Agentes del Amor © {Terminada}

Capítulo 16| "¿Qué cosa soy?"

Capítulo dedicado a TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE ME MUESTRAN SU APOYO DÍA CON DÍA ❤️

ELEONOR

Otra vez… ¿A qué mierdas se refería Admes con el “pude ver lo que tú veías”?

¿Acaso había entrado a mis sueños? ¿Cómo demonios lo había hecho?

Ahora las dudas que poseía se habían multiplicado por mil, y para peores, no tenía a nadie que me las aclarara, puesto que el señor Agente del Amor, se había desvanecido apenas dijo esa frase. Se veía asustado cuando desapareció.

Ahora eran cerca del medio día, y aún seguía sin saber nada de él.

Camino de un lado a otro en mi habitación, aún preguntándome si esos sueños eran reales. ¿Era posible que en algún lugar del mundo había gente cautiva? ¿Qué era aquello que resguardaba la celda de esa mujer? ¿Por qué no pude verlo? ¿Por qué no pude continuar por ese pasillo?

Esa mujer…

¿Quién era ella? ¿Acaso estaba esperando a que yo la rescatara?

Me detengo frente a la ventana y niego con la cabeza dejando salir un largo suspiro. Iba a terminar loca, si Aurelio no me mataba antes.

Unos pequeños golpecitos en mi puerta hacen que me gire para así salir de mis cavilaciones. Desde que desperté ésta mañana, ni siquiera me había molestado en tomar una ducha, mucho menos en salir de la habitación, por lo que suponía que papá empezaría a preocuparse.

—Cariño, ¿Estás bien? —habla él, sin dejar de tocar la puerta.

Me apresuro a caminar hacia la puerta y después le abro para así dejarlo pasar.

—Hola —lo saludo, parándome de puntillas para besar su mejilla—, lo lamento, no hace mucho desperté.

Papá toma mi barbilla con una mano para después mover mi rostro de un lado a otro, dedicándose a revisar cada rasgo de mi piel.

—¿Por qué creo que no has dormido mucho?

—Si he dormido —asiento—, solo he tenido muchas pesadillas, por lo que me he despertado en varias ocasiones.

—¡Oh tesoro! ¿Aurelio otra vez?

Niego con la cabeza.

—Aún no las entiendo en realidad.

—¿Quieres hablarlo?

—¿Te molestaría si lo hablamos después, papá? Es que en realidad quiero olvidarme de ello aunque sea por un rato.

Él deja salir lentamente la respiración, antes de asentir con pesadumbre.

—Estoy muy preocupado por ti, hija —masculla, antes de envolver mi pequeño cuerpo en un abrazo—, nunca pasó por mi mente que alguna vez sería padre, ni siquiera sabía que podía serlo—, murmura, acariciando mi espalda con la palma de su mano—. Ahora el sólo pensar que alguien puede arrebatarte de mi lado, me hace temer en gran medida.

Arrugo la nariz, a la vez que intento elevar mi cabeza para así poder verlo. Sus pupilas celestes se clavan en las mías; hacía varios días que no prestaba atención a su mirada, a tal punto que no había notado que era muy similar a la mirada de Admes.

Estrecho mis ojos, comenzando a cuestionarme si esa habilidad que tenía mi padre al desarmarme con la mirada, era a causa de que tal vez…

—Eleonor —me llama, mirándome con las cejas levemente fruncidas—, ¿Qué es lo que estás pensando?