Capítulo 11

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Capítulo 11

Jonathan se sentó a mi lado, ya no había vuelta atrás.

- Cuando mis hermanos pequeños nacieron yo tenía 12 años, a los pocos meses de nacer mi madre desapareció mi padre nunca me dijo nada. Pero a los 14 descubri que habia muerto- Una lagrima silenciosa recorrió mi mejilla- Mi padre empezó a beber, a salir con mujeres unas pagando otras no, a beber y a pegar a mi hermana. Luego a mí.

No sé la razón de la muerte de mi madre, soy muy cobarde para preguntar. Pero, ella murió en el mes de mi cumpleaños, ella el día 8 de Enero yo nací el 16 del mismo mes.

Ese año no tuve regalos, nada. Aunque no me preocupé, yo era una Nerd. Sigo siendolo, me pasaba las horas haciendome pruebas, por que mi cociente intelectual es muy elevado.- El me miro extrañado y no pude evitar reír- Si, lose suena raro soy superdotada.

Sonrió de medio lado y lo único que hizo, fue mirarme.

- ¿Tengo algo en la cara?

- No, solo me pareces la chica más fuerte que he conocido

- Explica te

- A pesar de tener tantos problemas siempre estas con una sonrisa

- Bueno, a veces no es fácil. Tener dos caras es muy difícil- Suspire- Solo laura y ahora tú, saben todo... Esto.

- Pero no entiendo, porque no expresas tus sentimientos cuando lo necesitas.

No dejas salir tu auténtico yo, poder llorar cuando lo necesites, poder tener unos brazos donde llorar. Porque siempre estás ahí para tus amigas, soy un mujeriego lo admito, aunque no me escondo de mis sentimientos. Si una chica me gusta de verdad, le digo lo que siento. Nunca jugaría con ella, le diría lo que pienso en todo momento.

Si de verdad me quiere, o si yo de verdad la quiero no tendría porqué esconderme de quien soy en verdad.

Me quedé reflexionando sus palabras, y tenía razón. No me escondía cuando tenía que decir las cosa, pero sí respecto a mis sentimientos. No amaba a Adrián pero él realmente pensaba que si. Que lo quería tanto como el ami.

Pero piensa que está enamorado de mi, pero se que no, y la verdad quiero que sea feliz.

- tienes razón, pero los hábitos son muy difíciles de cambiar. Siempre fui la chica alegre de mal humor, no la chica alegre con mal humor y una vida difícil. La que muchas veces desearía estar llorando a estar riendo o estar en la tumba de su madre o al menos tener el valor de ir.

Se que es muy ruin, no haberla ido a ver desde que me enteré de que está muerta, pero no puedo.

No me acuerdo de ella aunque tuviese 12 años, solo me acuerdo de su rostro y su increíble sonrisa.

Todos dicen que soy su espejo, pero que el color de mis ojos es de mi padre. A pesar de todo, estoy orgullosa de ser su reflejo y ser como ella. Poder haber hecho tan feliz a una persona, como ella hizo feliz a mi padre. Antes de su muerte mi padre era el mejor que podías tener, me daba chocolate cuando mamá no le dejaba, me curaba mis heridas cuando me caía y siempre tenía sus brazos para llorar cuando Adrián me molestaba- Sonreí ante el recuerdo- Cuando era pequeña Adrián me tiraba arena en el pelo, y yo iba llorar a sus brazos y un día él me dijo. '' Si te molesta es que te quiere, pero no te ama, porque si no te aria la chica más feliz, en un futuro estaréis juntos, pero no te cases con él, será un novio de instituto todavía no has encontrado a un amor verdadero''.

- Tu padre tiene razón y tu padre sigue ahí debajo de todos esos problemas y tu y tu hermana debéis ayudarlo.

Y no pienso que sea ruin no haber ido a visitar a tu mama, me parece fuerte reconocerlo pero débil el no haber ido, pero aun no estas preparada, para vivir sin ella y vives en el recuerdo como si tu madre solo estuviera de viaje.

No había dejado de llorar desde que empezamos a hablar, me abalancé a el y le di un gran abrazo. Se sorprendió por mi impulso pero aun asi me rodeo con sus musculosos brazos.

Le di un beso en su mejilla y me tiré al agua.

El se me unió y empezamos a jugar como si fuésemos niños pequeños, olvidando lo ocurrido antes. Solo éramos él y yo. Mi amigo y yo. Sin amor sin nada, solo quería pasar tiempo con el. Por primera vez no lo vi como algo más. Si no como Jonathan el hermano del Nerd o como Jonathan mi amigo.

-¿Me podrías hacer un favor?- le dije a Jonathan

-Claro, que ocurre.

-¿Podrías llevarme a casa?, no quiero estar más tiempo aquí.

La noche se había tornado fría, y que estuviera mojada no ayudaba nada, creo que fue una mala idea el tirarme. Llegamos al coche descapotable de Jonathan, ¿Por qué todo el mundo tiene un maldito descapotable?

- Porque, me lo compré ahorrando y trabajando duramente- Dijo el dueño del coche

- ¿Lo dije en alto?, porque siempre me pasa-grité

Jonathan lo único que hacía reírse, y como buena fresita que no soy, le di un puñetazo en la barriga, cosa que hizo que parara de reír.

-Hoy he aprendido otra cosa de ti, tu apariencia de chica débil es todo lo contrario, tienes más fuerza que mi hermano.

Yo solo sonreí, y me metí en su coche, lo primero que hice fue poner la calefacción, me estaba congelando. Jonathan solo se lamentaba por lo bajo, no se si porque estaba mojando su carísimo coche o porque de verdad le había dolido mi golpe, pero se lo merecía.

Cuando estábamos apunto de llegar a mi casa mi móvil sonó, era un WhatsApp de Laura.

Laura 1.24 A.m.:

¿Dónde estás? Llevas desaparecida desde la pelea con Clara. Adrián está muy preocupado por ti.

Puse una mueca triste, cosa que para Jonathan no pasó desapercibida.

-Ya hemos llegado, ¿Seguro que estarás bien? Te noto un poco triste.

-Si, no te preocupes solo era Laura preguntando donde estaba. Hoy me iba a quedar en su casa pero la verdad, no me apetece mucho.

Le di un beso en la mejilla antes de bajarme y le di las gracias por todo, cuando entre a casa todo era tranquilidad, mi padre no debía de estar y mis hermanos deben estar durmiendo. Entre con sumo silencio a la casa y subí a mi habitación con sigilo.

Me cambié mi vestido y mis incomodisimos tacones por mi pijama, y me tumbe en la cama, estaba cansadísima.

Laila, 1:45 A.m.:

Me he ido a casa, no me encontraba bien, me ha traído Jonathan. Siento no poder quedarme a dormir a tu casa. No te preocupes, no le digas nada a Adrián por favor.

Al cabo de cinco minutos sonó mi móvil cuando casi estaba dormida. Lo cogí sin ver y conteste:

-¿sí?

-¿qué no me diga que Laura, que te has ido con otro a casa?

- Adrián que quieres, son casi las dos de la mañana, estoy en casa y tengo mucho sueño ¿si? Hablamos mañana.

No espere ninguna respuesta por su parte ya que colgué y apague mi móvil.

Conquistando a un NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora