Capitulo 33

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Capítulo 33.

Especial "Harry Styles"



Existen muchos tipos de droga en el mundo, demasiados.

De todos tipos, colores, formas, aromas, que causan efectos distintos y tienen diferente grado de maldad en cuanto entran al cuerpo.

Harry Styles convivía con todas.

Al venir de una familia de narcotraficantes se le hacía muy fácil conseguir la sustancia que él quisiera, su padre lo había metido a Cowell para usar su apartamento como bodega para meter grandes cantidades de todo tipo de droga. Simon Cowell, el director, lo aceptaba, estaba más que feliz con la cantidad de dinero que los Styles depositaban a su cuenta sólo porque les permitiera

utilizar su colegio como bodega.

Los padres de Harry no estaban enterados de que su hijo consumía drogas, pero era algo de esperarse, las tenía a su merced para el momento que él quisiese.

Su hermana y única amiga Stephanie lo sabía, no estaba muy feliz con eso, sin embargo cuando trató de hablar con él sobre el daño que eso podría provocarle a su cuerpo y mente Harry la había ignorado por completo. Después cuando se dio cuenta que sería imposible convencerlo de que no las consumiera, le rogó que por nada en el mundo consumiera las drogas sintéticas, al menos las naturales eran menos dañinas. Harry aceptó únicamente para mantenerla tranquila, no se cohibiría de probar todas las maravillas que el mundo de la droga podría ofrecerle.

Comenzó a fumar marihuana a los 12 años, estaba en séptimo grado y comenzaba a entrar a la edad más difícil, la adolescencia. Al principio sólo lo hacía cuando se sentía estresado o solo, los sirvientes y guardaespaldas no eran una buena compañía para un pequeño que apenas comenzaba a descubrir todo acerca de la vida. Después de un tiempo se vio en la necesidad de hacerlo diario, prácticamente seguido. Se le volvió una adicción fácil de satisfacer.

A la edad de 14 años su padre se dio cuenta de la adicción de Harry por la marihuana, habló con él y le explicó que un buen magnate del narcotráfico nunca se dañaba en cuerpo utilizando esas sustancias dañinas, sólo disfrutaban del dinero que recibían a cambio de ellas. Harry le dijo que lo hacía para calmar su ansiedad y su padre, intentando ser un buen hombre por ayudar a su hijo, le recomendó el tabaco.

Harry comenzó a fumar demasiado tabaco, dejó las drogas por un tiempo y a la edad de 15 se podía decir que era un fumador compulsivo. Comenzó a sentir que el cigarro ya no le era suficiente.

Su vida a partir de ahí se compuso de fiestas cada fin de semana, alcohol, tabaco y mujeres, mujeres con las que tenía sexo una noche y no las volvía a ver jamás. Estaba viviendo la vida de ensueño para todos los adolescentes de su edad, pero para él se sentía en el mismo infierno.

Cuando cumplió 16 años estaba muy entusiasmado porque tendría una reunión con sus padres, que llevaba sin ver casi dos años. Éstos nunca llegaron, Harry estaba en el aeropuerto muy emocionado porque los vería y en vez de eso recibió una cajita de madera que decía:


"Feliz cumpleaños, hijo. No hemos podido asistir por asuntos importantes, pero te mandamos este regalo, esperemos que te guste.

Atte: mamá y papá."


La caja contenía las llaves de un lujoso automóvil y una tarjeta sin límite de crédito para que pudiera comprar todo lo que desease sin tener que pedir el dinero que administraban sus guardaespaldas.

Cowell Academy. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora