12. Un Beso Conflictivo

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Estaba muy cansada, llevar una vida de estudios y trabajo, lo vuelven más agotador. La vida no estaba siendo fácil y de una dura manera, lo estaba descubriendo.

Estudiar y trabajar hace que me canse el doble, duermo el doble y como menos que antes, nunca ando con ganas de comer mas bien siempre quiero dormir y llorar.

Escuche ruidos salir del cuarto de mi hermano y gritos de ¿Mariano? Es enserio ¿Porque siempre esta en mi casa?. Me decidí a caminar al cuarto de Bruno y lo que vi me dejo en Shock.

Estaba mi hermano convulsionando el suelo y Mariano estaba como desesperado, se halaba el pelo y le preguntaba a mi hermano que debía hacer. Salí de mi Shock y entre al cuarto apartando delicadamente al chico confundido y aterrado.

—Yo me ocupo —El asintió, parecía aliviado de que yo estuviera ahí.

Me agache junto a Bruno y vi que tenia los ojos vidriosos, quería llorar pero no delante de su amigo y lo entiendo. Esta enfermedad estaba siendo demasiado para él y yo lo sabía más que nadie.

Tome su cabeza y la puse sobre mi regazo, acaricie lentamente con mi mano su pecho sobre la camisa. Bruno seguía convulsionando pero ahora había cerrado los ojos.

Ya pasados unos minutos su cuerpo se relajo, saque una barrita de chocolate que me había comprado antes de venir, corte un pedazo y lo metí en su boca.

—Come, hará que recuperes fuerzas — Susurre a lo que el mastico el chocolate.

Mariano me abrazo por la espalda y se puso llorar, jamás había visto a un hombre llorar más que en una película. Quede sorprendida pero no por machismo o algo así, sino porque el estereotipo, no permite que los hombres lloren por eso jamás vi a uno llorar.

—Gracias Juli, enserio yo tenia mucho miedo. No sabía que hacer— Me abrazó más fuerte y sentí un gusano gigante caminar por mi panza. Creó que estoy exagerando pero así lo sentí.

—No es nada —Hable secamente.

—Juli ¿Como supiste que hacer? — Preguntó mi hermano incorporándose, se notaba que estaba mejor.

—Es que como soy tu hermana, tu medico me llamo; para darme unas clases y así saber como tratar tu epilepsia, mejor dicho tus convulsiones —El asintió convencido y yo me preparé para irme. La situación estaba volviéndose incómoda.

—Yo también tenía que haber ido — Dijo Mariano pero no como broma sino con lamento, esta muy preocupado.

—Bueno gracias entonces —Susurró mi agotado hermano.

—Esta bien, se supone que somos hermanos, aunque últimamente no lo parezcamos —Sonreí y me levante saliendo de la habitación.

Mientras guardaba mis útiles y mi ropa de chico en la mochila, unos sonidos en el piso de abajo llamaron mi atención, me encontré a Mariano y Federico sentados.

—Hola Fede —Sonreí y el camino hacia mi para besarme, quede en shock pero intente ponerme en el papel de una gran actriz y cerré los ojos.

Alguien carraspeo y tras separarme de el, vi a Bruno algo incómodo y Mariano ya no estaba. Minutos después mi hermano se encamino a la puerta y yo mire a "mi novio" con una cara de diablito rojo.

—¿Por qué hiciste eso Federico? —Le pregunte molesta.

—Fingí que somos novios Juli ¿Que esperabas? —Me miro obvio y yo rodé los ojos molesta. Es cierto que fingimos, ¿pero hay que ser tan demostrativos?

—Si, pero no creo que eso les haya agradado —Mire a la puerta, la verdad es que no quiero que mi hermano tenga más razones para odiarme.

—Juli, con Bruno casi ni tienes relación ahora y Marino, bueno ¿Por qué siquiera te importa lo que piense? —Levanto un poco mas la voz, tiene razón. ¿Por qué siquiera me importa? Yo no le importo, debería darme igual.

Amor de HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora