CAPÍTULO 32

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CAPÍTULO 32

CHRISTIAN

¿Ana estaba herida? ¡Dios! En cuanto llegué y me pusieron al corriente llamé inmediatamente a mi abogado para que se hiciera cargo de darle su merecido a esa loca ¡No sabía con quién se había metido! ¡Haría lo que hiciera falta para acabarla! Para mi mala suerte Ana todavía estaba en quirófano cuando llegué, así que no me quedó de otra que esperar junto a su amiga que no paraba de hablar, pero mis nervios no me dejaban enterarme de nada, tan sólo tenía a Ana en mi mente. Eso me hizo pensar bastante...

Tras la interminable espera al fin salió una enfermera a informarnos que todo estaba bien pero que hasta que no despertara no podíamos entrar a verla, fuimos hacía su habitación para esperar que lo hiciera. Ethan no tardó mucho en venir para asegurarse que todo estaba bien y ver si había despertado, en cuanto abrió la puerta enseguida entramos, por suerte de momento sólo estábamos los 2...

No tenía tan mal aspecto para lo que había pasado, además me alegraba ver que seguía siendo la misma a pesar de todo, como preveía no estuvimos solos mucho tiempo y las visitas no cesaron hasta que llegó la hora de irnos, resoplé ofuscado, yo deseaba quedarme pero ella me recordó mis obligaciones ¡Ahora mismo me importaban una mierda! Pero podría hacer lo imposible para quedarme por las tardes...

-De acuerdo... De todas maneras trataré de hacer todo lo pendiente por la mañana y dejar la tarde libre los días que estés aquí para quedarme contigo...- insistí y ella sonrió, dándome a entender que estaba bien- Así tu madre puede descansar...

-¡Bien!- me despedí de un intenso beso antes de irme. A pesar que salí con la convicción que así estaba bien conforme me iba alejando la angustia en mi pecho fue aumentando. Sabía que estaba con Carla, en un buen hospital pero aun así... Suspiré ofuscado, demoré más de lo debido en alcanzar mi coche debido a mí paso lento y desganado. Pero una vez dentro no pude arrancar, estaba demasiado preocupado y nervioso para irme... Resoplé con fuerza mientras golpeaba el volante con frustración.

-¡Mierda! – me quedé con la frente apoyada en el mismo por no sé cuánto tiempo pensando en lo que debería hacer ¿Cómo iba a poder dormir así? Estaba convencido que si me quedaba junto a ella estaría mejor. A pesar que pudiera molestarse volví sobre mis pasos para quedarme con ella, sabía que no dejarían quedarnos a ambos así que antes de nada fui a hablar con el encargado. Como era obvio, siendo quién era no hubo ningún problema en hacerlo. En cuanto acabé de hablar con él volví a su habitación, la puerta estaba entreabierta, tal vez no la cerraron bien. Cuando iba a entrar lo escuché y paré abruptamente.

-Aunque Olivia quería ser quién te lo diera, cuando me enteré de lo ocurrido decidí venir a verte y así dártelo yo mismo... - ¿Qué demonios hacía este imbécil aquí?

-No deberías haber venido...- dijo algo enojada y hubo un tenso silencio antes que le contestara.

-Lamento que lo nuestro haya quedado así...- ¿Lo nuestro? ¿Pero que se cree ese imbécil?

-Bob...- suspiró tan fuerte que pude escucharlo- Si no recuerdo mal dejamos bien claro el asunto la última vez que hablamos ¿No crees?

-Lo sé, yo... Tan sólo quería verte...

-Y te lo agradezco pero ahora que lo has hecho y has visto que estoy bien será mejor que te vayas, mi madre llegará en cualquier momento...- ¡Mierda! ¿Estaban solos? La rabia se apoderó de mí y entré empujando la puerta con tanta fuerza que chocó con la pared, ambos me miraron asombrados pero mi vista no se desvió de la de Bob.

-¿Se puede saber qué haces tú aquí?- nos retamos con la mirada.

-¿Christian?- preguntó Ana bastante descolocada.

Doctora SteeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora