Preparativos

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Narra Poché

Era viernes y eso solo significaba que la escuela iba a estar en un completo caos. El último baila del año era un acontecimiento que hacía que las personas se preparan mucho, puesto que era una oportunidad de conocer personas o de estar con aquella que te hacía volver loco. Para mí, sólo significaba que llevaba 4 días sin hablar con Calle y que las cosas solo iban empeorando  entre las dos. La noche anterior había pasado llorando y tuve que mentirle a Vale, que estuvo insistiendo en que le dijera la razón por la cual estaba así. Y por otra parte, tuve que ignorar las llamadas de Camilo, insistentes una hora tras otra.

Así que, apenas vi entrar la luz del sol a mi cuarto, me tape la cara con la almohada y desee con todas mis fuerzas saltarme ese día. No tenía ganas de ver a Santiago y Daniela hablar con el grupo de tontos admiradores sobre la gran noche que supondría un paso en su relación (y un paso atrás en la nuestra). Me pare de la cama casi obligada y entré al baño para tratar de borrar con agua todas mis angustias. 20 minutos después, estaba entrando a mi cuarto para elegir el atuendo del día de hoy para ir a clase, luego me preocuparía en elegir lo que usaría para el tal baile.

Bajé a la cocina y vi a Valentina hablando con papá mientras ambos comían el desayuno. Por la cara de él, supuse que estaban hablando sobre Andrés, el novio de Vale. Respiré profundo y salude con la mejor sonrisa que pude componer.

- Hola familia - dije y me dirigí directamente a la nevera para servir un poco de cereal. No quería nada pesado hoy.

- Poché, tus ojos no se ven tan mal - dijo valentina y me enrojeci inmediatamente.

- ¿De qué hablas? - preguntó papá confuso y me dirigió una mirada significativa.

-De nada papá - impedi que vale hablara más y me senté a su lado.

- Bueno, entonces papá, por favor no vayas a ponerte raro cuando venga por mí.

- Yo nunca me pongo raro...

- Lo miras fijamente y empiezas a cuestionarlo mucho. A veces creo que lo espantas. Andrés es muy importante para mi y quiero que hoy sea un buen día para ambos.

- Esta bien. Prometo comportarme.

- Y ahora que estamos en eso, por favor haz lo mismo cuando Felipe venga por mí - dije lo más tranquila posible, sabiendo que esto era un baldado de agua fría para él.

-¿Qué? ¿También viene un hombre por ti? No estoy preparado para verlas a ambas con un novio... - me sonroje una vez más y casi me ahogo con el desayuno.

-Felipe no es mi novio...

-Si, como no - susurró Valentina y le pegué una patada por debajo de la mesa.

Antes de que alguno pudiera decir algo más, tocaron la puerta. Y como si fuera la manera de escaparse, papá fue a abrir de inmediato. Continué comiendo, cuando en la entrada de la cocina, apareció Camilo al lado de mi papá. Lo miré extrañada, ya que no habíamos cuadrado nada sobre irnos juntos. Me sonrió y decidí dejar el cereal empezado y fui a lavarme los dientes. Diez minutos después, estábamos saliendo de mi casa.

-¿Qué haces acá? - le pregunté cuando al fin estuvimos solos.

- Bueno, supuse que hoy necesitabas de mí - lo mire a los ojos y me di cuenta de su mirada de preocupación. Sabía que hoy sería un día difícil para mí y como siempre, vino para que no lo iniciara sola. No valía la pena negarlo, así que le agradecí con una sonrisa. - pero bueno Poché, si te vas a poner cursi, me avisas. Así saco la caja de pañuelos que llevo en el bolso y me preparo para escuchar tus lamentos sobre como es que me dejaste pasar. - me reí y lo golpeé en el brazo.

- Oye, tú siempre dañas los detalles, ¿no?

- ¿Con quien que hablas?

Y por unos minutos, olvidé lo que me esperaba en la escuela y disfrute del camino con Camilo. Estar con él siempre tenía ese efecto en mí, o bueno, casi siempre. Por eso, lo consideraba como mi hermano. Pero la dicha no fue para siempre, ya que al llegar, había un revuelo generalizado. Y la primera persona que vi, fue a Calle sentada con varias de sus amigas en un círculo. ¿Estaría hablando de lo maravilloso que sería el baile? No podía creer como era de fácil para ella todo esto. Quizá nunca significó mucho y yo, simplemente me había enamorado sola.

Se hizo un nudo en mi estómago y Camilo agarró mi mano con fuerza para darme ánimos. Definitivamente, él sabía lo que había pasado entre ambas. Me dirigí hacia mi habitual asiento, y mientras pasaba por su lado, sentí su mirada fija en mí. No quise ni mirarla y Camilo me siguió sin hacer preguntas. Al sentarme, no pude evitar dirigir una vez la mirada hacia el sitio que se encontraba y pude ver como ya no hablaba con la misma energía que antes. En un momento, nuestras miradas se encontraron y desvíe la mía rápidamente. Segundos después estaba entrando el profesor a dar la clase.

Se hizo eterna aquella clase que honestamente no me interesaba y Camilo se la pasaba tarareando canciones, lo cual hacía aún más imposible que lograra concentrarme. Cuando finalmente se terminó, empaque las cosas y le dije a Camilo que nos veríamos afuera. Salí del salón sin detenerme a mirar a los lados, y cuando pensé que ya estaba lejos de ella, escuché su voz detrás de mí.

-¿Poché? - gire y ahí estaba ella mirándome fijamente.

- Hola. - ella sonrió y yo le respondí con una leve sonrisa.

- Yo... Estuve a punto de buscarte estos días. Ya sabes, para hablar.

- ¿Por qué no lo hiciste? - pregunté mirándola fijamente.

- No sabía si era el momento adecuado.

- ¿Y que te hace creer que este lo es? - dije secamente y ella se incomodó un poco, hasta podría decir que sus ojos se humedecieron. Tuve que tener mucha fuerza de voluntad para no ir a abrazarla y decirle que todo estaría bien. Pero no sabía eso, así que sería inconveniente abrazarla.

- Entiendo que estés molesta pero yo... - hizo una pausa y suspiró profundo- dame una segunda oportunidad, ¿si?

- ¿Una segunda oportunidad para qué? - no quería admitirlo, pero estaba aferrándome a sus palabras como si fuera mi última esperanza.

- Para demostrarte que eres lo que más me importa - dijo y quise creer que sus palabras eran verdad. Pero seguía exceptica, así que hice una última pregunta.

- ¿Y el baile? - puso cara triste y respondió.

-Yo... - pero se vio interrumpida por un hombre. El mismo hombre que motivaba esta conversación.

-Amor, pensé que te habías ido - le dijo luego de darle un beso y abrazarla por detrás. Sentí como una vez más, todo se hacía pedazos- Poché, hola. ¿Estaban hablando del baile? Calle y yo ya escogimos la ropa que usaremos, vamos a combinar, por si nos eligen la pareja del baile. ¿Tú vas? - Calle se había puesto pálida y sus ojos transmitían duda y angustia. Yo por mi parte, me sentía estúpida, una vez más, había caído en su juego.

- Sí, Pipe y yo vamos a ir, pero él no sabe que me voy a poner. Quiero que sea toda una sorpresa. - sonreí ampliamente y evadi la mirada de Daniela- bueno, los dejo, iré a buscarlo para almorzar juntos.

Di media vuelta y me fui rápidamente. Este juego podría ser de dos, y no sería yo quien siguiera quedándose en la casa llorando.

Mi decisión - CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora