5. En el fondo sí.

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Elleny.


Sábado, 11 de noviembre de 2017.


¿Bajo qué voluntad se rige la suerte?

La suerte es una circunstancia casual que puede ser favorable o adversa para una persona. Durante toda mi vida, creí firmemente que tras todas las situaciones las cuales había tenido que afrontar, "suerte", era una palabra que no existía para mí. Pero la vida no es así. No eres tú quien sentencia si algo existe para ti o no. Ella decide por ti. Para bien o para mal, solo lo hace.

Ni en mis más remotos sueños hubiese imaginado que ese chico tatuado hasta el cuello, hubiese propinado en mí, el mayor—por no decir único— golpe de suerte que he podido experimentar a lo largo de toda mi vida. No sé cuáles fueron sus razones para hacerlo, es una incógnita aún. Pero sean cuales sean, tarde o temprano tendría que recompensar su ayuda tanto por el trabajo, como por el lugar donde dormir que consiguió para mí. Pues luego de todo un día entero lleno de búsquedas, comprendí que la independización de manera arbitraría, no era el mejor de los planes.

Lo peor es que por muy desubicado que pudiese sonar, aparte de inapropiado. Mi golpe de suerte era todo un bombón. Y es que por más que intenté ignorar ese pequeño —Súper notorio y distractor— detalle; yo me había quedado sin casa, sin dinero y sin familia. No sin ojos y mucho menos sin sentido común como para pasar por alto la mandíbula cuadrada, la barba insinuante, el oscuro y liso cabello, los tatuajes y las curiosas pecas de Danger. Él era un completo juego de antónimos, pues aparentaba ser el hombre más duro, impenetrable y aborrecible del mundo, pero ese mismo hombre, era quien me había ayudado así sin más. Porque sí, dejando en evidencia ser lo contrario a eso que transmitía con su dura imagen. Negué con mi cabeza y terminé de abotonar la camisa que formaba parte de mi uniforme de trabajo. Aunque él en definitiva valía la pena la distracción, tenía poco tiempo para terminar de arreglarme.

Todo el equipo del Cosmopolitan Lounge, había sido muy bueno y receptivo conmigo, empezando por Emma, la esposa de Petter, el jefe y dueño del club. Ellos llevaban alrededor de veinte años casados, pero se profesaban un amor tan puro, sincero y entusiasta, que pareciese que llevaban solo unos pocos meses saliendo. No dejaban de enamorarse mutuamente cada día que pasaba, y eso era jodidamente esperanzador.

Esperanzador para nosotros, los jóvenes que en la actualidad, solo nos vemos rodeados de relaciones toxicas, falsas y carentes de amor.

Por otro lado, estaban las chicas.

Lea sin duda alguna, era un ángel. No paraba de ayudarme, estar pendiente de mí y evitar que acumulara pedidos. Su cabello rubio en leves ondas, le daban una aspecto delicado que combinaba a la perfección con sus delicadas facciones y su mirada azul. Todo lo contrario a Stacy. Con su largo cabello rizado, su piel canela y sus 36-D. Ella se había encargado de darme algunos consejos para obtener propina extra. Empezando por la estrategia que ella llamaba: "Más escote, más al bolsillo".

Mientras que los chicos, Maurice y Elliot, siempre estaban muy al pendiente si necesitaba ayuda tanto como para llevar bebidas o como para quitarme de encima algunos de los hombres que a falta de educación en casa, eran unos completos cerdos en la calle.

Cuando terminé de vestirme, salí del pequeño baño—con ducha incluida— que se encontraba en las instalaciones del club, exclusivamente para los trabajadores, pues según Emma, muchas veces algunos empleados habían sido vomitados por algunos clientes, y tuvieron que tomarse algunas medidas para sobrellevar esas situaciones que no podían controlar.

Entre tu luz y mi sombra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora