“Los meses pasaban y los días eran cruelmente insoportables desde que comencé clases. Las personas conmigo eran como si yo no estuviera encajando bien, como si el problema fuese yo, y me hacían creérmelo. Cada día era más cruel que el anterior. Mamá no se daba cuenta, ni nadie. No hablaba con nadie y nadie se preocupaba por lo que yo sentía o pensara, bien. Quizás era mejor así. Nunca tuve que contarle mis problemas o mis inquietudes a alguien, siempre enfrentándolo sola, siempre cayendo y quedándome ahí. ¿Esperar a alguien que me salvara? ¿Por qué alguien iba a querer salvarme? Era ridículo, nadie me necesitaba pero tal vez yo necesitaba a alguien... Eso era lo más duro: no había nadie a quien necesitar. Puede que si hubiera ciertas personas como Justin y Valeria, ellos eran una razón para seguir y mi mamá pero ¿Les importaba yo en realidad? Que estúpido, una persona vacía y dudando por todo. ¿Quién iba a querer a alguien así? Lo de afuera es solo una máscara pero lo de dentro dolía con cada palpitar de mi corazón y el tiempo pasaba rápidamente, nadie se daba cuenta, nadie estaba, solo yo. Si me rompía, sola yo sufría, si lloraba, sola yo me consolaba y si necesitaba un abrazo, no había nadie a quien abrazar por supuesto y es de esos días cuando solo necesitas ver una luz cada cuanto para saber que estas vivo, yo la veía si no ya estaría en la profunda oscuridad de mi corazón.”
Me encontraba viendo Luna nueva de la saga crepúsculo en casa de mis primos, amaba esa película aunque yo odiara las películas era las que más se habían ganado mi aprecio a pesar de que los demás dijeran que fuese un asco a mí me fascinaban y un demonio lo que los demás pensaran. Mi papá y los demás familiares adornaban el árbol de navidad, pronto vendría aquella época hermosa y sería una hermosa navidad como las anteriores, era la única época del año que yo disfrutaba y agradecía que fueran junto a mis primos. Estaba terminando de arreglarme el cabello con la ropa ya puesta para festejar cuando Justin entra con una sonrisa de oreja a oreja con una toalla rodeándole la cintura. Él no se había vestido.
– Hola ____. ¿Cómo vas? – Pregunto emocionado.
– ¿Me veo fea? – Le pregunte.
– Te ves estupenda. – Me adulo.
– Yo me veo fea. – Insistí.
– Nada que ver. – Negó con la cabeza.
– ¿Cuándo piensas arreglarte? – Le pregunte evadiéndole.
– Pronto. – Y salió de la habitación. Yo suspire.
Todos estábamos casi listos y ya Justin se había arreglado, se había puesto hermoso… como siempre. Dimos las gracias por los alimentos y cenamos en armonía fue genial. Habían pasado cosas buenas como que Matías cumplía un año con nosotros, si el perrito bonito que le habían regalado a mi prima por su cumpleaños fue bien aceptado entre nosotros y no creció mucho, seguía siendo un dolor en el culo, como decía papá. También había llegado Caroline, una chica que se quedaría a cuidar a Valeria para hacerle la comida y ese tipo de cosas ya que con el tiempo ella aprendería, y también mientras Pattie estaba de viaje. A mí me cayó bien al instante, era una gran muchacha. Luego de cenar fui a buscar a una amiga por la villa junto con Valeria y Justin para luego ir al parque a disfrutar de la noche por un rato. No hablábamos mucho, la mayoría solo hablaba Valeria y Emilia, nuestra amiga. Entre Justin y yo había un poco de espacio como siempre. “Harían buena pareja si no fueran primos.” Había dicho Emilia una vez, y eso siempre me dejaba pensando.
– Ojala fueran todas las noches así. – Suspire.
– Pensé que era el único que lo pensaba. – Concordó el.
– Siempre pensamos lo mismo, creo. – Reí.
– Yo creo que sí. – Se echó a reír conmigo.
“Buenas cosas venían a estos tiempos, pero todo no luce como si fuera sacado de una película. A veces solo había un enemigo y ese era la adversidad y el tiempo.”
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Un futuro sin ti.
RomanceUn niño que sueña con tener algo inalcanzable y una niña que no entiende de la vida pero el le da significado. Esta historia se basa en la niñez, en la adversidad, amor y separación, todo junto. Admito que puedes llorar pero... ¿eres lo suficienteme...