CAPÍTULO 16

2.5K 200 30
                                    

CAPÍTULO 16

ANA

¡Oh Dios! ¡Me dolía la cabeza horrores! Hacía años que no bebía tanto, exactamente desde la universidad ¡Mierda! Hoy será un día muy largo... Estaba en nuestra suite, concretamente en nuestra habitación, intenté recordar como llegué aquí pero no recordaba gran cosa después de llegar y darme un baño, intenté esforzarme en recordar pero sólo venían recuerdos de antes de bañarme ¿Qué pasó y como llegué aquí? No tenía ni la menor idea, pero suponía que bien Christian o Paul me encontró y me trajo a la cama.

Christian...Sonreí al notar el fuerte agarre de su brazo en mi cintura. Después del descubrimiento de anoche, debería decírselo, no es que esto sea un impedimento para esta rara relación pero nunca se sabe...Tal vez él no quiere algo con vista al futuro... ¡No seas negativa! Me reprendí, él ha demostrado con hechos y palabras que le importo como algo más...La cuestión es hasta qué punto. Apreté con ambas manos mi cabeza ¡Cómo si eso fuera a hacer que desapareciera el dolor! Cuando sentí su lengua en mi oreja.

-Parece que el alcohol te está pasando factura- resoplé.

-Si...Eso parece...- me avergonzaba mirarlo después de verme en ese lamentable estado anoche, pero quería explicarme...- Ayer me pasé bebiendo y...- se puso sobre mí cogiendo cada muñeca con una de sus manos, me tenía totalmente inmovilizada y aún con su seria mirada sobre mí, conseguía encenderme más que asustarme.

-Hablando de eso, no quiero que vuelvas a hacer una locura así...- asentí desviando la mirada- Ana lo digo en serio... Anoche nos diste un susto de muerte- abrí los ojos sorprendida.

-¿Dijiste nos?- asintió.

-Cuando dejé a Martina en su habitación y vine aquí a buscarte...- lo miré mal por creer que iba a venir aquí cuando lo dije irónicamente.

-¿En serio pensabas que lo dije en serio? – me miró algo avergonzado y perdido- ¡Dios Christian! ¡Estaba siendo sarcástica! – el suspiró antes de seguir...

-Ana, no podía dejarla en ese estado...

-¡Claro que sí! ¡Después de haberme insultado deberías haberla mandado a la mierda!- grité muy enfadada, él tras mirarme un momento serio comenzó a reír, yo lo miraba como si estuviera loco ¿De qué coño se reía?

-¡Eres increíble!- iba a replicar pero entonces me besó y me perdí totalmente, no sé como pero con un simple roce me hacía olvidarme de todo, deseaba meter mis manos entre su cabello pero cuando intenté soltarme de su agarre en mis muñecas, éste se hizo más fuerte, cuando se separó de mi me sonrió pícaro, ahí supe que habíamos dejamos aparcado el tema- Voy a atarte- abrí los ojos sorprendida.

-¿Qué quieres decir?- negó.

-Tu solo dedícate a disfrutar...Hoy tenemos mucho que celebrar- sonrió de forma más amplia... ¿A qué se refería? ¿Hablaría de nuestra vuelta a casa? Vi cómo se estiraba para alcanzar algo de la mesita de noche... ¿Eso eran pañuelos de seda? ¿De dónde coño los sacó? Parecían de mujer y míos no eran... Con mi mirada debió adivinar lo que pensaba -Mandé por ellos a Fox...- suspiré aliviada, por un momento me vinieron imágenes de él con esa zorra resentida.

-¡Más te vale Grey!... ¡No soy una mujer a la que le gusten los juegos!- alzó una ceja.

-No es eso que lo he visto todo este tiempo...- dijo en un tono muy sexy y sugerente, resoplé.

-No hablo de sexo, lo digo en general. Si vamos a romper nuestro acuerdo de jugar solos quiero...-me interrumpió muy enojado.

-¿En serio vas a salir con eso ahora?- miré a los pañuelos y a él.

Doctora SteeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora