Tome grandes bocanadas de aire, no es como si la venganza fuera uno de mis más grandes atributos. Podría pensar hasta hacerle algo muy malo a una persona y arrepentirme a los dos segundos porque era una persona tan noble… que no podría hacer daño alguno salvo a mí misma, por supuesto. Retire los ojos de la escena y arrastre una de las reposeras vacías debajo de la sombrilla que ofrecía el hotel. Fui a la mesa a buscar mi toalla para no sentirme tan incómoda, cuando la abrí y la extendí en su totalidad me tumbe sobre ella y cerré los ojos. El sol no era una molestia debajo de la sombrilla y hacia una brisa muy agradable. Suspire. Era lo suficientemente absurda como para pensar que yo podría reclamarle algo a Justin ¿Y que si estaba celosa? ¿Qué tenía de malo eso? Lo vi representado en millones de películas y telenovelas, no era tan malo; miedo de perder a una persona querida por el hecho de que te va a cambiar. Él podría cambiarme en cualquier momento pero no era tan estúpida como para rebajarme al tono de la venganza. Lo sé, en un momento armaba todo el melodrama y este mismo se venía abajo al recordar que yo no era nadie como para chistar por algo que el hiciera, quizás si me hacia la indiferente y lo trataba como él era para mí… simple familia ¿La familia no te cambia, no es así? Él no podría hacerlo, no era tan insensible. Yo lo conocía, el me conocía ¿Por qué tener miedo? Malditas inseguridades… Tantas preguntas con tan pocas respuestas.
...
Abrí los ojos lentamente dándome cuenta que me había quedado dormida y que ya estaba un poco menos soleado, deberían ser como las cuatro de la tarde. Cerré los ojos de nuevo escuchando como niños corrían de aquí para allá y gritaban divirtiéndose a lo lejos, me resultaba agradable en casa todo era fastidiosamente silencioso, mire a mi lado y mi abuela y Lucia no estaban quizás se habrían ido porque ya estaban hartas del olor a cloro de la piscina y el bullicio de la gente. Me frote los ojos y vi a un Justin muy empapado dirigirse hacia mí, tome aire y lo bote lentamente.
– Eh, _____ - Dijo él mientras se sentaba en la reposera contigua. - ¿Por qué no te has metido? Desde la piscina vi como andabas durmiendo ¿Estas aburrida? – Dijo sonando indiferente. Mire a la piscina y estaban los demás en ella divirtiéndose. No estaba aburrida sino más bien… más bien…
– En lo absoluto, estoy perfectamente. – Le di una débil sonrisa que no comprometía a nada. Me levante y tome la toalla doblándola, dirigiéndome a la mesa para meterla en mi bolso para guindármelo del hombro. Justin me siguió.
– ¿A dónde vas? Aún falta mucho para que nos vayamos de la piscina. – Me recordó. Yo aún concentrada en las hebillas de mi bolso le respondí.
– Ire al hotel, tengo hambre y pediré algo. No quiero estar aquí porque estoy cansadísima. – Puse mi mejor cara de cansancio pero no había que hacer mucho esfuerzo. Mire por encima del hombro y la chica con la que el había estado me miraba y luego lo miraba a él, suponía que esperaba que me fuera para que él se devolviera donde ella. – Además, te esperan. – Señale con la barbilla a la chica detrás de él. Ella era muy linda no había duda era de piel blanca y tenía una gran forma curvilínea en su bikini de flores. Nunca en la vida podría llegar a ello.
– Es que me ha pedido ir a comer con ella un helado. – Yo me encogí.
– Eso es genial, deberías ir. – Le anime. ¿Qué hacía?
– Si eso creo. – Se rasco la cabeza mirándome todavía.
– Bueno me voy, si papá pregunta a donde fui, le dices. – Me voltee para dirigirme al hotel.
– ______, espera. – Me voltee y le dedique una de mis más brillantes sonrisas.
– Ah y si por alguna casualidad… me ves caminando por ahí sola ¿No me hables, si? Quiero estar sola o quizás Valeria sería mejor compañía. – Sin duda haría un paseo nocturno, necesitaba hacer algo para distraerme. Dicho esto me di la vuelta y camine de regreso al hotel.
A medida que iba caminando podía ver el atardecer en el lago de la hermosa casa de dos pisos que nos habíamos encontrado. Me quede de pie ahí un momento admirando la tranquilidad del lugar. No me había percatado de que alguien se estaba de pie alado mío, al voltearme era el mismo chico con el que me había conseguido en la piscina natural. El volteo a verme.
– Bonito, ¿no? – Me pregunto refiriéndose al atardecer.
– La verdad es que es muy bonito. – Suspire. No podía ocultar mi tristeza pero un desconocido jamás la notaria y menos alguien como él.
– ¿Te ha pasado algo? – Me miro con ojos preocupados. Para ser alguien casi adulto me sorprendió en su totalidad.
– No, la verdad no es nada. – O eso quiero hacerme creer, pensé para mí misma.
– Bueno. ¿Te gusta mucho la casa? – Pregunto él.
– Por supuesto, yo vivo en departamento y me gusta pero esa casa es preciosa. – Le dije con apreciación.
– Quizás te lleve a conocerla. – Me sonrió.
– ¿Es en serio? – Pregunte desconcertado.
– Por supuesto, la casa es mía. – Mi boca se abrió de par en par.
– ¿Cómo que tuya? – No podría creerlo.
– Es un regalo de mis padres. – Me explico.- Veras, todo esto es de ellos y eso simplemente es un detalle. - ¿Pero qué demonios decía este chico?
– Un detalle es una carta de felicitaciones por tu cumpleaños pero eso obviamente no lo es. – Él se echó a reír.
– ¿Y trabajar aquí por…? – Le dije luciendo estúpida.
– Quiero ayudar a mis padres en todo lo que pueda. - Respondió
– ¿Qué edad tienes? – Me sentí como un interrogatorio.
– Tengo veintiséis.
– No los aparentas. – Respondí.
– ¿Tú qué edad tienes? ¿Cuarenta? – Me sonrió. – Eres muy madura para tu edad y eso que nunca he hablado con chiquillas como tú. – Le daba toda la razón del mundo.
– Eso me han dicho. – Me reí. – La verdad es que la edad es solo un número.
– Joven y lista. Si tuvieras más edad sin duda saldría contigo pero solo podría invitarte unas galletas y presentarte a mi hermanita. – Mi corazón se volcó de alegría.
– Me encantaría pero debo volver al hotel. – Le sonreí en modo de disculpa.
– Quizás otro día. – Me aseguro. – Debo irme yo igual, tengo que ayudar cerrar los locales.
– Está bien. – Me eche a reír.
– ¿Qué es tan chistoso? – Se miró la ropa como si tuviese algo pegado.
– Aun no se tu nombre.
– Ah… eso. – Él también se rio. – Es Josh ¿El tuyo?
– ______. – Me despedí con la mano. – Nos vemos luego. – Ahora que sabía su nombre podría irme tranquila. Nadie creería que un chico de veintiséis años estaba hablándome a mí, una chiquilla.
Llegue al hotel y pedí servicio a la habitación una simple cena de pan con jamón de pavo y algo de fruta, me había duchado y cambiado. Estaba viendo televisión cuando llegaron los demás pero sin Justin, lo que esperaba.
- Chica, te has ido temprano. – Dijo Valeria apenas entro. – Iré a asearme. – Me aviso y desapareció. Papá no me miro ya que estaba con Mery y fueron a la otra habitación seguidos de mi tía hablando de no sé qué tienda de ropa tenía que ir.
Yo suspire que larga seria esta noche. Seguí viendo televisión para distraerme pero no pasaban nada bueno en realidad y yo no la miraba realmente. Vi como mi padre salía con Mery de la habitación diciéndome que volverían tarde que irían a un club cerca de ahí junto con mi tía y que mi abuela y lucia ya estaban durmiendo, no eran más que las diez de la noche. Valeria se sentó a mi lado.
– Vi a Justin muy coqueto con una chica. – Me soltó de pronto.
– Lo sé. – Apague la televisión de golpe. - ¿Quieres caminar un poco? – Le dije. – La noche esta fría y es perfecto.
– Está bien déjame ponerme un suéter. – Junto con ella fui a ponerme un suéter oscuro y ella se colocó el suyo igual.
Bajamos por el ascensor y salimos al aire fresco, podía escuchar el sonido de la playa con todo este silencio, habían pocas personas caminando por ahí y era bueno no quería que se sintiera en total soledad. Valeria era un gran compañía cuando se lo proponía, no molestaba cuando sabía que el silencio era todo lo que necesitábamos. Seguimos caminando hasta llegar a un parque yo me senté en los bancos y ella fue a los columpios no muy lejos, le encantaban los parques a mí por lo general Justin me obligaba.
Justin…
Pero él no estaba esta noche.
“No era su ausencia lo que mataba era que estaba tan cerca pero tan lejos de mi alcance que no era creíble. Parece como si de verdad estuviera pero no estuvo y quizás nunca lo estés.”
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Un futuro sin ti.
RomanceUn niño que sueña con tener algo inalcanzable y una niña que no entiende de la vida pero el le da significado. Esta historia se basa en la niñez, en la adversidad, amor y separación, todo junto. Admito que puedes llorar pero... ¿eres lo suficienteme...