La furia del rey

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El camino de regreso a Albuquerque fue sumamente tenso, Sally sentía que Axel explotaría en cualquier momento y se desquitaria con ella.

~Siento mucho lo que pasó... Habló con suavidad.

Axel ni siquiera le contesto, seguía apretando sus puños con fuerza.
Cuando el carruaje aterrizó, el joven rey se dirigió a los aposentos de su padre.

~¿Dónde estuviste? Debo recordarte que eres el rey y tienes obligaciones. Habló retandolo.

~Hugo no volverá a Albuquerque. Acaba de deshonrarme.

~Cualquier cosa que haya hecho no debe ser tan grave como para tomar esa decisión.

~Lo es, él... Y Sofía mantenían un romance y estaban listos para fugarse.

~Axel... Es tu hermano, ambos sabíamos sus sentimientos desde el principio, además es un príncipe de Albuquerque, no puedes hacerle eso ¡Es de mi hijo de quién hablas!

~Siempre has querido más a Hugo ¡Yo también soy tu hijo! Deberías pensar en mí.

~A los dos los quiero por igual. A parte, sé lo impulsivo qué eres, seguramente juzgaste antes de conocer la situación.

~¡No! Sally me avisó y yo lo comprobé.

Al escuchar esto Garrick hizo una mirada de desconfianza.

~¿Sofia te dijo algo?

~Solo que me envió una carta ¡Pero fue mentira! Nunca llegó.

~Bueno hijo mío... Debo acatar tus órdenes. Contestó acercándose a la puerta.

~¡Ah! Y otra cosa, haremos caso al parlamento, me casare con Sally, así que preparen la boda lo antes posible. Exclamó haciendo que su padre saliera de la habitación.

En otra recámara se encontraban Sally y la señora Raquel.

~¡Te dije que nuestro plan funcionaria!, de cualquier manera Sofía se arruinaría.

~Estoy tan feliz ¡Por fin podré casarme con Axel! Como siempre soñé.

~El poder es lo que importa, no el amor ¡Recuérdalo bien!

~Si abuela... Contestó con indecisión.

Los planes de boda comenzaron a llevarse a cabo desde que Axel tomó la decisión. El joven rey se encontraba frío y distante. El reino resentía su comportamiento, sin  embargo, el joven no cambiaría hasta que Hugo no cediera. Su hermano menor no había vuelto desde ese día, ni siquiera para implorar su perdón y eso hacia que el pelirrojo se sintiera miserable.

~¿Sally? Habló entrando a su habitación.

~Axel... Qué maravilla verte. Titubeo con pena.
Supuestamente ella no estaba enterada de los planes de boda y tenía que actuar con total naturalidad.

~Si... Supongo. He pensado mucho en nosotros. Verás, siempre has estado a mi lado, me has amado incondicionalmente y... Me cuidas de todo. Creo que yo también podré llegar a amarte si me das la oportunidad. ¿Te casarías conmigo? Hablo extendiendo un anillo.

Sally soltó una gran sonrisa y se abalanzó hasta él para besarlo.

~Claro que lo haré, es como un sueño hecho realidad.

~Me alegra, porque los preparativos de la boda ya se están llevando a cabo. Dijo, para después salir de la habitación.

Sally dió vueltas alrededor de la habitación y se dejó caer sobre la cama. Amaba a Axel con intensidad y nada podría hacer que se separara de él.

Mientras tanto Hugo y Sofía se encontraban charlando en el jardín del castillo.

~Creo que deberías volver a Albuquerque, ¿De que otra manera podrás comunicarte con tu padre?

~¡No volveré! Jamás me doblegare ante Axel, aunque reconozco que lo que hice estuvo mal.

~Yo ya te perdone ¿Por qué no lo haría él?

~Porque es orgulloso. No me perdonará hasta que me humille a sus pies.

~¡Tengo una idea! Mandemos una carta a Albuquerque invitando a tu padre a tomar el té.

~¿Crees que funcione?

~¡Claro que si!

~¿Y las pruebas? ¿Cómo las conseguiremos? Preguntó con pesar.

~Aun tengo pastelillos envenenados. Tal vez si hablamos con tu padre... Él podría ayudarnos. Hagamos que ellas se delaten solas.

~Espero que mi padre nos escuché... No sé con seguridad que siente por la señora Raquel. ¡Temo que se haya enamorado de ella!

~Roguemos que no sea así.

Sofía tomó lápiz y papel y comenzó a escribir la invitación para lord Garrick.

Estimado Lord Garrick.

Me complace en invitarle a la fiesta de té que se llevará a cabo para celebrar  la paz que reina ambas naciones.

Con respeto: la princesa Amber.

~¿Pero? ¿Amber? Exclamó Hugo.

~Si firmó con mi nombre ¡Jamás vendría!

~Tienes razón...

Sofía selló la carta y se la entrego a Balleywick.

~Ahora solo debemos esperar su respuesta, ya verás que todo saldrá bien. Habló tomando el hombro de Hugo.

Unas horas más tarde la carta fue entregada al rey Axel.
Al ver el remitente inmediatamente la arrugó sin importarle que la carta estuviera dirigida a su padre.
Estaba decidido a cortar toda relación con Encantia.

~El color de los manteles debe ser rosa. Hablo la señora Raquel dando órdenes a los sirvientes.

Garrick permanecía observándola sin decir nada, desde hacía unas semanas había comenzado a sospechar que su mujer era malvada, pero no había forma de comprobarlo.

~¿Qué haces cariño?

Garrick miró hacia otra parte y se acercó con cautela.

~Solo quería supervisar como iban los preparativos de la boda, pero veo que eres una excelente planeadora.

~Te lo agradezco mucho, todo es por la felicidad de mi pequeña. Desde que su madre murió yo la cuide como si fuera mi hija. Para mí siempre será importante. Sonrió tomando la mano de Garrick.

~¿Qué pasó con su madre? Nunca tuve el placer de conocerla.

~Cuando Sally cumplió cinco años, ella tuvo un ataque al corazón. Fue algo fulminante y como su inepto padre nunca se hizo cargo de ella, decidí cuidarla y protegerla de todo.

~Es una lastima.

~Lamentablemente si. Suspiro con tristeza.

La realidad era que la señora Raquel no tenía ningún sentimiento de tristeza hacia su hija fallecida. La joven nunca había compartido sus ideales malvados y eso hizo que tuvieran muchos problemas. Además había alejado a Sally de su padre, llevándosela lejos para que no pudiera encontrarla.

Sally entró a la habitación y Garrick le ofreció su mano con gentileza. La joven lo apreciaba mucho ya que había sido como un padre para ella.

~Quiero entregarte algo. Este es un regalo por tu compromiso. Sonrió extendiendole un par de aretes.

~ ¡Son preciosos!

~Eran de la madre de Axel... Ella me pidió que se los entregara a la mujer que se convirtiera en la esposa de mi hijo. Contestó sin dejar de sonreír.

Sally se sintió tan afortunada que no dejó de agradecer a Garrick por su gesto.

Atrapada en el amor  (Sofia y Axel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora