Las siguientes tres semanas, Raúl y yo nos veíamos casi todos los días, exceptuando algunos fines de semana. También salíamos bastante con María, Paula y su grupo, exceptuando a Alex y Bella que ya no salían con nosotros, sin razón alguna desde la última noche de la playa. Decidimos entre los dos, no contar nada sobre la relación que empezamos a partir de aquella tarde, y sí Paula volvía a preguntar sobre algo en ese tema, dejarlo a su libre imaginación. No lo decidimos por nada en concreto, sino por ver cómo iba fluyendo entre nosotros antes de contarlo a los demás.
Mis padres trabajan casi todos los días, quitando algún día suelto que se tomaban de vacaciones para pasarlos con mi hermano y conmigo, cuando no, nos íbamos con ellos a pasar el día al hotel, solo cuando ellos volvían a la noche.
De Ed no supe nada más, no desde que un desconocido lo sacara a puñetazos de la playa. Tampoco quise hablar de eso con Raúl, no quería pensar en ello y menos, con lo que me costó dejar de pensar en ello. No le vi por el hotel ningún día de los que estuve, pero tampoco veía a penas a sus padres, así que tampoco me extrañaba el porqué no estaba allí.
Y con todo ello, yo seguí pensando en la beca y en qué haría allí si no me cogiesen en ninguno de los destinos en los que había solicitado y esa es otra, aún no le he contado nada a Raúl ni a Paula sobre esta.
—¿En qué piensas? —pregunta Lucas subiendo a la litera de arriba de mi habitación ¿Cuando ha entrado este?
—En que ya mismo se terminan las vacaciones.
—¿Te vas otra vez, verdad? —deja caer su cabeza para mirarme.
—No lo sé —respondo mirando mi móvil mientras contesto un mensaje de Malta— Supongo.
—¿Por qué te quieres ir otra vez? —pregunta.
Alzo mis ojos hasta los suyos y sin dejar el móvil le respondo:
—Lucas, tengo que seguir estudiando —le respondo intentando no sonar demasiado borde.
—Puedes seguir estudiando aquí —deja caer una mano del colchón.
—Ya he echado papeles fuera de aquí, no puedo cambiarlo ahora
—Sí que puedes, pero no quieres. Te quieres ir de aquí —me dice alzando la voz mientras baja de la litera y sale de mi habitación dando un portazo.
Genial...
Me levanto dejando el móvil sobre la cama y abro la puerta chocándome con mi padre.
—Se ha enfadado porque... —me atrevo a contarle la razón antes de que se piense otra cosa y me lleve yo una bronca.
—Lo sé, —dice alzando la mano a la vez que me corta— lo he escuchado todo —me dedica una sonrisa y señala su habitación con la cabeza.
Entro y cierro la puerta con suavidad cuando le veo tumbado bocabajo, me pongo a su lado y le pongo mi mano sobre su espalda, que va desnuda.
—¿Es que no estás cansado de mí? —le pregunto con una sonrisa mientras le dibujo pequeños círculos detrás de él..
No responde.
—Lu, sabes que te quiero. Siempre te voy a querer y da igual donde estemos alguno de los dos. Siempre serás mi pequeñín, incluso cuando tengas cuarenta años lo serás.
Suelta una carcajada y se gira para ponerse bocarriba.
—Pero ya seré mayor y no pequeño.
—¡Para mí siempre lo serás! —le digo fingiendo un enfado y después le abrazo mientras le doy un beso en la mejilla— No te enfades. Te prometo que si me voy, vendré a verte y hablaremos todos los días por Skype.
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1. // Un viaje a mi ¿pasado? {COMPLETA}
RomanceMe marché de España sin decir nada, ni a mis únicas amigas ni a Raúl. Empecemos por ahí. Estuve en Londres cuatro años, en los que terminé mis estudios y no les mandé ni un mísero mensaje. ¿Qué por qué me fui? Para eso deberás leer mi historia nar...