CAPÍTULO 38

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CAPÍTULO 38

ANA

La pareja resultó bastante agradable, nos dieron unos nombres tan ridículos que apostaría lo que fuera a que eran falsos, pero me importaba poco "Tim y Berta" eran calientes y eso era lo más importante. A pesar de su apariencia eran mayores de lo que creía, él hablaba con seguridad mientras que ella permanecía en segundo plano. Incluso podría deducir que eran del tipo dominante y sumisa, nunca me ha llamado la atención este tipo de sexo, aunque he practicado algunos juegos, sobre todo bondage...

Tim le susurró algo a Christian al oído, con una sonrisa me guiñó.

- ¡Vamos! - no lo pensé 2 veces, tras coger una botella de champán fuimos a mi reservado, en cuanto entramos Christian cerró la puerta, dejó el champán en el minibar y Tim tomó mi cabello en un puño y reclinando mi cabeza hacia atrás lamió mi cuello. Cuando llegó junto a nosotros, Christian hizo lo mismo con Berta, tras un beso algo agresivo me soltó.

- ¡Desnúdate para mí! – ordenó, no era una mujer de órdenes, pero jugaría... Me alejé lo suficiente para que pudieran disfrutarlo, Berta se puso junto a mi para hacer lo mismo mientras ellos se sentaban frente a nosotras en el borde de la cama. Siguiendo el ritmo de una de mis canciones favoritas fui desnudándome con movimientos lentos y sexy, Berta siguió el suyo, sus ojos vagaban entre ambas, sus camisas no tardaron en desaparecer, no tardaron en sacar sus erecciones. Instintivamente lamí mis labios- ¡Parad! – ordenó de nuevo y miró a Christian- ¿Qué tal si nos limpian?

-Perfecto...- luego se volvió a ambas.

-Berta ya sabes que hacer...- Christian me guiñó.

-Ana...- seguí el juego, me acerqué lentamente a Tim, tomé posición entre sus piernas tomando su erección en mis manos. Berta ya estaba saboreando a Christian, él mantenía su mirada en mí, sin apartarla lo metí en mi boca y comencé a saborearlo, Tim volvió a coger un puñado de mi cabello para marcar el ritmo. Cuando le quedaba poco para terminar me retiró.

- Quítame los pantalones y los zapatos...- Christian repetía las órdenes a Berta y lo hicimos. Cuando terminamos nos dieron un preservativo.

- ¡Ponedlo! - ordenó esta vez Christian y volvimos a obedecer, cuando terminamos nos hicieron levantar.

-Así es hermosa, siéntate sobre mi polla y móntame duro...- se salieron al borde lo más que podían y tras acomodarnos los montamos, Tim mordisqueaba mis pezones haciendo que se escaparan varios gemidos de placer y dolor. Cuando estaban a punto de llegar nos pararon y apartaron para levantarse.

-Juntaros...- exigió Christian, una vez juntas se retiraron el condón- ¡Mostradnos vuestras deliciosas tetas! - tras hacerlo se corrieron sobre ellas, las masajeé para esparcir sus corridas y escuché un gruñido por su parte.

- ¡A la cama...! - se miraron, susurraron entre ellos y volvieron a ordenar- ¡Limpiaos la una a la otra! - Permanecieron a escasos metros de la cama, debido a su sumisión se tumbó y comencé a deslizar mi lengua por su mentón, cuello y tetas hasta que no quedó nada. A continuación, me ofrecí para que hiciera lo mismo sin cambiar mi postura sobre ella. Cuando terminó quise seguir jugando y tras colocar mi coño a la altura de su boca me agaché a saborear el suyo, a pesar de sus gemidos quedó quieta unos segundos- ¡Joder! ¡Berta cómetela! - tal parece que no hace nada sin que le ordenen, demasiado sumisa para mi gusto, pero cuando empezó debía darle mérito, era buena con su lengua. Cuando sentí que estaba cerca metí 2 dedos en su interior que la hicieron correrse casi al instante, Tim llegó a mi lado y con una sonrisa exigió- ¡Su corrida es mía! - me enderecé, pero sin quitar mi coño de su cara, quería que me hiciera llegar. Christian se pegó por detrás y comenzó a jugar con mis pezones hasta que me hizo correrme. Tim tiró de ella para follarla, Christian me hizo tumbarme para saborear mi placer antes de penetrarme con fuerza ¡Joder! Estaba cerca, necesitaba algo más y me acerqué a besarla, pero volvió a mirar a Tim esperando aprobación- ¡Bésala y toca sus tetas para mí! - lo hizo y seguimos este rol de juego hasta que alcanzamos el orgasmo. A continuación, fue Christian quien pidió juego.

Doctora SteeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora