paul pogba

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-¡Me voy un momento y te veo con ese! ¿¡Cómo quieres que me sienta!? ¡Si va detrás de ti desde que nos conocemos!

-¡Paul, estás exagerando!

Esto pasa más de lo que me gustaría admitir. Paul es una persona celosa y en este momento me lo estaba haciendo saber, como si no supiera que lo es.

-¿¡Exagerando!? ¿¡Crees que estoy exagerando!? ¡Tú harías lo mismo si yo me pusiera a tontear con otra como tú lo has hecho con ese gilipollas!

-¡Ahora estás insinuando que estaba tonteando con Jack! ¡Y yo no he hecho nada!- digo totalmente enfadada. Me cabrea esta situación, se pone insoportable y no hay quien le aguante. Si fuera capaz de mantener la calma y discutir como una persona normal no tendría tantas ganas de darle una bofetada.

-¡Pues te lo estabas pasando la mar de bien junto a Jack!- dice con cara de asco y haciendo burla al pronunciar su nombre.

-¡Paul, escúchame! ¡Y deja de gritarme!- digo al borde de las lágrimas, estaba demasiado nerviosa.

-¡Es que igual no hubiera pasado nada y ahora mismo no te estaría gritando si no me hubieras acompañado! ¡Tendría que haber ido solo!

Y no puede sonar peor el golpe de mi mano derecha sobre su mejilla. Sus palabras me han dolido más que nunca. Se estaba comportando como un auténtico imbécil.

-No sabes lo incómoda que me he llegado a sentir esta noche. Estaba todo el rato mirándome fijamente y yo no sabía que hacer, en ese momento me quería ir a casa. Cuando me dijiste que ibas al baño pensé lo peor y cuando te vió desaparecer entre la gente aprovechó y se sentó a mi lado- estaba en un mar de lágrimas y él no hacía nada más que mirar al suelo con la mano en la mejilla- Empezamos a hablar, y a medida que avanzaba nuestra conversación me sentía menos incómoda, no estaba siendo tan pesado. Me reí de una cosa que le había pasado al entrar a la discoteca y en ese momento apareciste tú. Pero claro, tú nunca puedes quedarte quieto que tienes que montar un espectáculo.

Hace el amago de hablar pero le corto.

-Paul, todo lo que ha pasado esta noche me ha hecho pensar en nuestra relación, en nosotros, y en que no estamos bien- cuando termino estas palabras levanta la cabeza y su mirada es de preocupación y asombro a la vez.

-¿Estás pensando en...?

-Quiero que nos demos un tiempo.

Y empieza a llorar.

-Pero... yo te quiero. Mi amor, hazme caso.
Te amo. Por favor no me hagas esto.

Se arrodilla y me abraza las piernas sollozando. Se me parte el alma en pedazos al verle llorar, pero él me ha hecho llorar varias veces montando escenitas como la de esta noche y no he recibido su consuelo precisamente. Le amo, mucho. Es el amor de mi vida, pero creo que esto ha cruzado la línea. Me pone muy nerviosa cuando me habla así y pienso que va ir a peor.

-Paul, levantate.

Se abraza a mis piernas con más fuerza ignorando completamente mi petición.

-Paul, levantate, por favor.

Y por fin me hace caso, y consigo verle la cara. Sus ojos rojos soltando lágrimas reflejan dolor, mucho dolor y arrepentimiento. Me acerco un poco y le cojo las manos, él las agarra con fuerza pero sin hacerme daño y apoya su frente en mi cabeza.

-Solo necesito tiempo para pensar. Paul, yo te amo, y mucho, pero hay veces que no puedes controlar la situación, ni tus celos, que cada vez van a peor. Lo siento, pero esto es lo mejor para nosotros- me separo soltando sus manos. Me doy la vuelta dispuesta a irme a recoger mis cosas, pero me vuelvo a girar para devolverle algo que no quiero quedarme durante el tiempo que nos tomemos: el precioso anillo que compromiso que me dió hace un mes.

Lo dejo sobre su mano y me mira con cara triste.

-Es un regalo. Es para ti, es tuyo.

Niego con la cabeza suavemente y le dejo un breve beso en la mejilla antes de darme la vuelta para dirigirme a nuestra habitación.

Dentro de nada dejará de ser "nuestra".

••

Han pasado dos meses desde que lo dejé con Paul y no le puedo echar más de menos. Hace cosa de dos semanas volvimos a recuperar el contacto ya que no quería hablar con él hasta tener un idea clara de que hacer. Aunque sé muy bien lo que quiero y es volver con él.
Me cuenta que durante este tiempo no ha dejado de pensar en todas aquellas veces en las que se portó mal conmigo, en como sus celos han dejado que me vaya de su vida, en lo mal que siente sin mí. Yo también me siento mal sin él. Pero cada vez que quiero coger el móvil para llamarle o simplemente dejarle un mensaje explicándole que quiero volver a estar entre sus brazos, me echo para atrás recordando todas las veces en las que discutimos y yo acababa llorando.

Lo siento Paul, pero necesito un poco más de tiempo.

••

Al borde de cumplir cuatro meses sin ella, y cada día que pasa me siento peor. No paro de rememorar todas las veces que me porté como un verdadero idiota con ella y de sentirme mal por ser tan estúpido. Sé que lo hice mal, lo sé, pero la necesito a mi lado. Sin ella voy a volver a caer en la mala vida de la que ella misma me ayudó a salir, mejor dicho me sacó.

Sólo ella sabe como hacerme reír a carcajadas. Sólo ella sabe como consolarme después de una derrota. Sólo ella sabe hacerme olvidar. Es mi soporte, sin ella me caigo, y si consigue olvidarme, no sabría como levantarme. Probablemente no lo haría
nunca.

Sé que lo hice mal. Pero sé que por ti, mi vida, haría lo que fuera. He aprovechado todo este tiempo para reflexionar y he cambiado, créeme, por favor.

Estaba dándole vueltas a todo esto sentado en el sofá, casi llorando por todos los recuerdos que me vienen cuando escucho el sonido del timbre me interrumpe. Desganado camino hacia la puerta para abrir.

Su pequeña figura estaba frente a mí, de nuevo. Después de casi cuatro meses sin verla, estaba ante mis ojos otra vez, estos contemplando su belleza. Nuestras miradas se cruzan y tengo la mente tan en blanco que no sé lo que hacer, no séque debo decirle, no me sale nada. Y al no saber que decir, me dejo llevar por lo primero que se me pasa por la cabeza fugazmente: abrazarla.

Durante unos instantes parece sorprendida por mi acción pero me corresponde, y no me puede hacer más feliz que lo haga.
Pasamos así un largo rato hasta que corta el contacto, esto nos obliga a mirarnos, ella lo hace fijamente. Abro la boca para hablar tras pensar en que decir cuando me corta.

-Dejando de lado todo lo que había pensado en decirte mientras venía de camino, entre otras cosas porque al verte se me han esfumado- para momentáneamente y suelta un risita nerviosa- no puedo vivir sin ti, Paul.

Me acerco a ella lentamente y miro sus labios, esos tan adictivos que he echado tanto de menos besar, y luego subo la mirada, pidiendo permiso. Finalmente es ella la que une nuestros labios en un beso tímido. Pongo mis manos en sus caderas, ella las sube a mis hombros a la vez que la levanto.

Al separarnos la dejo en el suelo con suavidad pero sin alejarme de ella, dejando que mis brazos envuelvan su cintura. Su mirada es cálida, ese par de ojitos verdes algo saltones ya no me miran con desprecio y tristeza como aquella noche, me miran con amor.

Y sin pensarlo demasiado la beso otra vez, lento y suave, como a ella le gusta.  Al rato nos separamos con una sonrisa.

-¿Me has echado de menos, Pog?

one shoots: soccerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora