-¿Al final qué, bro? ¿Se lo vas a pedir?- me pregunta Kyle.
Asiento muy sonriente y sonrojado ante su pregunta. Me hace muchísima ilusión la idea de pedirle matrimonio a mi chica, con la que llevo ya cuatro años.
Llevaba mucho tiempo pensando en cómo debía pedírselo, porque la verdad es que podía haberle pedido que se case conmigo en nuestro primer aniversario. Quiero que sea algo muy especial, porque ella lo es.
Tal vez una cena romántica está demasiado visto. Quiero que sea especial e inolvidable.-Lo tengo muy decidido. De hecho ya tengo el anillo, lo compré hace dos días. Mira- me meto la mano en el bolsillo del pantalón y saco el móvil para enseñarle la foto.
-Es precioso. Pero, ¿por qué una tiara? y no me vengas con que es tú princesa o tú reina, que suena muy cursi- dice riendo.
Vuelvo a sentir que me sonrojo.
Es que es una princesa. Aunque más que una princesa, es una reina. Mí reina.
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Al final, después de unas semanas, el día ha llegado. Estamos dando un paseo por una de las playas más bonitas de Falmouth. He aprovechado la excusa del viaje para pedírselo, estaba un poco ansioso por dar el paso.
Durante la cena no se me ha notado nervioso, incluso por un momento he llegado a olvidar que le iba a pedir matrimonio a la mujer de mis sueños. Con ella consigo olvidarme de todo, hace que no tenga que pensar en nada más.
-Amor, ¿te pasa algo? Estás muy callado- me para de repente e interrumpe mis pensamientos. Quedamos de frente y me mira con sus ojitos marrones mientras me coge las dos manos.
La miro totalmente absorto ante su belleza, me tiene hipnotizado. Estoy loco por ella.
-Eres preciosa- me sale en un susurro a la vez que apoyo mi frente sobre la suya. Se sonroja y creo que he muerto.
-Eres tan hermosa. Me tienes loco por ti. Todo esto para mí es nuevo, de verdad que nunca pensé que llegaría a compartir mi vida con una persona tan especial como tú, princesa. Me hipnotizas con tu desbordante belleza, con tu personalidad. Siempre haciendo feliz a todo el mundo, y sobre todo a mí, al chico al que tú llamas 'el hombre de mis sueños.' Yo intento siempre hacerte igual de feliz, mi vida. Quiero hacerte tan feliz como tú a mí. Compartir muchos más años de alegría y tranquilidad, esa que tanto te caracteriza también y que has conseguido que vuelva a mi vida. Sólo tú, mi reina. Sólo tú has conseguido hacerme mejor persona, porque estaba totalmente perdido. Sólo tú me diste una oportunidad. Podría darte una y mil razones más por las que eres la mujer más increíble que conozco, pero solo estaría perdiendo el tiempo- sin esperar y dejando un beso en su frente, suelto sus manos delicadamente y me arrodillo frente a ella. Está llorando y creo que lo voy a hacer yo también- Cara, mi reina, ¿quieres casarte conmigo?- pregunto por fin después de haber sacado el anillo, por supuesto.
Me mira llorando y empiezo a preocuparme, tanto que se me salen las lagrimas que había logrado retener.
-Pero no llores, tonto. Por supuesto que quiero casarme contigo, cariño- dice lanzándose a mis brazos y la recibo más contento que nunca.
No pienso dejarla ir nunca. Y espero que ella tampoco.