Capítulo 16

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La canción, reproducida por segunda vez, acaba de parar. Levanto mi cabeza del hombro de Raúl y miro nuestros pies, colocados sobre los asientos que tenemos en frente, en silencio. Noto como Raúl se quita uno de los auriculares y tira del cable para quitármelo a mí también.

—¿Y bien? —me pregunta mirándome.

—Es... increíble —le respondo tras unos segundos sin decir nada— Me recuerda a...

—Te recuerda a ti misma, —me dice— lo sé. A mí también me recuerda ti.

Mi vista se clava en la suya, mis ojos se cristalizan lo sé, lo noto.

Él pone una mano sobre mi rodilla y me da un suave apretón.

—Desde el primer momento que la escuche, desde la primera estrofa... Todo.

Sonríe con tanta ternura que me dan ganas de besarle. Sí, de besarle. Esta noche no he hecho nada más que pensar en eso.

—¿Estás bien? —dice cuando una lágrima resbala por mi mejilla.

—Sí, solo es que... soy muy sentimental —digo con una leve risa— ¿Tú no estabas borracho?

—Sí, sí, lo estoy... —dice poniendo cara de serio y aclarando su voz.

—Eres un mentiroso —le digo riendo— Te he acompañado porque pensaba que estabas borracho, idiota.

—¿Borracho o idiota?

—Idiota lo eres. Borracho, solo a veces —le digo sin dejar de reír.

—Siempre te puedes quedar a dormir en mi piso... Mis compañeros de piso, no están.

Me quedo sin habla cuando me ofrece esa invitación para dormir en donde vive, pero reacciono.

—Eso suena más a que me quieres violar o secuestrar a una invitación decente —se me escapa de nuevo una leve risa.

—¡Oye! No soy ninguna de las dos cosas —se cruza de brazos e infla los mofletes como un niño pequeño hasta que estalla en otra risa— ¿Eso es un sí? Te prometo que duermo en el sofá. Es uno de esos que se hacen cama —dice alzando sus dos cejas repetidamente— Un lujo.

Ambos reímos durante unos segundos.

—No, no puedo en serio. No le he dicho nada a mi madre —digo negando con la cabeza.

—Mándale un mensaje, venga, por los viejos tiempos —una sonrisa dibujada

—¿Qué viejos tiempos? Sí nunca me he quedado a dormir contigo

—Lara, —hace una pausa— estoy intentando que te quedes a dormir. Así no me ayudas, ¡no colaboras! —dice con tono irónico.

—Vale, vale —saco el móvil y le desactivo el modo avión para mandarle un mensaje a mi madre, que supongo que leerá por la mañana cuando se vaya a trabajar, pero varios mensajes aparecen antes de encontrar su número. Son recientes de Paula— Paula me ha escrito —digo mirando hacia Raúl que me mira y frunce el ceño— Dice que han comentado en el coche de ir al cine mañana después de comer.

—Dile que sí, que iremos.

—¿Así? ¿Con quién has contado para eso? —le digo arqueando una ceja mientras sonrío.

—Bueno, —dice poniendo su brazo por detrás de mí, sobre el respaldo del asiento— sí quieres nos podemos quedar en mi piso.

Abro los ojos haciendo un gesto de sorprendida y el sonríe.

—Sí me quedo a dormir... por la mañana me llevarás a mi piso.

—¿Es una afirmación? —pregunta con la sonrisa aún en la boca.

1. // Un viaje a mi ¿pasado? {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora