Capitulo 8

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Capitulo 8

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Capitulo 8

Grimaldi

Llegamos al Mistral, vaya sí que tenía capital el chico (¿Qué esperas trabaja en el futbol americano?), la verdad es que era hermoso el restaurante con cuadros que ocupaban paredes de cristal y unas hermosas lámparas, nos acercamos al Maître, en ese instante nos miró y dijo:

- ¿Qué desean?

- Mesa para dos por favor

- Por supuesto acompáñenme

Nos dirigimos al comedor y al igual que todo el restaurante era hermoso, en ese instante me fije la verdad es que tenía mucha gente y de todas las clases sociales, parejas, negocios de todo un poco, mire que habíamos llegado a la mesa, me quito la silla como siempre sus modales exquisitos, este hombre era todo un caballero (estas hasta los huesos encandilada por este hombre) dijo mi subconsciente, tienes razon la verdad es que el chico me gusta mucho, creo que me estoy enamorando y sobre todo creo que con el conseguiría olvidar al misterioso Pantera, en ese instante el camarero nos dejó la carta y dijo:

- Luego regreso señores

- Por supuesto

Empezamos a mirar la carta, en ese momento me fije que no me quitaba la vista de encima y creo que yo a el tampoco, me siento muy bien con el la verdad es como si nos conociéramos de antes, pero no me acuerdo en ¿Dónde? Pero pienso de averiguarlo, en ese instante dije:

- ¿Qué me miras?

- Lo guapa que eres "porque no me recuerdas amor"

Me sonroje la verdad es que debia de estar acostumbrada que me lo digan, pero con el no se ¿Qué me pasa? Pero me siento como una chiquilla con su primer amor (quizas es eso el primer amor) dijo mi subconsciente, si puede ser que sea mi primer amor y puedo decir que no he conectado con nadie tanto como con el la verdad ni siquiera con Osvaldo y Bla, solo con el he conectado, lo extraño es que me da la impresión de que somos iguales, aquí no se da el mito de que los polos opuestos se atraen y aquí nosotros dos somos idénticos, en ese instante le mire y dije:

- Gracias

-cuando se ve algo hermoso solo se puede admirar

Para por favor o termino tumbándote en la mesa y haciéndote el amor, señor no estoy acostumbrada a que me piropeen la verdad, aunque recibo bastante sobre todo del trabajo pero siempre terminan mal muchos de ellos con los huevos estrellados en el suelo, si suelo ser bestia, soberbia, arrogante, calculadora y una mujer con mas agallas que cualquier hombre, pero esto es así he vivido con dos tíos me han enseñado a ser dura sobre todo Stefano, además también en este trabajo hay que ser así en ese instante escuchamos:

- A ¿Quién veo aquí?

- Oh no Armand

Parecía que no le gustaba que nos hubieran descubierto, es lo que tiene cariño vamos a un lugar concurrido así que nos han encontrado, en ese instante el chico se acercó tenía el pelo rubio y los ojos verdes al igual que Aralic era alto como de un metro noventa y siete y de buen cuerpo, tampoco me quitaba la vista de encima, creo que eso a Aralic no le gustaba, vaya estaba celoso eso me gusta no se pero me gusta que se ponga celoso incluso con su amigo, por que por lo que parece son amigos en ese instante Armand me miro y dijo:

Noches de Lujuria Libro 1 (1º de la saga Pecados capitales)  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora