31. Lo hubiese entendido.

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Elleny.

Viernes, 26 de enero de 2018.


Parte de lo bonito de la vida es la semejanza que hay entre ella y una montaña rusa. Esa similitud en la que nada es constante. Todo cambia. Todo pasa.

No debemos vivir manteniéndonos aferrados a nada, pues nada se mantendrá siempre allí, de esa manera o sintiéndose así. Y a veces resulta hasta nostálgico, pero es de esa forma que funciona la vida. Vendrán más lágrimas, más risas, más oportunidades, más momentos, más todo. Y debemos saber desprendernos del pasado, para tener espacio donde alojar el presente.

Hoy estas abajo, sumergido en tristeza, pero puedes estar seguro que ya mañana estarás arriba, en la cúspide de las carcajadas o de un momento agradable y confortante para ti.

Lo mejor que podemos hacer es dejarnos llevar y saber que todo final, nos trae un nuevo comienzo. Que cada mal momento, nos ayuda a enfocarnos en los buenos que luego vendrán.

Una vez escuché a alguien decir: "No valoraríamos los días buenos, sin los días malos" y vaya que ese alguien, tenía razón.

El domingo, siendo de nuevo el balde donde mi tía Kelly escupía sus críticas, me sentí derrotada. Me sentí desanimada, de la misma manera que lo hacía el día que decidí irme de casa y alejarme de todos. Pero Afraid, esa misma noche, se encargó de hacerme reir, de entretenerme y recordar que mi autoestima iba más allá de lo que el resto pudiese pensar.

Me sentía feliz con la persona independiente y entusiasta en la cual me había convertido, y tenia que seguir sintiéndome así. Feliz.

Con ese mismo enfoque me mantuve el resto de los días, y la idea de tener una cita oficial con Afraid me entusiasmaba. Me entusiasmaba la idea de pasar tiempo con él, de disfrutar su compañía y compartir una que otra conversación, más no la idea de sus intenciones. La idea de saber que sus cartas estaban jugadas y que él quería algo más.

Yo apenas estaba comenzando a curar fragmentos hechos añicos de mi amor propio. Yo no podía querer a alguien, sin primero quererme a mi. Me daba temor decepcionarlo, no resultar ser lo que el esperaba, pues él me lo había devuelto todo en la vida, no quería lastimarlo, y algo dentro de mí me decía que más pronto que tarde, era eso lo que terminaría haciendo.

Suspirando y liberándome de todos esos pensamientos, cerré el grifo de la ducha y esperé unos segundos que el agua se escurriese un poco de mi cuerpo.

Casi de la misma manera que yo, las chicas estaban muy entusiasmadas por lo que ellas llamaban, "El gran paso", tanto de Afraid de invitarme a una cita formal, como de mi parte, al aceptar. Desde el martes, me habían ayudado a elegir la ropa, el calzado, de que tonos usaría el maquillaje y casi, hasta cuantas cepilladas debía darle a mi cabello.

En parte, les agradecia. Mas que agradecerles ayudarme con respecto a eso, les agradecia el calor de hogar que me brindaban, me hacían sentir parte de una familia. Parte de ellas, y además, la confianza enorme que tenían puesta en mi. Son pequeños y grandes detalles a la vez que poco a poco nos van llenando como persona. Sabiendo que si alguien te ofrece un espacio en su vida, es porque siente que algo bueno le aportas.

Para el momento en que salí de la ducha, ya ellas se encontraban reunidas en mi habitación.

—¿Te dijo a donde irían? —Cuestionó Maiah, luciendo tan hiperactiva y ansiosa como siempre.

—No—negué— Ni me molesté en preguntar, me da igual a donde vayamos—Respondí a la vez que retiraba la toalla que absorbía el exceso de agua de mi cabello.

Entre tu luz y mi sombra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora