Capítulo 23

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Capítulo 23




—Maldición, Niall, no creí que hablabas en serio cuando mencionaste que esta película te hacia llorar... —Habló el castaño saliendo del baño con una gran cantidad de papel higiénico para ofrecérsela al irlandés. No llevaban ni la mitad de la película cuando éste ya no podía respirar correctamente por el llanto.

—¡Te lo advertí! —Le arrebató el papel y comenzó a sonarse la nariz—. ¡Es que es muy triste!

—¡Niall, pero no ha ocurrido nada! —Liam lo miraba confundido, realmente no sabía qué hacer para controlar la situación.

—¡Lo sé, pero como sé lo que ocurrirá me hace ponerme mal! —Hizo su mayor intento por no  reír, ese chico estaba siendo demasiado dramático. Habían tenido que pausar la película mientras se tranquilizaba—. ¡No te burles, Liam! —Hizo un puchero avergonzado.

Negó con la cabeza y no pudo controlar más su risa. No reía porque estuviera llorando, sino por lo graciosa que lucía su cara gracias a esto, además, Niall había estado minutos antes sonriendo de oreja a oreja mientras comía demasiadas palomitas de maíz. Era una situación graciosa. —Lo siento. —Tomó aire y trató de controlarse—. ¡Es que eres muy gracioso! —Dejó su risa salir una vez más.

—¿¡Gracioso!? —Actuaba ofendido, sin embargo se le escapaban sonrisas constantemente—. ¡Sólo soy sensible, eso es todo!

—Ya, está bien, no te enojes. —Se acercó hasta él y ayudó limpiando sus lágrimas—. Es sólo una película, no te preocupes. —Lo abrazó sin ninguna mala intención, con el simple propósito de hacerlo sentir bien.

—No tienes corazón. —Niall comenzó a sorber moco de su nariz torpemente, llenando parte de la espalda del castaño.

—¡Hey, eres un asco! —Intentó separarse al darse cuenta, sin embargo el irlandés se lo impidió abrazándolo con fuerza.

—Eso te pasa por haberte burlado de mis sentimientos. —Comenzó a reír mientras pegaba su rostro a los hombros de Liam y lo embarraba más.

—¡Sueltameeee! —Gritó comenzando a reír, tenía que aceptar lo divertido que era ese chico.


Louis intentó no mostrar el miedo que sentía al estar con Harry tan drogado a solas en una oficina ajena. Intentó alejarse lo más que pudo de él, yendo hacia atrás del escritorio.

—¡Vamos, Louis, sólo una! ¡Te prometo que te hará sentir bien! —Habló el rizado volviendo a ofrecerle la pastilla, se balanceaba de un lado hacia otro intentando mantenerse de pie.

Dio un suspiro profundo, nunca había sentido tanto enojo hacia Harry como esa noche. —Ya te dije que no quiero. —Caminó hacia la puerta—. Llévame a la casa, quiero dormir.

Harry lo frenó por la cintura, abrazándolo por la espalda y susurrando en su oído lentamente.

—Está bien, no te la tomes, pero no te vayas...

—¿Para qué quieres que me quede? Igual le haces más caso a tus malditas drogas que a mí.

—Louis rodó los ojos y poco a poco se fue relajando lo suficiente para dejarse voltear por Harry y quedar mirándolo directo a los ojos, éste comenzó a caminar sin soltarlo hasta que la espalda de Louis chocó contra la pared.

—¿Seguro que no te la vas a tomar? —Volvió a subir la pastilla hacia el rostro Louis y éste se quedó en silencio, a esas alturas podía esperar todo de Harry—. Vamos a hacerlo más tentador. —Abrió su boca y sin dejar de mirarlo colocó la pastilla sobre su lengua, después se acercó a éste y comenzó a besarlo húmedamente, haciendo que la pastilla quedara en boca del menor. Se separó y le tapó la boca con la mano—. ¡Trágala! —Ordenó.

Cowell Academy. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora