Mi decisión - Caché

Noche de chicas

Narra Calle

Había sido unos días locos. Después de aquella salida con María José, Santiago me había estado llamando como loco para ver con quién estaba. No soportaba que lo rechazara, es decir, no era lo usual. Así que, al volver a casa y contestarle, me dijo:

- ¿Dónde estás?

- Hola bebé, acabo de llegar a mi cuarto. No imaginas el lugar...

- ábreme por favor. No quiero despertar a los vecinos - me interrumpió.

Sorprendida, bajé las escalas hasta llegar a la puerta de mi casa y abrí. Allí estaba él, con su saco azul cerca al  cierre de su pantalón. Le sonreí y dije:

- ¿Qué haces aquí bebé?

- Hola...

Dijo y se lanzó a mis labios, para darme un beso largo y exigente. Cerró la puerta de golpe y tiró su saco al suelo, pegando su pelvis a la mía. ¿Se le estaba poniendo dura?

- Oye Daniela, tengo que hacerte una pregunta - dijo jadeando al lado de mi oído.

- Soy toda oídos - respondí, tratando de hacer un juego de palabras.

- ¿Estás molesta conmigo? ¿Me deseas aún? Ya sé que he sido un mal novio pero - depositó un beso en mi cuello- aún te amo y te deseo.

- No estoy molesta contigo, ¿Por qué dices eso? - lo o miré a los ojos. Quería saber qué era lo que estaba pasando acá.

- Pues mira que irte cuando ya... - tragó saliva y continuó- hemos estado muchos días lejos. Nuestros cuerpos... Me tiene mal Calle, en serio quiero de nuevo. - sonreí. Todo se trataba sobre sexo. No podía negar que a mí también me hacía falta, así que solo cedí a él

- Ah! Veo. Así que, ¿Me deseas? - sonreí pícara y puse mis manos en su cinturón. El jadeó. - quisiera ver qué tanto.

Desabroché su pantalón y lo bajé. Antes de que pudiera darse cuenta, bajé sus boxers y su erección salió libre al fin. En serio no bromeaba, así que empecé a tomar todo con seriedad.

Después de eso, volvimos a ser la pareja de antes. La salida a aquél restaurante había logrado que encontrara lo que necesitaba. Y eso, era hacerme extrañar de Santiago.

Narra poché

Las cosas habían cambiado drásticamente. Después de aquella salida, me quedé pensando en Calle. No podía negar que había sido agradable y sentir que podía convivir con alguien más aparte de Camilo, me hacía feliz.

En los ensayos ahora nos comportabamos de manera cordial, y las peleas habían desaparecido para siempre. Camilo juraba que desde aquella salida, el ambiente entre las dos era diferente. Y eso me relajaba. Ya era suficiente con tener que enfrentar al público, para que aparte estuviera enemistada con una de mis compañeras. Así que todo estaba en calma de nuevo. No peleaba con nadie en la escuela y solo tenía que escuchar los reclamos de papá sobre la razón que había para que tuviera que ver a vale besándose con Andrés.

Los días pasaban y se iba acercando la fecha para poder salir de aquel grupo y poder ocupar el ansiado lugar que quería. Estar en escritura. Así que para mí, todo iba bien.

Narra Calle

Volver a salir tanto con Santiago era bueno. Nuestro estado como pareja icónica volvía a resurgir. Pero hoy, tenía ganas de estar en casa sola y ver una película y comer algo rico. Mientras pensaba en algo para comprar, mis amigas discutían a qué lugar irían esta noche:

- Podemos visitar el bar nuevo. Me han dicho que es un excelente lugar.

- Si, pero antes de ir, sería agradable comer algo. Cuando estoy hambrienta y bebo, ya nadie puede conmigo.