– ¿Vacaciones a dónde? – Dijimos Valeria y yo en unísono, nos miramos con confusión al ver que dijimos lo mismo, daba miedo.
– Si, vacaciones navideñas en la playa ¿No es eso estupendo? – Dijo mi tía, mientras acomodaba una de sus cantidades industriales de perfume en su repisa del baño.
– Pero siempre la pasamos aquí. – Se quejó Valeria.
– Es bueno conocer nuevos ambientes. – Se volteó a mirar a Valeria y luego a mí. – Tengo entendido que ambas les gusta la playa, no sé porque les molesta tanto si antes ya hemos ido. – Se cruzó de brazos. Yo suspire mentalmente.
– La cosa es que sería raro recibir año nuevo allá. Cuando las cenas y regalos son más a gusto aquí. – Dijo Valeria con cansancio, ella simplemente decía todo lo que yo pensaba así que casi nunca aportaba nada a estas discusiones.
– Probaremos cosas nuevas desde ahora. – Dijo mi tía, ya sabía que con eso cerraba con broche de oro la discusión.
– Bueno, tu ganas pero si me come un tiburón en medio festejo es tu culpa. – Valeria se dio la vuelta y yo la seguí.
– No creo que sea mala idea pasarla en la playa, más bien quizás sean recuerdos inolvidables. – Le dije tratando de ser optimista.
– Tu sabes lo que eso significa: Hotel, comida mala, pocas noches para descansar. No es mi ritmo. – Seguía sorprendiéndome de lo madura que era Valeria en sus jóvenes años, supongo que lo analizaba todo antes de lanzar la sopa.
– Ya veremos, tranquila. Aun es jueves, nos iremos un sábado y llegaremos el mismo día. No moriremos. – Le asegure.
– Con mucha suerte, quizás no. – Me sonrío dando por perdida nuestra habladuría para así poder ir a jugar con la consola de video juegos.
No es que como si visitar Pacific Beach fuera malo. Eran en San diego y nosotros vivíamos al sur y la playa se encontraba al suroeste no era como mil horas de viaje, seis cuando mucho y aquellas playas eran bonitas, comida fina y hoteles con piscinas y parques. Simplemente trataba de verle lo bueno del asunto, aunque usar un traje de baño no era mi fuerte, quizás si papa lograba comprarme uno decente pudiera entrar en alguna piscina o playa cercana. Llame a mamá el mismo día que lo decidieron, ella dijo que era una buena idea dado que siempre estaba encerrada en casa y la única vez que había ido de viaje era a los cinco años y yo casi nunca había ido a otro lugar, conocer más bien. No era que me molestara mucho viajar, pero en auto el bamboleo de este hacia que me diera demasiada fatiga y eso no era simplemente algo que podría disfrutar. Ya mamá había hecho mis maletas por mí, ya que yo aún seguía en casa de mi tía y a ella no le molestaba en lo absoluto ordenar mis cosas, justamente papá iría a recogerlas hoy mismo ya que faltaba poco para irnos. Baje las escaleras dejando a Valeria en su habitación teniendo un dilema en cual traje de baño se le veía mejor, simplemente no podría presenciarlo mas. Me dirigí a la cocina para tomar algo de jugo de naranja, no había desayunado y era algo para aplacar mi estómago mientras mi tía iba por algo de comer. Ella no acostumbraba a cocinar ya que tenía una mujer encargada para ello pero le había dado días libres por los presuntos avisos de un viaje. Me recosté en la encimera tomándome el jugo distraídamente.
– ¿Emocionada? – Dijeron detrás de mí. Yo pegue un salto y tosí el jugo. – Eh, no te ahogues _____. – Me dio palmadas en la espalda.
– Dios, Justin es que cada vez estas más cerca de provocarme un infarto. – Me seque las gotitas de los labios y lo mire. - ¿Emocionada por?
– El viaje, obviamente. – Dijo haciendo énfasis en las palabras “obviamente””.
– Bueno si, no es que me mate pero si quiero ir. – Suspire. – Solo he ido a la playa una vez así que ir a una nueva quizás sea algo interesante.
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Un futuro sin ti.
RomanceUn niño que sueña con tener algo inalcanzable y una niña que no entiende de la vida pero el le da significado. Esta historia se basa en la niñez, en la adversidad, amor y separación, todo junto. Admito que puedes llorar pero... ¿eres lo suficienteme...