La ceremonia.

944 62 25
                                    

Una carta llegó al castillo de Encantia y Amber la arrugó con molestia.

~¿Cómo se atreve? Gritó tirando el papel a un lado.

~¿Pasa algo cariño? Intervino Roland mientras caminaba hacia ella.

~Llegó una invitación a la boda de Axel. Es una falta de respeto. Contestó la rubia.

Hugo escuchó esto y corrió a la habitación de Sofía para informarle. Debian terminar con esa boda de una vez por todas.

~¿Axel se casará? Preguntó con tristeza.

~Al parecer si... Además mi padre no vino a Encantia, eso me desilusiona un poco. Aún así no me encuentro convencido, ¡sé que Sally lo forzó! Nadie en su sano juicio se casaría con ella. Habló Hugo haciendo una mueca de desprecio.

~Axel se casará... Repitió Sofía tocando su pecho.

Hugo la tomó de la mano y le sonrió con gentileza ~Detendremos esa boda, la única persona que se casará con él serás tú.

Mientras tanto la señora Raquel se encontraba riendo en su habitación. Seguramente ya había llegado la invitación a Encantia y se imaginaba con placer el dolor que debía estar pasando Sofía.

~¡Abuela! ¿Verdad que me quedan bonitos los aretes que me regaló el abuelo Garrick?

~¡Preciosos mi reina!

~Nunca me habías tratado así. Titubeo con desconfianza.

~No te sorprendas, en unas horas serás la persona más poderosa del país y podremos ser muy felices.

~Es cierto, mañana es mi boda ¿Crees que Axel este feliz? Estoy un poco insegura.

~¡Qué importa lo que piensa! Ya es tuyo, no desaproveches está oportunidad.

~¿Y Sofía? Debe estar sufriendo mucho.

~Sally, ¡despierta! ¿Qué es lo que te pasa? ¿Desde cuándo te importan los sentimientos de Sofía?

~No es eso, solo que me imagino en su lugar... Yo estaría sufriendo mucho. Además, ahora agradezco que no haya muerto... No me lo perdonaría nunca.

~Solo corrió con suerte, el plan era que muriera, pero tienes razón. No somos asesinas.

Sally bajó la mirada y observó los aretes de la madre de Axel. El rey Garrick le había hecho un regalo muy importante y en ese momento no se sentía merecedora de él.

~Ahora ve a dormir, mañana será el gran día. Habló llevando a la joven hasta su habitación.

Cuando Sally se sintió segura, salió de su habitación para visitar a Axel.

Las puertas del estudio se abrieron mostrando la silueta del joven rey recargada sobre el escritorio.

~¿Te encuentras bien? Susurro haciendo que el pelirrojo se exaltará.

~Perfectamente, ya deberías estar dormida, mañana será un día importante. Dijo caminado hacia ella.

~Nunca me has besado, siempre lo he hecho yo.

Axel la tomó por los hombros e intento hacerlo, pero el recuerdo de Sofía apareció en sus pensamientos.

~Lo siento... Mañana durante la boda, en este momento no quisiera hacerlo. Titubeó con nervios.

Sally bajó la mirada y se retiró a su habitación, la indecisión la envolvía, aunque pretendía fingir que todo estaba bien.

El rey Axel caminó hasta un espejo que se encontraba a su costado y puso su mano sobre él, mientras cerraba sus ojos imaginando que tocaba la mano de Sofía. Sin saber que la princesa había hecho la misma acción provocando que ambas mentes se conectaran.

Sofía abrió sus ojos encontrándose con el rostro de Axel reflejado en el espejo.

~¡Axel!, Habló provocando que el rey abriera los ojos y se rompiera la conexión.

Axel se llevó las manos a la cara. Había visto el rostro de Sofía. Se veía tan bonita, tan recuperada que comenzaba a dudar sobre lo que sucedería la mañana siguiente.

~Te recuperaré Axel. Prontos seremos felices para siempre. Sonrió Sofía tirándose a la cama. Ahora más que nunca tenía que descansar ya que el día siguiente sería complicado.

A la mañana siguiente un ejército de sirvientes entró a la habitación de Sally. Todos tenían un papel diferente. Sin embargo la señora Raquel se encontraba inspeccionando cada detalle.

~¿Le gustaría un peinado elevado? Habló una de ellas.

~Nada ostentoso.

~¡Como que no! Debes brillar. Intervino la señora Raquel.

Sally bajó la mirada y dejó que todo se hiciera de acuerdo a la voluntad de su abuela.

~¡Y recuerda! ¡No comas pastel! Advirtió la anciana antes de salir de la habitación.

La verdadera razón era que la mujer había vertido un poco de veneno sobre el pastel de Axel, para así lograr que su nieta fuera la única reina de Albuquerque.

Mientras Garrick se arreglaba en la habitación, un sobre hizo llamar su atención. “Para el rey Axel". Leyó abriendo la carta.

No tardo en entender que todas las respuestas se encontraban en ese pedazo de papel... Raquel lo había guardado para evitar que Sofía recuperara a Axel. Ahora tenía las herramientas necesarias para desenmascararla frente a todos. El ex rey sonrió con confianza y se dirigió a la habitación de Sally para acompañarla al altar.

Cuando por fin estuvo lista, Sally se miró al espejo con melancolía. Aún recordaba la mirada de tristeza en el rostro de Axel. Quizá no debía hacer eso... Estaba mal hacerlo aunque ella lo amara con intensidad.

~¡Es hora!, Exclamó el rey Garrick ofreciéndole su brazo.

La boda se llevaría a cabo en uno de los jardines del castillo. Todo estaba perfectamente arreglado.

Axel se encontraba dudando en su habitación, sin embargo había dado su palabra y no podía faltar a ella. Sally era una buena amiga y no se atrevería a lastimarla.

Sofía y Hugo ya se encontraban fuera del castillo. La princesa había tenido la idea de vestirse como servidumbre. De esa forma podrían pasar sin despertar sospechas.

~¿Qué desean? Hablaron los guardias cerrandoles el paso.

~Traemos algunos bocadillos para la boda. Contestó Hugo mostrando una cesta llena de comida.

~Adelante, llegan tarde. Hablaron permitiéndoles la entrada.

Sofía sonrió con alegría y se apresuró a esconderse detrás de un árbol.

~¿Cómo lo haremos? Preguntó a Hugo.

~En el momento en que el obispo pregunté si alguien se interpone a la boda, tu gritaras y mostraras los pastelillos envenenados.

~¡Sofía! Habló Mia volando hasta ella.

~¿Pasa algo?

~Vi a esa extraña mujer poner un polvo sobre el pastel de bodas. ¡Creo que intenta envenenar al rey!

~¿Envenenar? Contestó llevándose las manos a la cabeza.
La situación era más delicada de lo que se imaginaba.

Atrapada en el amor  (Sofia y Axel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora