Capítulo 15| "Pude ver lo mismo que tú"

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Capítulo dedicado a Marga Lizzie_Leen, porque amo sus teorías ❤️

(...)

ELEONOR

Pese a las protestas de mi padre, había decidido que era tiempo de tratar de recuperar mi vida; no podía pasar toda mi vida encerrada en mi casa, con la esperanza de que Aurelio no me quitara la vida. Eso sería recluirme y no aceptar mi destino. Sabía que iba a morir, en algún momento me llegaría el momento como a todos en el mundo. La muerte me alcanzaría, por más que tratara de evitarlo.

Ese era el destino del ser humano, después de todo: dormir en los brazos de Aurelio.

Camino hacia la ventana de mi amplia habitación y me detengo frente a ella, permitiéndome sentir el fresco aire de la madrugada. Las nubes aún se encontraban teñidas de negro, dándole la batalla a los rayos del sol que trataban de hacerse presentes con el avance de los minutos que nos acercaban al amanecer.

Eran cerca de las cuatro de la madrugada, pero hacía más de una hora que no había logrado pegar los ojos. Las pesadillas se repetían con constancia, a tal punto de que comenzaba a molestarme cada vez que el sueño me atacaba. Incluso sentía que esas voces solo esperaban a que cerrara los ojos en la noche para comenzar a atormentarme.

¿Qué querían de mí?

Era la pregunta que me hacía constantemente; incluso las sentía tan reales, que una parte de mí me hacía creer que en alguna parte de este mundo esas personas encerradas en esas cárceles, estaban sufriendo, tal vez esperando a que alguien las rescatara.

Miré hacia abajo, Admes acababa de aparecer justo al lado del árbol frente a mi ventana. Sus pupilas celestes me enfocaron con rapidez, haciéndome sentir con ello que estaba siendo traspasada.

No había vuelto a mirarlo desde la noche anterior que se había aparecido en mi auto, después de mi peculiar encuentro con Aurelio. Aún estaba enfadada con él, no entendía por qué ahora había puesto distancia entre los dos, ni siquiera sabía si yo había hecho algo mal.

Muchas veces lo sentía cerca, sabía que siempre estaba merodeando a mi alrededor, pero no se acercaba. Comenzaba a extrañar su voz, sus brazos, incluso la manera en la que su mirada brillaba cuando me observaba directamente.

—¿No es muy temprano para que estés acosándome? —mascullo, inclinándome en la ventana para que pudiera escucharme.

En la poca luz que había, pude notar como una pequeña sonrisa se abrió paso en sus labios.

—Yo no duermo —responde, apoyándose en el tronco del grueso árbol de laurel—, no tengo nada mejor que hacer.

—Cazar ardillas, tal vez. Dicen que es divertido —sonrío, encogiéndome de hombros.

—Deberíamos de ir a caminar por la playa al atardecer —murmura, tomando un trozo de cascarón del tronco del árbol—, eso de cazar ardillas creo que no es lo mío.

Enarco una ceja y cruzo los brazos a la altura de mi pecho; si mis oídos no me engañaban, aquello había sonado casi como una invitación a salir.

¿Qué bicho le había picado a aquel sujeto?

Un día me hablaba, al otro se alejaba y al siguiente estaba invitándome a caminar con él por la playa.

Puse los ojos en blanco; por más agente o lo que fuera que era, no dejaría de ser igual de idiota que cualquier hombre mortal.

—No puedo —digo de repente, permitiendo que mi orgullo de fémina herida, saliera a flote.

—¿No?

Agentes del Amor © {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora