CAPÍTULO 21

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CAPÍTULO 21

CHRISTIAN

Me bebí de un solo golpe lo que quedaba en mi vaso y tuve que levantarme a echarme otro... ¿Dejarlo participar? ¿Estaba loco? ¡Por dios santo! ¡Era mi hermano! ¡Cómo se le ocurría semejante idiotez! Nada más servirme me lo bebí de golpe y lo dejé allí, tampoco quería beber más de la cuenta, esta conversación necesitaba de mis 5 sentidos alerta... Volví a sentarme junto a él en completo silencio, él me observó en completo silencio y en mi vista mi estado era lo mejor.

-Elliot...- dije bastante serio- voy a ser directo...- asintió- No voy a negar que ambos tenemos los mismos intereses en cuanto al sexo pero jugamos juntos...- volvió a asentir y le entrecerré los ojos- Y como comprenderás no voy a meterme en la cama con mi hermano...- resopló.

-No lo somos...- le alcé una ceja.

-¿En serio Elliot? ¿Vas a salir con semejante idiotez?- rodó los ojos.

-No es ninguna idiotez, es la verdad...- me pasé la palma de la mano por la cara para tranquilizarme, iba a necesitarlo para hablar con cordura y no lanzarme a su cuello.

-Elliot... El hecho que no nos unan lazos de sangre no es motivo para que lo niegues...- iba a replicar y seguí alzando la voz un poco más de la cuenta para que no lo hiciera- ¡Nos hemos criado juntos y ese simple detalle no cambiará que te considero como un hermano!- asintió apenado, en el fondo le quedaba algo de cordura o al menos eso esperaba.

-Lo sé Christian... Yo también te quiero como tal, pero no quiero que eso me impida...

-¡Te he dicho que no Elliot!- me levanté bastante cabreado- ¡No quiero que te acerques a Ana!- rodó los ojos.

-No puedes controlarla...- lo miré mal.

-Nunca dije nada de hacerlo...- sonrió.

-Prácticamente lo acabas de hacer...- le alcé una ceja, al ver mi cara siguió- La que debería decirme que no me acerque es ella... ¿No has pensado que tal vez le parezca bien incluirme en sus juegos?- abrí los ojos sorprendido, seguramente lo aceptaría, pero yo... Negué fervientemente.

-He dicho que no Elliot...Ana y yo nos casaremos y...- comenzó a reír- ¿De qué te ríes?

-¡De lo estúpido que suena todo eso!... - le alcé una ceja- ¡Vamos Christian! Sabes que tengo razón...- negué.

-Toda mi vida he estado buscando alguien para compartir mi vida que nunca llegó y ahora que lo hice no pienso perderla- le confesé y me entrecerró los ojos.

-¿Quieres decir que tienes miedo que te la quite?- ahora reí yo.

-¡Por supuesto que no! Pero hemos establecido ciertos límites en nuestra relación y tú eres uno de ellos...- me miró mal.

-¿La obligaste?- negué.

-Se lo pedí que no es lo mismo... Somos familia, cuando nos casemos será tu cuñada y no estaría bien ese tipo de relación que sugieres.

-Nadie tiene porque enterarse, todo quedaría entre nosotros...- ¿Por qué tenía que ser tan cabezota?

-¡Ya te dije que no, no pienso repetirlo más! – grité exasperado y nos quedamos en silencio unos minutos en los que volví a sentarme.

-La amo Christian...Necesito tenerla de alguna manera...- dijo con bastante tristeza- ¿No podéis pensarlo al menos?- volví a suspirar tratando de tranquilizarme antes de contestar.

-Lo siento, pero no...

-Si es porque no quieres que tú y yo...- hizo señas entre nosotros y lo miré horrorizado.

Doctora SteeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora