capitulo 48

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Tus luceros

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Tus luceros

Desperté estaba en la casa de Valeria, había aceptado que saliera del hospital solo si me iba a su casa para que pudiera investigar, así que hoy haría de niñera de Aries. Sentí como mi novio me abrazaba como siempre el efecto placebo con este hombre, me tumbo del todo en la cama y dijo:

- ¿estas mejor?

-Si dios no se ¿Qué ha pasado?

-tranquila daremos con la cura

Si se muy bien que vais a hacer todo lo posible por mí. Aralic no me quitaba la vista de encima dios adoro sus ojos puestos en mi los dos nos besamos apsionadamente, Aralic me volvió a mirar y dijo:

- Tranquila cielo me tienes para ti sola

- Lo se

- Quiero que me toques, quiero que me ames como tú sabes hacerlo

- Cielo todos los días, voy a amarte siempre

-Y yo a ti Aralic

Te amo mas que a mi vida, no deseo dejarte nunc, no quiero dejar a mi calma. Aralic comenzó a acariciarme, sentia sus manos sobre mis pechos como con sus caricias endurecia mis pezones mientras que nuestras lenguas se embolbian en un combate sintregua, si quiero más quiero mas deti cielo. Aralic me miro mientras bajaba por mi esternon hacia uno de mis montículos. Mientras uno de ellos era tratado por su lengua el otro era tratado con la mano consiguiendo el mismo efecto que en el otro. En ese instante le sentí entrar en mí, mientras me miraba dios eres grande amor y me encanta. Aralic me penetro con un certero empujon, dios aun no me acostumbro, comenzó a moverse, me encanta no pares, en ese instante dijo:

-Chsss... tranquila esto es para ti

-Vaya aun asi quiere mantener el control coronel

Segui su broma mientras que mi novio seguía embistiéndome, mientras jugaba con mis pechos. Senti como reia en mi oído y dijo:

-Creo que estoy bien domado amor

Si te he domado pero bien eres mi gatito y nunca pierdes el control cariño, en ese instante dije:

-No pierdes el control nunca

-Nunca y menos cuando tengo cerca tus curvas divinas pegadas a mi emperatriz

Me encanta lo que has dicho, en ese instante sentí como seguía lamiendo mi pecho, por favor que rico. Aralic siguio moviendose encima de mí mientras acariciaba su cuerpo, estos momentos como si solo existiéramos nosotros, nadie mas, ni lo que pasa, ni los malos, ni nada, solo nosotros. Mi novio me miro y dijo:

-¿Qué piensas?

-Solo deseo estos momentos

-Yo también deseo solo estos momentos. Tenerte asi es lo único que deseo

Noches de Lujuria Libro 1 (1º de la saga Pecados capitales)  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora