-Ese sombrero te queda fatal- me río
mientras intentaba quitárselo ya que me esquivaba. Al final lo consigo y me lo pongo .-A ti si que te queda mal, payasa- dice empujándome suavemente a la vez que se reía.
Caminamos hasta la puerta de la casa de Marcus, donde nos recibe el anfitrión muy alegre.
-¡Welcome bro!- saluda a Jesse.- Hola chica guapa- dice dándome dos besos y un gran abrazo.
Marcus es para mí como un hermano. Nos conocímos hace años gracias al fútbol y desde entonces no nos hemos separado. Me alegra que después de haber dado el paso al fútbol profesional no se haya olvidado de nuestra amistad.
-Pasad, anda. ¿Por qué siempre llegáis tarde?- pregunta guiándonos hacia el salón, donde se encontraban su chica y varios amigos en común.
-Hola Lu, hola chicos- saludo alegremente para sentarme junto a ella y ponernos al día.
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Me lo estaba pasando realmente bien. Hablábamos de la vida, reíamos, buena música de fondo, algunos jugaban al fifa. Bebía de mi cerveza mientras hablaba con Lucia.
-¡Ey, tú, pringada! ¿te echas un partido?- me pregunta Marcus.
-Va, prepárate para perder- le digo con aires de superioridad levantándome para sentarme a su lado.
-Elijo al barcelona.
-Yo a la juve. Vas a perder.
-Ya lo veremos.
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¡Gooool! ¡Paulo Dybala!
Grito y me levanto del sofá celebrando de la manera más tonta que pude.
-Que conste que te he dejado ganar- dice Marcus el perdedor de mala gana.
-Lo que tú digas Rushford, pero he ganado. ¡He ganado!- canturreo en forma de burla.
-Habrás ganado a Marcus porque es un manco, pero contra mí no puedes- habla de repente Jesse.
-¿Seguro, Lingard? ¿Quieres comprobarlo?- digo cruzándome de brazos.
-Venga elige equipo- dijo pasándome el mando.
-Man City.
-Oh, vamos, ¿en serio?
-Lo hago para joderte, payaso- le susurró al oído, lo que el sonríe. Dejo un besito en su mejilla y me centro en la pantalla.
¡Gooool! ¡Paul Pogba!
3-1 en el marcador, pero esta vez en mi contra. Un fallo mío había provocado el tercer gol de Lingard, que al principio iba perdiendo.
-¡Y final del partido!- grita levantándose para celebrarlo bailando sólo como él sabe.
Yo de mala gana fingida tiré el mando al sofá y me dirijo a la cocina a por otra cerveza. La cojo y al querer salir de la cocina, está Jesse bloqueándome el paso.
-Hola perdedora- dice sonriente. Joder, esa sonrisita.
-Hola tramposo- intento pasar por su lado, pero su brazo me lo impide. Me hace mirarle y sigue sin quitar esa maldita sonrisa bonita que tiene.
-La niña se ha enfadado- dice con un tono infantil. No le respondo porque en realidad tengo ganas de reírme. Se piensa que me he enfadado de verdad el muy tonto.
-¿De verdad te has enfadado?
Y finalmente me río porque no puedo con su cara de preocupación. Envuelve sus brazos en mi cintura mientras ríe conmigo y me da un tierno beso en la mejilla.
-Te quiero, mi señorita refunfuñona.
-Y yo también a ti, perdedor.