Capitulo 4

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Llegue a casa dios aun sigo agotada, en ese instante vi a Ernesto y con el que creo que estaba Aralic, vaya los dos se conocían (no nena no solo se conocen parece ser que son algo más) dijo mi subcomciente, por favor no me digas que ese maromo que esta al lado de Ernesto es homosexual, con lo bueno que esta, no tengo nada en contra de los Homosexuales no con los transexuales, pero me encantaría tener a ese maromo que tiene al lado Ernesto haciéndome cosas deliciosas, en ese instante escuche:

- Aralic me estas escuchando

Lo siento erensto pero la verdad es que creo que ese tal Aralic no te estaba escuchando, en ese momento nuestros ojos se encontraron, si era el, el chico que em había invitado a desayunar, si vivo en tu piso y de nuevo nos encontramos, le mire de arriba a abajo, dios si es que esta para comérselo el maldito, mi diosa quería comérselo, cuanto antes, y la cuerda también, en ese instante escuche:

- Eh ¿Qué decías Ernesto? "es ella la puta jefa, la mujer que me ha vuelto loco"

No le estaba escuchando, para nada, pero la verdad es que si aquí estuviera alguno de mis hermanos o amigos, y tuviera a este dios cerca no le haría caso a ninguno, en ese instante Ernesto dijo:

- Ya veía yo que no por favor Aralic

- Solo miraba a esa hermosa mujer "tiene que ser mía y para siempre"

Hermosa enserio, yo no era hermosa, vi como entraban, en ese instante entre, me apetecían champiñones al ajillo con gambas, mierda me faltaban las gambas, esperaba que hubiera algo abierto, vi de nuevo a ese chico, por favor, en ese instante dijo:

- Buenas noches

- Hola hermosa

venga ya, ya intentaban tirarme los tejos (nena por este hombre te dejas tirar los tejos y cualquier cosa que se te ponga en medio) dijo mi subconsciente tenía razón me dejo tirar cualquier cosa, mi diosa estaba de acuerdo conmigo, en cambio la cuerda, me decía que fuera con cuidado, empecé a ir al ascensor, en ese instante dijo:

- A ¿Dónde vas?

- A comprar unas cosas para la cena que se me han olvidado

- ¿A estas horas de la noche?

Si pero si te preocupa el lobo no me va a comer, no soy caperucita (tu te dejas comer por el lobo que tienes delante) dijo mi incosnciente, si por el me dejo comer y bueno los demás deberían de tener cuidado con esta caperucita, en ese instante dije:

- No me va a comer el lobo

Sabía artes marciales, los Centuries me enseño bien, para ser agente, y fui una de las mejores, en ese instante dijo:

Noches de Lujuria Libro 1 (1º de la saga Pecados capitales)  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora