La actriz

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La semana ha sido hermosa y fascinante. Cada día junto a Seiya es mejor que el anterior. Jamás pensé que me fuera posible estar tan cerca de él, mucho menos imaginé que compartiríamos escuela. Es tan atento, alegre y preocupado... Hasta me llama todos los días para saber cómo llegué a casa. Todas me envidian y miran con cara de disgusto cuando ven que él sólo tiene ojos para mí. Aún así, no quiero crearme falsas expectativas respecto a su atención. Quizás sólo se siente más cómodo conmigo porque no lo atosigo tanto como otras que no lo dejan siquiera respirar. Es cierto que es un famoso cantante, pero antes, es persona y necesita vivir una vida normal...

¿Le será posible? Al ser tan conocido, casi no puede salir a la calle, en el Instituto sólo está tranquilo porque los maestros no permiten tumultos en la sala. Y cuando se reúne con sus hermanos, todo es peor aún, un verdadero caos. Pero, ¿cómo podría no serlo? Los tres son como ángeles caídos del cielo, hermosos, perfectos... y sus voces son maravillosas.

Hoy iré al estudio de grabación y espero poder averiguar algo de Minako y Seiya. Ella es tan perfecta también... he seguido cada serie en la que ha participado. Si se gustan, creo que mi corazón se romperá en mil pedazos.
¡Vamos, Usagi, debes ser optimista!, me digo a mi misma para darme ánimos. Si él ha sido tan atento conmigo es por algo... sí, debe ser por algo...

.....

La chica caminaba decidida hacia la dirección que el cantante le había entregado. Como ese día amaneció un poco caluroso, decidió ponerse un vestido corto color verde agua y llevaba un delgado chaleco para el regreso. Una pequeña cartera en forma de gato terminaba su ligero atuendo. Aunque quería verse hermosa, tampoco podía exagerar.

Su amiga no la acompañaría por asuntos personales, pero sabía que, en realidad, no quería hacer un mal tercio. Después de todo, se había resignado a la cercanía de ellos dos. Sólo le advirtió muchas veces que no se ilusionara de más, porque si ella la veía sufrir, sería mejor para Seiya encontrar un buen escondite para evitar la paliza que le daría. Makoto podía ser de temer a veces...

Con los audífonos puestos, tarareando la última canción de los Three Lights, siguió su camino distraída y emocionada. Aunque todo ese maravilloso efecto fue roto de pronto, cuando sus ojos se posaron sobre una figura ya conocida.

El sujeto arrogante iba muy bien acompañado por una bella chica de cabello anaranjado. Parecía muy amable con ella, demasiado para su gusto. Sintió una punzada en el corazón el pensar que era posible que ella fuera su novia. ¡Claro!, hasta ese momento ni siquiera había pensado en que él podría tener a alguien. Tan apuesto como era, sería imposible que estuviera solo. No supo por qué, pero en ese instante sintió deseos de llorar, sin embargo, retuvo sus sentimientos lo mejor que pudo para seguir su camino. Las hormonas le estaban jugando en contra, pero ella ya tenía a alguien y eso era lo más importante. Nada ni nadie le arruinaría ese día, ni siquiera ese tal Mamoru.

Cuando llegó al estudio, Seiya ya la estaba esperando con una enorme sonrisa. Cualquier impasse anterior se vio borrado por su alegría. Definitivamente, ese iba a ser el mejor día de su vida.

—¡Bombón! —la saludó—. Tenía miedo de que no llegaras.
—¿Cómo se te ocurre? Lo que más quiero ahora es verte... actuar —dijo alegre y un tanto tímida.

El joven sentía como sus latidos se acelereban al verla y aún más al oírla. Se veía hermosa y sus palabras eran melodía para sus oídos. Deseaba estar con ella no sólo como compañero o amigo, si no como novio, sí, ese era su anhelo. No sabía bien cuánto esperar para proponérselo y que todo se viera natural, pero no podría aguantar mucho, eso lo tenía claro.

—Ven, entremos —la invitó amablemente.

El estudio era enorme y ella se hubiera perdido de no ser por su guía. En un momento, sintió su mano sobre la suya y un escalofrío recorrió su espalda al percibir cómo se entrelazaban sus dedos. Nunca había sentido una emoción así, a parte de aquel día en esa pasada fiesta. Ella estaba siendo privilegiada por su estrella, quien la conducía de la mano por esos numerosos pasillos. Deseaba que su unión no terminará jamás.

—Gracias, Seiya —dijo ruborizada.

El joven se vio obligado a soltar su mano, aunque hubiese preferido no hacerlo nunca. Dejó a Usagi en un cómodo asiento desde donde se podía ver todo.

Mientras tanto, por la otra puerta hacía ingreso Minako Aino, la actriz. Su rubia cabellera suelta era de envidiar y sus piernas largas se dejaban ver por debajo de su falda casi transparente. Parecía sacada de una película.

—Vamos, Seiya. Hagamos esto pronto que tengo que reunirme con mis amigas mas tarde —escuchó que le decía con demasiada confianza.

Sin precio aviso, la chica se colgó del brazo del cantante sonriendo y bromeando. Sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillosos, le demostraban a Usagi que ella era más que una amiga para Seiya. Y a él parecía no molestarle sus demostraciones de afecto. Otra vez sintió aquella punzada en el corazón, por segunda vez en el mismo día. Pero, volvió a reprimirse porque debía cumplir su objetivo de ese día, averiguar a ciencia cierta si ellos eran novios. No podía dejarse llevar.

La grabación comenzó y aún por sobre sus sentimientos, le pareció que todo era muy emocionante. A ratos se escuchaba la canción que estaban representando, siendo una primicia para ella en exclusiva. Los hermanos de Seiya también participaban en el vídeo, pero ninguno era muy cercano a la chica más que su estrella. Y así las dudas sólo crecían aún más.

Llegado un punto de la grabación, bajaron las luces y todo quedó casi en silencio. Escuchó que le daban instrucciones a Seiya y Minako, quienes estaban al centro del escenario. Mientras les retocaban el maquillaje, el director hablaba de sentimientos y romance. Sabía que la canción hablaba de eso, pero ¿cuánto se demostraría en el vídeo? Vio que ella sonreía relajada, lanzando miradas que ponían incómodo a su estrella. Incluso le pareció que él enrojecía cada vez más.

—¡Acción! —gritó el director.

La atmósfera había cambiado. Unos grandes ventiladores producían un suave viento que impelía los cabellos de ambos. Sus caras reflejaban tristeza y, cuando ella se giró para quedar frente a él, estaba llorando. Usagi no podía dejar de pensar que en verdad era una gran actriz. Sin embargo, todo se volvió negro de un momento a otro para ella, cuando la vio abalanzarse sobre los brazos de Seiya acercándose más de lo debido, hasta que posó sus labios sobre los de él.

La punzada que había sentido antes, en ese instante fue tan grande que pensó que su corazón había dejado de latir. Eran novios, esa fue la unica conclusion que sacó de ese espectáculo. Y no deseaba ser una entrometida.

Con todo el valor que pudo reunir, se puso de pie y se marchó sin mirar atrás en ningún momento. Tampoco le importó perderse en el camino, sólo necesitaba aire para respirar porque sentía que se ahogaba y que las lágrimas comenzaban a brotar por sus ojos sin control. Con la vista nublada salió al fin de aquellos interminables pasillos para respirar y reponerse. Pero era imposible ya que sus corazón latía aprisa y no podía dejar de llorar.

"¿Por qué me ilusioné? Sabía que esto iba a terminar así. Ellos deben ser novios", pensaba una y otra vez completamente atormentada.

Sin embargo, unas fuerte manos la tomaron por los hombros y vio unos hermosos ojos azules que la miraban confundido y preocupado.

—¿Por qué lloras, Usagi? —le oyó decir casi en un susurro.
—Mamoru...

Y sus lágrimas siguieron saliendo sin control...

Continuara...

¿Quién es mi amor verdadero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora