Capítulo 24| "Dulces sueños"

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ELEONOR

Jamás había visto a Acacia tan enfadada, ella mantenía a mi padre contra la pared, presionándolo sin necesidad de tocarlo, a tal punto, que mi padre comenzaba a hacer muecas de dolor al no poder liberarse de esa fuerza invisible que incluso lo había levantado unos cuantos metros del suelo.

Yo me encontraba en estado de shock, sin saber cómo debía de actuar, Admes sostenía mi muñeca con fuerza, al punto de que comenzaba a dolerme, mientras que Altair simplemente se partía de la risa.

Miré a Admes y negué con la cabeza, sin saber qué era lo que estaba sucediendo.

—No intervengas —me dijo, con una media sonrisa—, Acacia jamás le hará daño, simplemente tienen su pasado.

—Le está haciendo daño —musité, regresando mi atención a mi padre—, ¡Acacia….

—Tú no te metas, niñita —me advirtió, lanzándome una fría mirada—, esto es entre este estúpido y yo.

—¿Qué es lo que sucede, Eleonor?

—¡Deja de fingir que no puedes verme, maldita sea! —gritó la castaña, dando un pisotón en el piso a tal punto que con ello ocasionó un pequeño temblor—, ¡Sé quién eres! ¡Y también sé que tú sabes quién soy!

—Admes…

Mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza, mis manos temblaban, a la vez que una fuerza sobre humana me instaba en ir en rescate de mi padre. Admes debió de darse cuenta de lo que estaba despertando en mi interior, puesto que sus enormes brazos se envolvieron en mi minúsculo cuerpo, estrujándome contra su pecho.

—Confía en mí, Eleonor. No le hará daño; tú dedícate a calmar tu ritmo cardíaco.

Cerré los ojos e intenté hacer lo que él me pedía, traté de alejar la escena que Acacia estaba haciendo, porque estaba segura que si continuaba viéndolo todo, saltaría sobre ella en cualquier momento.

—¿Qué? —cuestionó Acacia con una risa de burla—, ¿Se te hizo fácil escapar? ¿Disfrutaste el dejarme sola en esa puta agencia?

Papá continuaba en silencio, mientras que yo intentaba comprender a qué demonios se refería Acacia con su reclamo. ¿De dónde conocía a mi padre?

Admes besó mi cabeza una y otra vez, repitiéndome que todo iría bien, que no debía de preocuparme por nada.

—¿Qué problema tiene con mi padre? —pregunté, abriendo mis ojos.

—Tienen su pasado —dijo Altair, deteniéndose a nuestro lado—, nada de qué preocuparse.

—¿Pasado? ¿Eran novios?

Ambos se echaron a reír a la vez que negaban con la cabeza. Tal parecía que a ambos les divertía la situación.

—¿Qué? ¿Acaso has perdido la voz? —continuó la castaña sin dejar de presionar.

Las pupilas celestes de mi padre ahora la enfocaban, terminando de sacarme de dudas. Él también podía verlos.

—Son hermanos —confesó Altair—, tu padre era uno de nosotros.

Mis ojos casi se salieron de sus órbitas, mis labios se separaron mientras me dedicaba a negar una y otra vez, dándome cuenta de que mi vida era una completa mentira. Todo lo que me rodeaba lo era; la decepción se apoderó de mí, miré a mi padre, incapaz de reconocerlo en ese instante. Su mirada se encontró con la mía y aspiró, dejando salir el aire con lentitud, negó con la cabeza y después bajó la mirada.

—Solo quería protegerte, Eleonor —susurró, sin levantar su mirada—, eres lo que más amo en el mundo, incluso daría mi vida por ti

—Gracias por lo que me toca —masculló Acacia con un deje de tristeza en su voz.

Agentes del Amor © {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora