Capítulo 26| "¡Deja de llamarme muñeca"!

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ELEONOR

Me dirijo hacia la cafetería de la universidad al lado de Colin y Milú; quienes mantenían una conversación amena sobre su "cita" arreglada, tras el concurso de fotografía.

A pesar de las extrañas actitudes que Milú había estado teniendo en los últimos días, se veía emocionada ante la idea de su salida con Colin. Admitía que también me ilusionaba la idea de verlos juntos; ambos eran mis amigos y los apreciaba muchísimo, por lo que anhelaba que ambos fuesen felices.

Milú dejó de sonreír, deteniéndose en medio pasillo para así dirigir su mirada hacia el árbol de Olivo que se encontraba en medio del patio.

—¿De dónde salió ese chico? —apuntó, elevando sus cejas sugestivamente.

Seguí su mirada, ganándome una enorme sorpresa al ver a la persona que muchas chicas miraban mientras pasaban por su lado, a la vez que soltaban pequeñas risitas y saludaban. Él se veía desorientado, sin siquiera molestarse en devolver los saludos, daba la impresión de que no comprendía lo que ocurría a su alrededor.

Mis manos temblaban y mi corazón palpitaba con fuerza en mi pecho, al no saber tampoco qué carajos había ocurrido. ¿Por qué Admes estaba vestido de forma casual? ¿Cómo era que ahora todos podían verlo? ¿Qué había pasado con su estado de invisibilidad ante el ojo humano?

—¿Quién es él? —Agregó Colin, deteniéndose a mi lado—, nunca lo había visto por los alrededores, y ahora me está quitando toda la atención.

Tragué saliva con fuerza, a la vez que le ordenaba a mis piernas a moverse para así ir a su recate. Se veía tan frágil e inocente...

—¡Dios! ¡Admes! —murmuro, abriéndome paso hacia él, a la vez que trataba de ignorar el ataque de nervios que me había invadido.

Todo se había vuelto confuso. Ahora todos corríamos peligro.

Su mirada se encontró con la mía de forma inmediata, mientras que una pequeña sonrisa se abría paso en sus labios, la cual borró con la misma rapidez en que la había formado.

—¡Eleonor! —exclama en un susurro cuando me detengo en frente suyo.

Sus brazos me estrujaron contra su pecho en un rápido movimiento, con una mano trazaba círculos en mi espalda, mientras a la vez trataba de controlar su ritmo cardiaco. Yo mantenía mis manos en mis costados, aun trataba de descifrar qué mierdas estaba ocurriendo.

¿Por qué Admes parecía tan asustado?

¿Qué era aquello que pasaba por su mente?

—Aquí estoy, Admes. No temas —mascullo, cerrando los ojos para después presionar mi rostro contra su pecho—, siempre voy a estar aquí.

Sus hombros comenzaron a subir y bajar con rapidez, seguido de incontrolables sollozos. Él mantenía su rostro entre mi rubio cabello, mientras se dedicaba a repetir "lo siento" una y otra vez. Me encontraba asustada, nunca había visto a Admes actuar de aquella manera. Siempre lo había visto como una roca: fuerte e invencible, pero ahora era todo lo contrario.

—¿Eleonor? ¿Todo está bien? —escuché a Colin hablar tras de mí.

Ni siquiera me molesté en alejarme de Admes. Él me necesitaba en ese instante; si él había sido capaz de estar conmigo en cada madrugada después de cada pesadilla, hoy había llegado mi turno a devolverle aunque sea un poco de lo mucho que él había hecho por mí.

—Sí, Colin. Es mi novio Admes... de Atenas —miento, sin molestarme en ver en su dirección—, su madre ha muerto. Me necesita.

Bajé mis manos a través de los brazos de Admes, hasta lograr entrelazar mis dedos con los suyos, después lo alejé con lentitud, siempre dedicándole una cálida sonrisa, para así tratarle de transmitir con ello que todo iría bien.

Agentes del Amor © {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora