~Agradezco mucho tu amor, tal vez si las cosas se hubieran dado de otra manera...
~Pero Axel... En verdad crees que Sofía está enferma... Yo no lo creo.
~¡Pero claro que lo está! ¿Cómo podría fingir?
~¿Sabes dónde está tu hermano en este momento? Habló con picardía.
~Seguramente está practicando en la pista de hielo, él tiene un gran futuro como patinador profesional.
~Yo no lo creo, lo escuché decir que más tarde iría a Encantia.
~Esta muy preocupado por Sofía y es entendible, ellos han sido amigos desde la niñez.
~¡Más que amigos!, Tú sabes lo mucho que tú hermano la ama.
Axel se quedó pensando por unos momentos y dió media vuelta.
Enseguida la joven corrió hasta la cocina, donde su abuela se encontraba preparando más pastelillos para Sofía.
~Abuela ¿Qué haré? La enfermedad de Sofía solo hizo que Axel se apegara más a ella.
~Tranquila, esa princesita morirá y tú te convertirás en reina.
~No me importa el poder, solo quiero que Axel me estreche entre sus brazos, sentir su amor... Tal como lo hace con esa tonta.
Hugo se encontraba caminando cerca de la cocina cuando escuchó los gritos de ambas mujeres y con curiosidad se acercó a la puerta.
~No debes flaquear ahora, cuando Sofía muera, Axel estará tan destrozado que se casará contigo sin objetar, por eso, Sofía debe continuar comiendo los pastelillos. Debes visitarla esta tarde y convencerla de que lo siga haciendo. Afortunadamente no sospecha nada o nuestros planes se arruinarían.
Hugo se tapó la boca y decidió seguir a Sally hasta Encantia.
La joven traía en sus manos una gran canasta. Miranda agradeció el gesto de las dos mujeres, pues creía que lo hacían de buena fé. Sin embargo la realidad era otra.
Amber observó a Hugo escondido detrás de un árbol e inmediatamente lo dejo entrar.
~¿Qué pasa?
~Quiero ver a Sofía, pero Sally no debe saber que estoy aquí.
~¿Pasa algo?
~Aun no puedo decirte nada.
Hugo caminó hasta la habitación de Sofía y se quedó esperando detrás de la puerta.
~¿Cómo te encuentras bella Sofía? Habló tocando su frente.
~No muy bien... ¿Sabes si Axel me visitará esta tarde?
Sally apretó la mandíbula, pero recuperó la compostura.
~No estoy muy segura, él está sumamente ocupado, ya sabes, ahora él es el rey de Albuquerque y tiene muchas responsabilidades.
~Lo entiendo, el pueblo es más importante que cualquier cosa.
~Pero no te sientas mal, no le hace bien a tu salud. ¿Sabes? Mi abuela te hizo algunos postres, lamentablemente no pudo acompañarme, pero me pidió que te diera sus saludos y buenos deseos.
~Esa mujer es un ángel. Habló con felicidad.
~Come uno. Sonrió sacando un pastelito de la canasta.
Sofía lo tomó y Hugo apretó los puños. ¿Cómo podía detenerla sin intervenir?
Rex iba pasando por el pasillo. El príncipe se acercó a él y le piso la cola, haciendo que el animal saliera disparado rumbo a la habitación de Sofía.
Hugo se sintió fatal por este acto, pero era su única oportunidad de salvar a su amiga.
El perro salto encima de Sofía lanzando el pastelito por la ventana.
~Rex ¿Qué haces muchacho? Gritó Sofía incorporándose.
El animal comenzó a gruñirle a Sally provocando que la joven diera algunos pasos en retroceso.
~Lo siento mucho, Rex no suele comportarse así.
~No te preocupes Sofía... Creo que debo irme. Tartamudeo acercándose a la puerta.
Hugo corrió a esconderse y la joven se perdió entre los pasillos.
Apenas desapareció de su vista, el príncipe entró a la habitación.
~¿Hugo? Alzó la voz Sofía con preocupación.
~Sofia... ¡No comas esos pastelillos! Están envenenados.
~¿De que hablas? Pregunto soltando una risa.
~¡Las escuché hablar! Contestó con dificultad.
~Hugo, sé que estás muy preocupado por mi, pero no puedes sobre protegerme.
~¡Créeme! Axel está atontado por esa mujer, así que no me haría caso, pero yo la escuché hablando con su abuela. ¡No sigas comiendo esos pasteles! ¡Te lo ruego!
~ Tú nunca me has mentido... Y no tendrías por que hacerlo. Susurro llevándose las manos a la barbilla.
Sally ya se había percatado de la presencia de Hugo, así que había decidido espiar su conversación con la princesa.
~¡Escapemos Sofía! Cuando ellas se den cuenta que tú lo sabes tratarán de exterminarte.
Al escuchar esto la joven sonrió con maldad, le diría esto a Axel y se desharia de Sofía para siempre, no había necesidad de matarla, de todas formas ella no estuvo de acuerdo con eso desde el principio.
~¿Por qué lo haría? Debo enfrentarlas.
~Al menos hasta que te recuperes, es un veneno muy fuerte. ¡Por favor!
~Bueno... ¿Pero a dónde iremos? ¿No crees que sería mejor que le dijéramos a Axel?
~No hasta tener pruebas. Ellas deben caer por su propia cuenta.
~¡Tienes razón! Somos un gran equipo ¿No lo crees? Hablo Sofía con felicidad.
Hugo correspondió a sus palabras y le dió un fuerte abrazo.
~Somos los mejores, nadie puede vencernos, ni siquiera un par de mujeres malvadas.
~¿Dónde y cuándo lo haremos?
~En dos días, nos encontraremos en la caballeriza de tu castillo, allí nadie nos descubrirá.
Sally soltó una sonrisa y se retiró del castillo. Tenía el material necesario para arruinar a ambos jóvenes. A los dos los odiaba por igual, pero debía planear bien las cosas para que no hubiera un error.
Hugo se despidió de la princesa y volvió a su castillo.
Apenas cruzó la puerta encontró a su hermano esperándolo con impaciencia.~¿Dónde estuviste?
~Fui a visitar a Sofía. Contestó intentando seguir de largo.
~¡No te irás! Gritó tomándolo por el saco ~¿Qué interés tienes en ella?
~Tú lo sabes perfectamente. Habló sin emociones.
~¡Basta Hugo!
~Ella es mi amiga, ¿Acaso quieres alejarla también de esa forma?
~Lo siento... Creo que estoy exagerando la situación. Se reprochó con vergüenza.
~Siempre lo haces, deja de lado tus tontos impulsos de primate. El mundo no gira alrededor de ti.
Axel se quedó mirando como su hermano seguía de largo. Hugo había cambiado en los últimos meses, ya no era el mismo, ahora su carácter era más fuerte y constantemente se enfrentaba a él. Añoraba volver a ser su amigo, sin embargo ninguno de los dos cedía en su constante batalla.
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Atrapada en el amor (Sofia y Axel)
FanfictionLa princesa Sofia se ve atrapada en un matrimonio arreglado, donde a penas conoce a su prometido. El rey de un país fuerte y codiciado fija su vista en ella, sin importar su corta edad. Nada le importa más que lograr su tan ansiado amor, pasando in...