Cada día del mes, un One shot o un Drable.
Sé me ocurrió hacer este reto, a mi manera, No con una sola pareja, si no con varias, con las otps y las Ships favoritas , y sí con mi propia lista , por que, pues, la verdad no entendí ni la mitad de las p...
Le gustaba el agua, todo mundo lo sabía, amaba el agua, sólo era cuestión de verla, desnudarse o más bien semi desnudarse y lanzarse a ella, nadar, nadar, nadar, sólo en eso pensaba, libre, libre, sólo estilo libre, amaba su libertad.
Y eso aún le gustaba, pero últimamente había notado que en sus prácticas de natación e incluso en sus competencias, su concentración estaba siendo minada, y es que por su mente sólo pasaba una cosa, cosa extraña, que iba de su mente hasta otra parte de su cuerpo, hasta ponerse realmente incómodo.
Este algo era Makoto, su mejor amigo, su Mako chan, pero es que no entendía por qué de pronto había comenzado a ver al chico con otros ojos. Lo estaba mirando de una forma distinta, apreciativamente, pero no en calidad de amigos, había algo más, y sentía calor, mucho calor al verlo y también un sonrojo. De eso ya se había dado cuenta, pero ah, en el agua, en el agua, era mil veces peor, porque en el agua todo era más hermoso, más atractivo, atrayente, incitante, al menos para él. En el agua, todo era más sensual y Makoto, no era la excepción.
El verlo salir del agua, con esas pequeñas gotitas rosando su cuerpo como perlas de roció, el ver como los chorros de agua se deslizaban por sus abdominales y como los músculos de su cuerpo, eran besados por las ondas de agua le ponía. Y es que Mako, era muy guapo, pero mojado era irresistible y sólo deseaba frotarse contra su cuerpo y absorber su humedad, frotarse contra su cuerpo hasta secarlo, lamer esas gotas impregnadas en la morena piel. Solo deseaba bebérselo, comérselo. Lo que fuera.
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Y no se concentraba, Haru se sentía extraño, se lanzaba al agua y nadaba con todo, como un torpedo, rápido como un bólido, veloz como un campeón. Y le felicitaban por sus nuevos récords, pero el caso era que lo que él buscaba, era despejarse y bajarse la calentura que le ponía ver a su amigo así.
─Haru chan, ¿Vienes hoy a casa?
─ ¿Hoy estarás sólo verdad?
Pregunto con un sonrojo, mientras veía a su amigo secarse con una toalla, y como deseo ser esa maldita toalla, y envidio a la maldita por pasearse en esos músculos mojados que él deseaba secar con su lengua y después volver a mojar, sí, siempre con su lengua.
─Sí, mis padres saldrán y se llevarán a los peques, pensé que podíamos reunirnos a jugar video juegos y ver películas, prepararé caballa.
─Ok, pero preferiría que tú y yo jugáramos en la tina, quiero decir...Este...
Mako, le sonrió cálidamente, miro por los alrededores y al notar que estaban solos, abrazo a Haru y susurro en su oído.
─Sí Haru chan, podemos jugar en el agua que tanto te pone, he oído que muchos digan que eres hidrofílico, pero yo sé, que no es así, no es el agua lo que te excita, al menos de manera sexual ¿cierto?
Con un sonrojo, Haru, se dio cuenta de que había sido descubierto. Hidrofílico, ¿en serio decían eso de él? Y él que pensó que de saberse lo que pensaba y sentía, seria tachado de homosexual y ridiculizado por eso, no es que le importara, poco le importaba la opinión de la gente, pero hidrofílico ¿en serio? Más aun, Mako, sabía lo que sentía y le estaba insinuando que...
─ ¿Qué quieres decir?
─Que podemos ir a mi casa a jugar videojuegos, ver películas y comer caballa, o ir a mi casa, entrar en el baño, entrar en la tina y hacerlo en el agua.
─ ¿Hacerlo? ¿Hacer qué?
─Lo que creo que quieres hacer, lo que quieres hacerme, lo que quieres que te haga en el agua. Y si me equivoco y tus miradas y sonrojos, no significan eso, puedes darme un golpe por ofenderte, pero sí, sí significan eso, quiero que sepas, que yo también quiero.
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Haru le miro, esos ojos azules transparentes y cristalinos, esa mirada que comunicaba todo, ese idioma mudo basado solo en su mirada, donde se reflejaba su alma, sus emociones, sus pensamientos, un espejo acuoso que únicamente Makoto, podía leer, su conexión con él, única y especial y él supo su respuesta. El castaño solo sonrió, se inclinó para besar su frente y susurro en su oído.
─ "También te amo y te deseo, Haru chan, vamos a casa"
Y mordisqueo el lóbulo de su oreja, dejando al chico aún más caliente, deseoso de llegar ya al hogar de su amigo o....
Una nueva mirada se dio entre ellos y Makoto, asintió.
