La salud de sofia.

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Fue así cómo pasó una semana. Diariamente la princesa abría el cesto para comer un pastelillo, eran realmente deliciosos y se sentía obsesionada con ellos.

~Sofia... Te notó un poco pálida ¿Te encuentras bien? Habló Miranda tocando su frente.

~¡Perfectamente!, esta tarde veré a Hugo para practicar la nueva rutina de baile sobre hielo. Sonrió siguiendo de largo.

Hugo se encontraba sentado en la orilla del lago congelado. Al ver a Sofía, sus ojos se agrandaron. La princesa se veía distinta, sus mejillas rosadas habían desaparecido y había perdido un poco de peso.

~Que gustó verte Sofía, después de la práctica mi hermano te espera en el castillo. Habló intentando pasar por alto su aspecto.

~Gracias Hugo, ¿por qué no empezamos?

El príncipe tomó su mano y comenzaron a bailar. Los movimientos de Sofía eran muy torpes, cosa que no pasó por alto de los ojos del príncipe.

~¿Te sientes bien? Titubeo con pesar.

~Bien, mi madre me pregunto lo mismo.

~Tu cara luce pálida...Podemos parar si quieres.

~¡Olvídalo! ¡Debemos seguir!, la coreografía aún no está terminada

~Te lo estás tomando muy en serio, después de tu boda con Axel no podrás participar en las competencias de patinaje, no sería bien visto.

~¿Por qué no?

~Porque serás una reina y yo soy el hermano de tu esposo.

~Hugo, eso no cambia nada, tú y yo seremos amigos para siempre. Habló tomando sus manos con cariño.

~Es cierto... Amigos. Bueno sigamos con la rutina.

Hugo cargó a Sofía en sus brazos y comenzó a girar alrededor de la pista.

Las fuerzas abandonaron a la princesa y se desvaneció en los brazos del príncipe.

~¡Sofía! ¡Despierta! Grito para después llevarla hasta el castillo.

Cuando llegó se encontraba totalmente helada.

~¿Qué le pasó a Sofía? Gritó Axel haciendo a un lado a su hermano.

~Estábamos practicando la coreografía... Y ¡Se desvaneció!

~¿Qué le hiciste? ¡Dime la verdad Hugo! Gritó tomándolo por el saco.

~¡Basta Axel! Intervino Garrick separando a ambos muchachos.

~Yo no le hice nada ¡Jamás le haría daño! Gritó entre sollozos.

~Creo que deberíamos llamar al médico. Agregó Raquel.

Unos minutos más tarde, el doctor entró y dió órdenes de que solo Axel permaneciera en la habitación. A pesar de la molestia de Hugo, se mantuvo tranquilo por el bienestar de Sofía.

Unos minutos más tarde la puerta se abrió y el médico salió en compañía de Axel que permanecía con los ojos rojos.

~¿Qué pasa? Titubeo Hugo.

~Al parecer Sofía tiene un problema estomacal. No estamos seguros de que le ocurre, el médico dice que es un caso raro.

~¡Y a un día de la boda!, Mi abuela estará muy triste. Gritó Sally con desesperación.

Sofía apareció detrás de ellos con una sonrisa.

~Estoy bien... No deben frenar la boda por mi.

A la mañana siguiente se llevó a cabo la pequeña ceremonia. Por fin los planes de la señora Raquel se concretarían.
La mirada de Garrick estaba llena de confusión, pero había dado su palabra y un verdadero caballero nunca falta a una promesa.

~¿Acepta a Raquel Fuentes, como su futura esposa? Habló el arzobispo.

La mirada de Garrick se perdió en los ojos de Hugo. Él había sacado la mirada de su madre y sentía que le estaba fallando a su verdadero amor.

~Yo... Acepto. Finalmente dijo.

~¡Que vivan los novios! Gritaron los invitados.

Axel permanecía junto a Sofía, la joven había insistido en asistir a la boda.

~¿Como te encuentras? Susurro el pelirrojo.

~Estoy bien... No deben preocuparse por mi, solo fue un simple dolor de estómago.

Axel no se encontraba convencido, pues el médico había dicho que sus síntomas irían empeorando y el joven rey no podía soportar ver a la mujer de sus sueños en un estado tan deplorable.

~Bueno ahora que eres parte de mi familia te has convertido en una princesa. Sonrió Garrick abrazando a Sally.

~Me llena de alegría lord Garrick, aunque a mí no me interesa el título, sino la felicidad de mi querida abuela.

~Llámame abuelo, no es necesario que seas tan formal conmigo.

~¡Abuelo!, Me agrada.

~Así que ahora eres parte de mi familia. Habló Hugo con fastidio.

~Así es, tendrás que soportarme toda tu vida.

~No te consideraré una princesa, una chica tan insignificante como tú jamás podría aspirar a serlo.

Sally apretó los dientes y Hugo dió media vuelta dejándola con el ceño fruncido.

~Lo logramos. Susurro Raquel mientras besaba la mejilla de su nieta.

~Es verdad... Abuela, ¿crees que Sofía siga comiendo los pastelitos?

~No lo sé, pero haremos más por si las dudas.

A la mañana siguiente Sally despertó en la gran habitación que le había sido asignada, ¡Era un sueño hecho realidad! Con excepción de Hugo, su presencia en el castillo solo la hacía irritar.

~Señorita, ¿puedo pasar? Preguntó el mayordomo.

~Claro, adelante.

~ Verá, cómo miembro de la realeza deberá aprender el protocolo, además de los distintos reinos y sus miembros reales. También es necesario que hable por lo menos tres idiomas distintos al que maneja.

Sally despertó de su mundo de ensoñación para comenzar un mundo de estudio. ¡Estaba muy cansada! No creía que ser princesa implicará tanto sacrificio.

~¡Lo haces muy bien! Exclamó Axel entrando a la biblioteca.

~¿Este es el precio del poder? Estoy muy cansada.

~Nosotros lo aprendimos todo durante nuestra niñez y ahora solamente nos dedicamos a darle honor a nuestra familia.

~Es muy complicado, lo único que me hace feliz es verte todos los días, me das un gran apoyo. Por el contrario, Hugo dice que aunque me vuelva refinada ¡Jamás podré llegar a ser una princesa de verdad!

~Hugo no es tan malo... Una vez que lo conozcas.

~¿Qué harás el resto del día? Me gustaría que saliéramos. Sonrió tomando su mano.

~ Veré a Sofía, estoy muy preocupado por su salud.

~ Estará bien, daremos un paseo corto y podrás visitarla.

Axel accedió y juntos se dirigieron al jardín principal.

Sally corrió por los alrededores lanzando sus zapatos al aire. Al príncipe le pareció un gesto muy divertido y decidió contemplarla desde la sombra de un árbol.

~Estos zapatos son muy incómodos. Y el vestido es sumamente pesado. Exclamó soltando una carcajada.

~Te acostumbrarás, ¡ya verás!, por cierto, ese vestido te queda de maravilla.

~¿Tú crees? Si tuviera la oportunidad caminaría solamente en camisón, es más liviano y no corro el riesgo de romperlo.

Axel comenzó a reírse y la joven corrió para sentarse a su lado.

Atrapada en el amor  (Sofia y Axel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora