pie, el dolor es muy molesto.

- Ven conmigo.- dice al notar por qué pongo allí mis manos.

Yo lo sigo y él me hace sentar en el sofá de manera que quede dándole la espalda, me levanta la blusa y comienza a hacer suaves masajes en la zona haciendo que el dolor vaya menguando hasta finalmente desaparecer.

- Ya es hora de marcharme.- dice luego de un rato de largo silencio poniéndose de pie.

- Ésta bien, gracias por el masaje.- me pongo de pie también y lo acompañó a la puerta.

- De nuevo te pido perdón por lo de antes. Nunca fue mi intención asustarte de esa manera.- se marcha antes de que pueda responder.

Malditas Vegas, Maldito Alcohol, les doy gracias por esté Amor (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora