Capítulo 35

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Al rato de seguir con nuestra charla, volvemos con nuestros amigos cuando llegan todos los demás, excepto Bella y Ángel , que no aparecen con ellos.

—¡No me eches mucho! —dice María elevando su copa para cesar el líquido que cae de la botella que sujeta Alfred. Me alegro de que al final esté con nosotros en esta fiesta y que al fin conozca a mis amigos, aunque ellos parecen realmente incómodos.

Me separo de Raúl para acercarme a ellos dos, que están al lado de Paula.

—¿Estáis bien? —pregunto cerca de la cara de Malta— Sí queréis podemos salir fuera un rato.

Ella asiente, tira del brazo de nuestro amigo y le hace un gesto con la cabeza señalándole fuera, este asiente mirándonos a las dos con semblante serio y encaminan el paso hacia fuera, me acerco al oído de Raúl, que habla con Rafa y le aviso de que voy fuera con ellos a tomar el aire, él asiente con una sonrisa y besa mi mejilla de paso.

Busco con la mirada a Malta y Joel, que no tardo en encontrarlos y les sigo esquivando a las personas que se interponen en mi camino hasta la salida al porche de la cabaña.

—Es guapo —dice con una sonrisa— Rafa, digo.

Asiento varias veces con una sonrisa a su lado.

—Es amigo de Paula, lo conocí a principios de verano y es bastante simpático.

Joel suelta una risa que hace que las dos nos quedemos en silencio mirándole.

—Para ti ahora, todos son buenos ¿no? —dice cuando posa sus ojos en mi.

—Joel... —dice Malta poniéndose junto a él.

—No Malta, no —le espeta devolviéndosela unos segundos para volver a mirarme— Todos te hicieron daño, no te querían y ahora que has cambiado ¿aparecen de pronto? No me jodas, Lara.

—Ellos no me hicieron daño —le espeto acercándome a ellos.

—Sí, sí que te hicieron —dice alzando la voz mientras que se pega a mí y sigue hablando, más bajo— Por ejemplo... ¿Qué hicieron para parar la pelea de Naomi? Y no me vengas con lo del estúpido de tu nov...

Empujo su pecho echándolo hacia atrás y él abre sus ojos y su boca como si estuviese sorprendido del empujón y estuviera a punto de decir algo. Nunca le había tratado así.

—No sé de qué coño vas, pero estoy harta de que hables así, no los conoces.

Se vuelve a pegar a mí y coge mi muñeca.

—La gente como ellos, no cambian y te volverán a hacer daño.

—¡Joel, para! —grita Malta a sus espaldas tirando de su camiseta y separándolo de mí. Él le mira con la mandíbula apretada y suelta el aire por la nariz relajando así su cuerpo— ¿Estás celoso, es eso? —su miradas se vuelven a unir y después él me mira a mí.

Siempre me ha tratado como una hermana, me ha cuidado y allí él era quien me protegía y me animaba. Era lo que siempre había querido tener en España.

—Debería pero no lo estoy, créeme —me sigue mirando mientras frunce sus labios a la vez que niega con la cabeza— No sé quien cojones es esta... tía.

Y con las mismas se va, se mete de nuevo en la casa soltándose bruscamente de la mano de Malta, que me mira con la boca entre abierta como sí también quisiera decir algo.

Aparto el contacto visual con ella y miro como Ángel llega con su coche y lo aparca justo al otro lado de donde Raúl dejó el suyo.

—Lo siento Lara, siento el espectáculo y siento que hable así pero...

1. // Un viaje a mi ¿pasado? {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora